Un Camino Juntas (Terminada)

Parte 31: Donde esta Daniela

Valentina: ¿Estas segura que ya no te ama?

Poché: ¡No lo sé! está muy rara, ayer me decía cuanto me amaba y hoy simplemente me dejo ir...

Valentina: ¡No entiendo! algo tuvo que pasar para que ella actuara de esa manera, dime ¿Ha pasado algo más entre ustedes?

Poché: ¡Si pulga!, baje mi rostro.

Valentina: ¡Cuéntame hermana!, dijo posando su mano en mi mentón para levantar mi rostro y fijar su mirada en mis ojos.

Pase gran parte de la noche contándole todo lo que estaba pasando, como el enfermo de Zack había llegado a nuestras vidas nuevamente, el chantaje, las tarjetas, ¡Juan Pablo!, ¡Leah! aunque aún no me cabía en la cabeza esa infidelidad, el dinero que nos pidió, y todo lo que nos ha ocurrido en las últimas semanas.

Valentina: ¡Woow hermana!, que locura y que gente tan enferma, que te parece si por hoy descansamos lo que queda de noche y mañana te acompaño a la casa para que hables con Daniela, necesitan ambas respirar un poco de tranquilidad con tanto drama.

Poché: ¿En serio me acompañarías?

Valentina : Te acompañaría hasta el fin del mundo solo por verte feliz Poché.

Poché: ¡Te amo pulga!

Valentina: ¡Y yo te amo a ti!, ven te muestro donde puedes dormir, dijo con sus ojos cristalizados.

Faltaban tres horas para que el sol diera sus primeros rayos de luz, intente dormir pero me era imposible controlar los pensamientos y era aún más imposible hacer que mi corazón dejará de doler, las horas pasaron y sentí unos pasos fuera de la habitación para luego escuchar unos golpes en la puerta...

Poché: ¡Sigue!

Valentina: ¡Hola hermana!, ¿descansaste?

Poché: ¡No mucho!

Valentina: ¡Lo imagine!, te preparé algo de desayuno, te espero en el comedor.

Poché: ¡Gracias Pulga!, en seguida voy...

Valentina: ¡Esta bien!, dijo sonriendo.

Dio media vuelta cerrando nuevamente la puerta, me levante de la cama y encendí la pantalla de mi celular con la esperanza de encontrar algún mensaje de Daniela, ¡pero nada! definitivamente Daniela ya no quería nada de mí, me dirigí al baño para mojar mi rostro y lavarme los dientes, salí de la habitación dirigiendo mis pasos al comedor.

Valentina: ¡Hermanita te preparé leche con banano, extracto de vainilla y azúcar morena!, dijo con una sonrisa en su rostro.

Poché: ¡No lo puedo creer!, ¿sabes hace cuanto no lo pruebo?, mis ojos se cristalizaron en seguida.

Valentina: Me imagino que desde hace 4 años, tranquila hermana sé que también extrañas a mamá.

Poché: ¡Lo siento!, este batido me recuerda mucho a mi mamita.

Valentina: ¡Lo sé!, nos preparaba esto cada vez que llegábamos del colegio, pero anda desayuna hoy tenemos un largo día.

Al terminar de desayunar nos levantamos del comedor dirigiéndonos a los baños de las habitaciones para arreglarnos lo más pronto posible y así salir de la casa.

Ya estando en mi auto Valentina me pregunto:
Valentina: ¿Sabes que le dirás?

Poché: ¡No!, solo sé que la necesito en mi vida, pero antes que nada debe explicarme lo de Leah.

Valentina: ¡Bueno no importa!, las palabras fluirán cuando la tengas en frente y seguramente podrán aclarar ese tema.

Poché: ¡Eso espero hermanita!

El camino se hizo demasiado largo, el tráfico de Bogotá estaba insoportable y mis nervios aumentaban cada vez más, por fin visualice aquel edificio donde vivo con Daniela, presione la bocina de mi auto para que Carlos me diera ingreso, al parquear bajamos del auto tomando el ascensor directamente al piso 13, estando ahí respire profundo e ingrese la llave en la puerta para después girarla.

Poché: ¿Pero qué mierda?

Valentina: ¿Hermana que paso aquí?

Poché: ¡No lo sé!

Las cosas del apartamento estaban tiradas en el piso, los platos estaban rotos, las sillas volcadas, parecía que había pasado un huracán por mi apartamento.

Poché: ¡Daniela!, grite.

No me contesto, me dirigí a la habitación tampoco estaba allí, busque en cada rincón de nuestro apartamento sin encontrar señal de Daniela.

Valentina: ¡Poché!, grito Valentina llamando mi atención desde la sala.

Poché: ¡Dime!, dije mientras volvía a la sala.

Valentina: ¡Mira!, me dijo estirando sus manos para entregarme una nota.

Nota:
Lo siento Poché, no todo es como parece, no me busques no quiero que te lastimen, tu eres lo más importante para mí, espero puedas perdóname algún día.

Atte. Calle

Guarde silencio, mientras intentaba organizar mis ideas e intentar averiguar que estaba pasando.

Valentina: ¿Poché estas bien?

Poché: ¿Dónde carajos está Daniela?

MoPaMa10