44. Enfrentamiento

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Abraham

Luego de dos semanas y media moviendo cosas por aquí y cosas por allá. Gigi, básicamente se mudó a mi apartamento a la vez que hacía trámites para conseguir uno nuevo cerca. Sinceramente no me molestaba el hecho de que estuviera ahí ya que cuidaba el lugar mientras yo no estaba. Además lo mantenía ordenado y eso me quitaba un peso de encima. Por petición suya, me ayudaba con la renta y lo haría el tiempo que viviera aquí. Eso también me daba más alivio. Ya no quería seguir dejando abandonado mi segundo hogar.

Otro detalle es que el padre de Sol no ha dado señales de vida en casi medio mes. Según informes de Gabriel, el tipo había llamado un par de veces a la casa y dijo tener que hacer viajes de más. Probablemente volvería en cualquier momento y no sé si estábamos preparados para cuando ocurriese.

Con respecto a la "búsqueda de Sol" por parte del personal de la mansión, ya habíamos resuelto aquello. La tercera semana desde la última vez que la vieron habían decidido acudir a las autoridades sin importarles hacer escándalo público diciendo que la hija de uno de los hombres con familia más poderosa en España había desaparecido estando a su cargo. Ahí fue cuando tuvimos que realizar un trato con ellos. Gracias a Scarlett y su don de abogada llegamos al acuerdo de que a cambio de su silencio frente autoridades, nos dejarían a la niña el tiempo que sea necesario o serían acusados de cómplices ante el maltrato de Sol aunque no tuvieran nada que ver. No quisieron problemas, por esa razón aceptaron al final.

Todo iba mejorando menos el hecho de que servicios sociales ni protección infantil habían dado respuesta y aún faltaban varias semanas para que los resultados de la prueba de ADN estuvieran listos y así comenzar con los trámites con Scarlett. Si el padre de Sol aparecía dé repente probablemente tendríamos que entregársela porque legalmente era suya la custodia y los afectados seríamos nosotros al final. Sol tendría que regresar con él hasta que la demanda planeada tuviera un tribunal con un juez. Quien sabe cuánto tiempo tardaría.

-oye, creo que iré de compras hoy. Las estanterías en tu departamento están casi vacías. -me informó Gigi después de salir del baño, de esta manera sacándome de mi ensimismamiento.

-¿puedo acompañarte? También quiero comprar algunas cosas.

-claro, iremos después del trabajo. -me avisó colocándose el delantal 'anti manchas' de nuevo.

-¿Quieres ir de compras también, Sol? -le pregunté mientras ella rayaba una página de su cuaderno con garabatos.

-solo si me compras un chocolate. -me advirtió señalándome con su dedo índice.

-serán dos si vas. -la apunté también. Ambos reímos.

-¡trato hecho! -chilló y luego sonrió mostrando casi toda su dentadura. Sonreí ante su adorabilidad.

Nuestra negociación chocolatosa acabó cuando un par de personas comenzaron a entrar. Tuve que atender a aquel grupito de chicas que llegaba todas las semanas a verme. No se cansaban de lanzarme indirectas y miraditas. Lastimosamente para ellas, mi corazón y mi mente se encontraba en Nueva York por el momento. Gigi me había recomendado salir con alguien, pero no quería utilizar a nadie para olvidarla. Apenas habían pasado dos meses desde su partida. Angie me gustó por alrededor de un año completo no sería tan fácil dejarla ir.

-¡Solange Sandoval! -escuché una voz a mis espaldas. Una voz ronca de hombre la cual reconocí al instante. Me volteé hacia la puerta y corrí hasta Sol. Era su padre.

El tipo entró y por poco y rompía la puerta ya que la abrió con brusquedad y la campanita que avisaba la entrada de las personas cayó al suelo. Las tipas de la mesa la recogieron y se dieron miraditas entre ellas tan asustadas como yo.

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