Un Camino Juntas (Terminada)

Parte 114: Abejita

POV POCHÉ

Al terminar de conversar con Juana decidimos alcanzar a Anto en la habitación de Daniela, al estar frente a la puerta respire profundo preparándome para una vez más ver a Daniela dormida en esa cama, moví la puerta y escuchamos los gritos de Antonia que nos alarmaron totalmente.

Anto: ¡Mamaaaa!, estás aquí – Antonia se veía desesperada intentando tomar la cara de Daniela- por favor mami dime que me recuerdas, por favor...

Vi como Daniela entrecerraba un poco sus ojos arrugando su frente, me acerque a la cama rápidamente y no podía creer que por fin después de tantos días de angustia Daniela estaba despertando, su expresión parecía de dolor, sus manos rozaban las de Antonia intentando apretar un poco, las máquinas que estaban conectadas a su cuerpo mostraron como el ritmo de su corazón se aceleraba.

Mis pensamientos volaban tanto que no lograba enfocarme en la situación real del momento, sentí los ojos de Antonia posarse en mi rostro brevemente y luego escuche su grito.

Anto: ¡Mamá!, mami Daniela despertó, ayúdala parece que le duele algo...

Baje a Anto de la cama y dirigí mi mano al botón de emergencia que conectaba la habitación de Daniela con la alarma de urgencias, en cuestión de segundos la habitación de Daniela se llenó de enfermeros junto con el doctor principal que llevaba su caso.

Poché: Juana avísale a toda la familia – en ese momento escuche la voz del doctor.

-Señora Garzón voy a evaluar el grado de lucidez de la paciente, es muy importante saber el compromiso cuantitativo de conciencia que posee en este momento, especialmente en lo referente a dar respuestas ante estímulos externos.

Asentí mientras observaba todo desde una distancia considerable dejando al Doctor hacer su trabajo.

-¿Puede decirme cuál es su nombre y apellidos? – El doctor tomo una pequeña linterna alumbrando las pupilas de Daniela que al instante se dilataron con la frecuente luz.

Daniela empezó a mover un poco su boca y casi en un susurro dijo – Daniela Calle Soto.

-Bien Daniela, dime ¿en qué trabajas?

Su silencio se prolongó unos segundos y arrugando su frente dijo – tengo una academia de baile – respiro profundo y relajo su rostro.

Tome en brazos a Anto quien se aferró fuerte a mí, lentamente Daniela intento levantar su mano hacia la mascarilla de oxígeno que cubría parcialmente su rostro para moverla, el doctor la ayudó inclinando un poco su cabeza y movió la mascarilla.

Calle: Tengo sed – sus labios se movieron con dificultad y su voz era casi inaudible.

El doctor mojo un poco su boca con agua y ella lentamente pasó su lengua rozando sus labios, el ritmo de su corazón volvió a la normalidad y poco a poco los enfermeros se fueron retirando de la habitación.

-Daniela, ¿sabes porque estás aquí? - pregunto el doctor rápidamente mientras seguía examinando sus signos vitales.

Daniela asintió mientras sus ojos se cerraban – tuve un accidente en mi auto – el doctor me miro de reojo y un pequeño alivio lleno mi corazón.

-¿Recuerdas como paso el accidente Daniela?

Calle: Me pase un semáforo en rojo, estaba distraída intentando llamar a – hizo una pequeña pausa mostrando un poco de tristeza en su rostro – a alguien... luego sentí un fuerte golpe por el lado de mi puerta y ya no supe más, la persona con la que choque ¿se encuentra bien?