45. La verdad

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Abraham

Luego de una larga charla y varios planes. Finalmente, después de algunos días de mucho augurio, Scarlett se decidió en decirle la verdad a Sol. Yo tenía más que claro que ella estaría alegre, aunque confundida. Sé que no va a tener una mala reacción puesto que es muy dulce y en muchas ocasiones me mencionaba lo mucho que le encantaría ver a su madre al menos una vez. Claro, ya conocía a Scarlett pero no era consciente de ello. Ahora lo sabría y estaba emocionado.

En estos instantes, Sol se encontraba arreglándose en la habitación. Hoy durmió de más y no hace mucho que fue a bañarse. Mamá la estaba ayudando como siempre. Últimamente había vuelto a utilizar sus lindos vestidos que la hacían lucir igual a una muñeca y también se volvió fanática de las cintas para el cabello. Ayer me di el lujo de comprarle un par de varios colores y estoy más que seguro que no dudó en querer utilizar una de ellas hoy.

En cuanto a Scarlett, había llegado hace poco menos de diez minutos junto a André, su prometido. El nerviosismo el ella era evidente aunque algo en mí me decía que la emoción era mayor que sus nervios porque al menos yo en su lugar también estaría así.

-tranquilízate, cariño. Todo estará bien. -le susurró André acariciando su mano.

-lo sé, pero aún no sé qué decirle exactamente. Mis argumentos mentales comienzan a no tener sentido... -confesó también en voz baja.

-todo fluirá en el momento, no tienes de qué preocuparte. -besó el dorso de su mano, cerca de su anillo de compromiso. Eso le sacó una sonrisa a la mujer y logró distraerla unos cortos segundos.

-Sol bajará en un momento. -nos informó mi madre desde la parte de arriba de las escaleras. Yo me encontraba en la puerta de la cocina con una soda en la mano y algunas galletas en un plato en la otra, iba a llevarlas en cuanto Sol llegara porque como mamá  (y los psicólogos) siempre decía cuando comes, te relajas. Así que lo mejor era llevar algún aperitivo para calmar el ambiente y la actitud de los presentes.

No esperé demasiado en ver a Sol bajar con su vestido azul con encaje favorito y como predije, llevaba una de las cintas que le regalé, adornando su cabellera. Ella observó a Scarlett con una sonrisa la cual le fue devuelta de inmediato con nerviosismo.

Después de que se dieran un ligero saludo, finalmente pude acercarme con las galletas en mano. Le ofrecí una galleta a cada uno, sin embargo, Scarlett no la comió de inmediato mientras que Sol sí y parecía disfrutarla mucho. Le pedí a la pequeña sentarse frente a Scarlett y yo hice lo mismo a su lado. Necesitaba verla y admirar su reacción cuando sepa la verdad. Había pasado los últimos meses trabajando en mi plan de "Salvar a Sol" y quería apreciar los frutos de mis esfuerzos de cerca.

-Sol, te llamamos porque hay algo que Scarlett necesita decirte. -comencé después de aclarar mi garganta.

-¿Qué pasa? -preguntó observándome a mí y luego a la mujer.

-Sol... no sé si has escuchado lo que pasó cuando eras una bebé... o sea... cuando te dejaron con tu papá... -comenzó a hablar ella con cierto nerviosismo, pero sin perder la postura.

-sí... mi nana Mari me contó la historia, pero no sé por qué ella se fue... -Confesó llevando su mirada a sus pies en donde llevaba sus zapatillas estilo bailarina color negro.

-¿qué es lo que sabes?

-sé que solo tenía unos meses de nacida cuando aparecí en la entrada de la casa, Gabi fue quien me encontró y en una carta decía que no podía cuidarme y que era mejor quedarme con papá. Solo eso... ¿por qué la pregunta? -inclinó la cabeza de lado confundida.

-quiero mostrarte algo... -respondió Scarlett y sacó un par de papeles de un sobre que llevaba en manos y se los extendió.

