capítulo doce.

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Las gotas de sudor resbalaban por toda mi cara, mi respiración era agitada y trataba de moderarla para poder tomar agua de la botella. Me dejé caer en el piso, recostándome, no tenía fuerza ni para abrir la botella ni para nada. Miraba al techo y lo único que podía ver eran lucecitas de colores, la música sólo la escuchaba desde el lado izquierdo porque mi oído derecho estaba completamente tapado, me sentía a morir.

Jimin se aproximó a la bocina y bajó el volumen de la canción, sus pasos se escucharon más cerca de mí y una ligera patada golpeó en mis costillas, acompañada de una oración a la que no podía prestar atención. Luego, como si de una muñeca se tratara, me tomó de ambos brazos y jaló de ellos con fuerza hasta sentarme, abrió mis piernas, se hincó frente a mí sin dejar de sostenerme y con su mano izquierda sujetó mi mentón.

Dijo algo pero yo no lo entendía y si pudiera, seguramente no sería capaz de saber que dijo aun así. Jimin finalmente se rindió y me dejó caer de nuevo, cerré los ojos, no escuché más la música, alcancé a oír como él maldijo y no supe nada más.

*

Abrí los ojos de poco, una luz amarilla me cegó y parpadeé un par de veces, me tomó unos escasos segundos percatarme que me encontraba recostada en el colchón tirado del piso de abajo; giré la vista y rodé en el mismo hasta caer al piso en cuanto la cara de Jimin apareció en mi campo de visión, muy cerca de mí. Me apoyé sobre mi codo, el chico estaba del otro lado tecleando en un celular que no era el mío, lo puso encima de la cama y lo deslizó para que yo pudiera tomarlo.

"Qué bueno que no estás muerta pero tienes que irte ya."

Borré el texto en el traductor, su teclado estaba en otro idioma pero al final conseguí cambiar el abecedario a uno ya más comprensible con un simple deslizamiento a la barra de espacio, así lo había configurado tal cual había programado el mío. Le arrojé el aparato de regreso.

"Lo haré con todo gusto si me acompañas a la puerta."

Jimin me miró en cuanto terminó de leer, su semblante se encargó de fulminarme, lanzó el celular a la cama, se levantó del piso y caminó hacia la escalera. Yo imité su acción poco después y bajé la escalera detrás de él cuando encontré y tomé mi bolso del piso junto al colchón.

Avancé con rapidez, Jimin abrió la puerta y se apartó para dejarme salir, le dediqué una mirada fugaz y salí de la estancia. Iba a voltear para esperar que saliera detrás de mí pero mi cuerpo entero respingó debido al azote horrible de la puerta, eso me dejó más que claro que no iba a llevarme hasta la calle donde nos encontramos a esperar conmigo a que Taehyung me recogiera. Suspiré con pesadez, me aferré a mi bolso y mientras me abría paso entre los peatones marqué al teléfono de Tae.

*

— ¿Tan mal estuvo?

— ¡Horrible! ¡Espantoso! ¡Humillante! —Exclamé tapándome la cara con uno de los cojines redondos del sillón.

—Tranquila, por eso estás asistiendo a la clase —Taehyung dio palmaditas en mi espalda, tratando de calmarme.

—Nunca pensé que sería tan complicado, lo subestimé demasiado —di un largo suspiro, pasé ambas manos por mi cara y me recargué en el asiento—. Se mueve con tanta destreza y estilo, nunca había visto sus movimientos tan de cerca y con atención, es como si sus piernas y brazos hubieras nacido hechos para coordinar perfectamente con el ritmo de la música o incluso sin ella. Dios, es maravilloso.

— ¡Ay, Candace! —Alargó con entusiasmo—, hablas tan bonito de él, es tan tierno.

—Es que él es todo lo que está bien en esta vida —dirigí mi mirada hacia Taehyung esperando una respuesta de su parte pero antes de que pudiera decir algo, mi celular comenzó a sonar anunciando una llamada. Alcé mi espalda baja para tomar el aparato vibrante de mi bolsillo del pantalón y contesté sin siquiera verificar de quien era el número—. ¿Sí?

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora