Parte 55: Recuerdos Anclados

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POV CALLE

El estrés me estaba consumiendo, sentía que era muy poco tiempo para todo lo que tenía en menta para Poché, este sería el cambio que tanto había soñado para nuestras vidas, quería hacer esto hace mucho tiempo y el ver a Anto junto con nosotras fue el impulso que necesitaba para decidir realizar esta sorpresa para ella.

Calle: ¿Cuánto tiempo falta para que el salón esté listo?

Proveedor: Señorita Daniela en 5 días estará listo el salón junto con todas las pantallas que solicito.

Calle: ¡5 días es mucho!, lo necesito para dentro de 3 días, viajaré antes y no puedo quedarme esperando a que ustedes lo terminen...

Proveedor: ¡Pondré más personal para acelerar el proceso!

Calle: ¡Haga lo necesario!, pero necesito resultados pronto.

Abrieron la puerta del salón en la que me encontraba con el personal de logística y vi entrar a Juana con una sonrisa de oreja a oreja.

Juana: ¡Niñas tienen que ver esto!, dijo emocionada refiriéndose a Paula y a mí.

Nos dirigimos al salón de ensayos donde estaban las bailarinas junto con Antonia y me quede perpleja con lo que veía a través de la ventana.

Juana: Marica tiene el don de sus mamás, ¿sabías que bailaba así?

Calle: ¡No Juana!, no tenía ni idea que bailara tan bien.

Pau: Deberías considerar en trabajar ese hermoso talento que tiene Anto.

Mis ojos se cristalizaron y sentía mi corazón lleno de felicidad al ver lo hermosa y delicada que se veía bailando aquella canción que es tan especial para Poché, esa era la señal que necesitaba para tranquilizarme, con el amor de Anto  todo saldría bien.

Ingrese al salón dejándome ver por Anto quien enseguida se lanzó a mis brazos y me abrazo como si no hubiera un mañana.

Anto: ¡Mami me encanta esta canción!

Calle: Mi amor esta canción la tiene anclada en su corazón tu mami Poché.

Anto: ¿Por qué mami?

Calle: Porque le recuerda alguien muy especial que ya no está en su vida.

Vi como una sonrisa de confusión se hizo presente en su rostro y recargo sus mejillas en mi pecho para luego susurrarme:

Anto: Mami la profesora de baile me dijo que tú harías parte de la coreografía.

Calle: ¡Así es pequeña!, iré a cambiarme para bailar juntas, dije tocando su nariz y dejándola en el piso.

POV POCHÉ

Parte del día estuvimos visitando algunas tiendas en las cuales Daniela se encargó que nos atendieran muy bien, fuimos de compras y pasamos un agradable momento en un Spa, al llegar las 7 de la noche ya nos encontrábamos de nuevo en el auto recorriendo gran parte de Bogotá y parecía que el lugar estaba muy escondido o muy lejos de lo que ya conocíamos.

Poché: ¿Camilo falta mucho?

Camilo: ¡No señorita!, en 15 minutos estaremos frente al lugar.

Recargue mi cabeza tratando de tranquilizar mis constantes nervios y sentí la cálida mano de mi hermana tomar la mía, quien luego recargo su cabeza en mi hombro.

Valentina: ¡Tranquila hermana!

Poché: ¡Eso intento Pulga!

Valentina: Oye recuerdas cuando era pequeña y mi mamá me susurraba en las noches que tu serías mi ángel protector y que si alguna vez ella me faltaba podría contar contigo porque tú siempre serías mi fortaleza, y sabes... ¡no se equivocó!,  aunque han pasado cosas y nos separamos un tiempo los recuerdos que tenía de niñas compartiendo, jugando, sonriendo, llorando y hasta peleando, eran mi fortaleza para mantener la esperanza viva de que algún día volvería a tener mi cabeza recostada en tu hombro.

Poché: ¡Ay mi pulga te amo tanto!, eres mi complemento, Diosito y nuestros padres no pudieron darme un regalo más hermoso que el que estés aquí, cuando mamá me dijo que te estaba esperando la felicidad no me cabía en el cuerpo, te soñaba día y noche y cuando te pude cargar por primera vez me jure que siempre estaría para ti, aunque fueras una viejita cansona.

Valentina: ¡Tú serías más viejita que yo!, dijo riendo.

Poché: ¡Sí!, pero yo no molesto tanto como tú, sonreí dejando un beso corto en su frente...

Valentina: ¡Te amo hermana!

Poché: ¡Te amo pulga!

Camilo: ¡Señoritas hemos llegado!

Levante mi vista y pude diferenciar un restaurante bastante elegante, estaba en medio de un lago que tenía fuentes de chorros acompañados por luces rosadas y azules que a la luz de la luna se resaltaban muy bien, ¡realmente era increíble!

Valentina: ¡Woow!, ¿Daniela te volvió a engañar o que hizo para que te diera todo esto?, dijo riendo...

Poché: ¡Claro que no boba! Me dijo que quería que disfrutara, dije en una carcajada.

Valentina: ¡Pues déjame decirte que la traes loca!

Poché: ¡Y ella me trae loca a mí!

Mesero: Sigan señoritas las están esperando, su mesa está cerca de la chimenea, dimos unos cuantos pasos y al acercarnos cada vez más a la mesa mi corazón se aceleró notablemente y no pude contener un grito de felicidad diciendo:

Poché: ¡Papi!, que rico que estés aquí...

Juan Carlos: ¡Mi amor!, Daniela me pidió que estuviera muy puntual en este restaurante y así lo hice.

Valentina: ¡Que loca Daniela!

Juan Carlos: ¡Mi amor!, Daniela sabe que el vernos feliz y tranquilos hace feliz a Poché.

Poché: ¡Eso es  cierto papi!

Juan Carlos: A demás tuve un día bastante relajante gracias a Daniela...

Valentina: ¡En serio que loca Daniela!, dijo soltando una carcajada.

Cenamos todos a gusto y con una sonrisa en cada tema de conversación que teníamos, mi corazón iba a estallar de tanta felicidad que sentía, todo era increíble, Daniela había pensado en cada detalle del día, era la mejor mujer del mundo y esa mujer era solo mía.

Vi  como el mesero se acercaba a nuestra mesa con un platillo más para cada uno con una superficie cubriendo cada plato.

Juan Carlos: ¡Lo siento!, pero no hemos solicitado nada más.

Mesero: ¡Lo se Señor Garzón!, pero esta es una solicitud de Daniela Calle, ella nos pidió que por favor los tres abran al mismo tiempo sus platillos.

Todos nos miramos tratando de adivinar que abría debajo de aquella superficie, cuando el mesero término de colocar en frente de cada uno de nosotros los platillos nos dijo:

Mesero: ¡Espero sea de su agrado!

Valentina: ¡Bueno entonces hagámosle caso a mi cuñada!, a la cuenta de tres retiramos la tapa, 1... 2... 3 dijo en medio de una sonrisa.

Al abrir el platillo todos nos quedamos perplejos y empezamos a llorar mientras el olor ingresaba a nuestros pulmones y los recuerdos anclados en nuestro corazón salían a flote.

¡Leche con banano, extracto de vainilla y azúcar morena!

Una nota rosa acompañaba aquel platillo:

¡Hola Amor!, Solo quería recordarte que tu mami también los acompaña esta noche!

MoPaMa10

Un Camino Juntas (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora