Un Camino Juntas (Terminada)

Parte 22: ¡Que empiece el Juego!

Zack: ¡Callesita! esperaba ansiosamente tu llamada...

Calle: ¡Zack!, dije en tono de desagrado.

Zack: Definitivamente hay cosas que nunca cambian, sigues siendo la misma estúpida de siempre...

Poché me miraba con cara de querer quitarme el teléfono para mandarlo a la porra...

Calle: ¡Dime que quieres y acabemos de una vez con esto Zack!

Zack: Callesita pero si apenas inicia el juego y ya lo quieres acabar, ¡qué triste!

Calle: ¿Qué quieres Zack?

Zack: Bien Calle te explicaré lo que haremos, tendrás 4 tarjetas con indicaciones que vas a encontrar en determinados momentos, cada tarjeta tiene un lapso de 24 horas para ser cumplida, si pasadas las 24 horas no cumples lo que dice la tarjeta empezaré a subir 2 fotos por hora a las redes sociales y así sucesivamente hasta llegar al hermoso video que ya conocemos.

Calle: ¿Luego de esas tarjetas qué?

Zack: Si cumples las indicaciones te daré todo el material que me dio Juan Pablo.

Calle: ¿Cómo puedo tener certeza de que cumplirás?

Zack: ¡Fácil!, dije que me la pagarías aquel 15 de diciembre y aunque me demoré lo estoy cumpliendo.

Calle: Eso no es garantía de nada Zack, dije exaltada...

Sentí su risa irónica en aquel teléfono para luego decirme:
Zack: ¡Buena suerte callesita, que empiece el juego!

Al colgar aquel teléfono un silencio se apodero de la sala, Poché solo me miraba tratando de descifrar que pensaba, dio unos cuantos pasos hacia mí para luego decirme:
Poché: ¿Estás bien amor?

Asentí con mi cabeza aun sabiendo que nada estaba bien en mí...

Comandante: Señorita Calle, debemos esperar a que reciba la primera tarjeta, en cuanto la tenga debe avisarnos, tranquila todo saldrá bien, dijo colocando una de sus manos en mi hombro derecho.

Poché: ¡Amor debemos irnos!

Poché me tomo de la mano dirigiéndome al auto mientras yo guardaba un total silencio, en realidad no sabía cómo afrontaría tanta presión.

Poché: ¿Amor que piensas?, dijo mientras manejaba por las calles de Bogotá.

Calle: ¡Nada!

Poché: ¿Segura?

Calle: ¡Ajam!

Sentí salir un suspiro de su boca para luego decirme:
Poché: Sé que estás asustada, sé que no entiendes porque todo esto nos está pasando, sé que tienes miedo de que salgamos lastimadas, yo también siento un sinfín de emociones, pero quiero que sepas que estoy para ti, juntas hemos podido salir de muchas cosas y ahora la vida nos pone esta prueba y por nuestro futuro voy a luchar hasta el último día de mi vida por tu felicidad.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, tome la mano que tenía libre y le dije:
Calle: Gracias amor, también estoy para ti en todo.

Sonrió para luego decirme:
Poché: ¿Qué te parece si vamos a almorzar bebé?

Calle: ¡Muero de hambre gorda!

Nos dirigimos a un restaurante que estaba sobre la autopista norte de Bogotá, al transcurrir los minutos ya habíamos ordenado y estábamos a la espera de nuestra orden, mientras tanto conversábamos de varios temas.

¡Majo! escuche decir a lo lejos...

Al levantar mi vista vi a una mujer alta, su cabello era claro y sus ojos azules fácilmente podía intimidaban a cualquier persona.

¡Hola Leah! escuche decir a Poché en tono nervioso...

Leah: ¿Cómo estás?

Poché: Bien y ¿tú?

UGH carraspee mi garganta para llamar la atención de Poché.

Poché: Amor disculpa, Leah ella es Daniela mi novia...

Leah: Daniela mucho gusto, soy ¡Leah Street!

¡Street! curioso susurre...
Calle: Daniela Calle, dije ofreciéndole mi mano.

Volvió a cambiar el rumbo de su mirada para dedicársela nuevamente a mi novia diciéndole:
Leah: No pensé verte aquí, luego de que anoche la pasáramos ¡tan bien!, pensé estarías cansada.

Poché me miraba con el rabillo de su ojo, mientras que yo prestaba atención aquella conversación.

Poché: ¡Si Leah!, pero el hambre nos atacó y bueno aquí estamos...

Leah: ¡Qué bien Majo!, bueno yo no las interrumpo más, les deseo un buen almuerzo...

Poché: ¡Gracias Leah!

Calle: ¡Hasta luego!

Vi como Leah se acercó a poché para brindarle un beso en la mejilla muy cerca a la comisura de sus labios mientras tomaba su mano para darle una caricia...

Calle: ¿Qué te pasa?, le dije furiosa.

Poché: ¡Amor no!, dijo dedicándome una mirada fulminante.

Leah: ¡Hasta luego!, dijo con una sonrisa irónica en su rostro.

Calle: ¿Que fue eso María José o prefieres que te diga Majo?

Poché: ¡Amor no fue nada!, estás armando una tormenta en un vaso con agua.

Calle: ¿La pasaste muy bien anoche?

Poché: Amor, te dije que estaba en una reunión.

Calle: Una reunión muy amena, ¿no es así?

Poché: No tiene caso que estemos hablando de esas bobadas...

Calle: ¡Perfecto María José!

Nuestro pedido llego y el silencio fue nuestra mejor compañía en aquel almuerzo, al terminar me dispuse a pagar la cuenta para luego subir al auto y dirigirnos a casa, Poché intento tomar mi mano mientras manejaba pero enseguida la quite de su alcancé.

Refutó en seguida diciendo:
Poché: ¡Como quieras Calle!

Luego de unos minutos ya nos encontrábamos en el sótano de nuestra casa, espere a que Poché terminará de estacionar el auto para subir juntas, al llegar a la recepción de nuestro apartamento, sentí la voz de Carlos el portero dirigiéndose a mí.

Carlos: ¡Señorita Calle hay correspondencia para usted!

Me acerque a Carlos agradeciéndole para luego tomar en mis manos el sobre, el cual tenía como encabezado:

¡Que empiece el Juego callesita!

Calle: ¡Poché!, dije en tono tembloroso.

MoPaMa10