-esta niña se parece mucho a mí. -dijo Sol observando la foto no tan antigua que venía entre los papeles. Por la moda que usaba, indicaba perfectamente que era de hace un tiempo, al menos más de veinte años.

-esa soy yo cuando tenía tu edad. -le aclaró y eso sólo logró que la confusión en el rostro de la pequeña, aumentara. -ahora quiero que veas la siguiente. -le pidió y relamió sus labios. Sol, le obedeció algo dudosa, sin embargo su confusión se disipó al cambiar la foto. En esta lo que se podía ver era una mujer cargando un bebé el cual se encontraba envuelto en una mantita de un color rosa pastel.

-esta soy yo ¡aún tengo esta mantita! -chilló la pequeña emocionada.

-esa mujer que está cargando a la bebé soy yo.

-¿ya me conocías? -le preguntó levantando la mirada con el ceño fruncido.

-algo así, primero que nada, ve los últimos papeles que tienes ahí. -le volvió a indicar, al hacerlo, se encontró con un papel que indicaba que era del registro nacional Español. -¿sabes qué es eso?

-es... mi acta de nacimiento... ¿por qué tiene esto?

-lee la parte de abajo y verás el por qué.

-madre: Scarlett Murillo... -leyó en voz alta y pasó a la siguiente hoja- prueba de parentesco... 99.9% positiva. -lentamente admiró ambos papeles lado a lado con los ojos completamente abiertos y un estado de shock total. -¿eres mi mamá? -le preguntó levantando la mirada. Noté sus ojos brillosos, como si quisiera llorar y se estuviera conteniendo.

-sí, soy yo cariño. Yo soy tu mamá. -sonrió ella mientras sus ojos también se cristalizaban. Lo siguiente que mi pequeña realizó fue lanzarse a los brazos de su madre con muchísima efusividad a rodearle el cuello.

-no lo puedo creer, estoy abrazando a mi mamá. -dijo Sol soltando las lágrimas en el hombro de su progenitora.

-créelo hija, porque lo estás haciendo. -respondió ella besando su cabeza y apretando su agarre en el abrazo. Desde mi asiento observé con ternura toda la escena.

Fue justamente como me lo imaginé.

Era lo más tierno que he visto en mi vida. Podía sentir un aura calmada en toda la vivienda y se sentía muy bien. Un gran peso se quitó de mi espalda, lo logré. Todavía no era oficial pero al menos había reunido a Sol y su madre, lo cual me dejaba un paso adelante con mi promesa hacia Maribel y a mí mismo. Sé que ella se pondrá muy contenta cuando le cuente los más recientes sucesos con Sol.

Sentí la presencia de mi madre cuando colocó una mano en mi hombro y lo apretó suavemente. Sonreí observándola y viendo como sus labios pronunciaban un "estoy orgullosa de ti".

***

-¿me podré mudar contigo y con André? -le preguntó Sol a su madre con mucho entusiasmo.

-Claro que sí, porque lo más probable es que ganemos el juicio y pues te quedes conmigo si así decides.

-te voy a extrañar cuando me vaya, Abraham. -dijo Sol levantándose y abrazándome.

-yo también, pero eso no significa que no nos volveremos a ver. De todas formas trabajo en la cafetería de tu madre. -reí con ella. Estaba tan feliz de verla así, completamente contenta y serena. Con su piel limpia de heridas y con sus hoyuelos más que marcados.

-por cierto, en cuanto puedas vivir conmigo, iremos en busca de escuelas. -Scarlett le avisó. La sorpresa y alegría de los ojos de Sol al escuchar esas palabras, jamás la había visto tan emocionada por algo en particular.

-¡iré a la escuela! -gritó alegre y comenzó a saltar por toda la habitación.

70% de mi plan estaba hecho y no había cosa de la que estuviera más orgulloso que esta. Es un gran logro personal.

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