capítulo cuarenta y ocho.

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—Yoongi —dije en voz baja. La mano que sujetaba la puerta aún, estaba sudando, señal más que clara de que estaba nerviosa—. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿C-cómo...? —Miré de un lado al otro, incluso detrás de él, en busca de alguien que pudiera estar viendo la escena—. ¿Cómo me encontraste?

—Suni me dijo dónde estabas viviendo...

—¿Suni? —grité y abrí los ojos con sorpresa.

—Sí. Pero, no es lo que crees, en serio. Ella te buscó en internet y dio con tu dirección, al principio me pareció muy raro pero me convenció de venir a buscarte con esto —alzó el ramo—. Ella quería que hiciera lo correcto...

—¿Pero qué...? —Era mucha información que procesar, ¿qué mierda con Suni? ¿En serio fue tan enferma como para hacer tal cosa? ¿Por qué lo haría? Sacudí mi cabeza una vez y volví a mirar a Yoongi.

¿Por qué esto estaba sucediéndome?

—¿A qué... a qué te refieres con "lo correcto"?

Yoongi sonrió. —Bueno...

—Espera —le interrumpí, nuevamente mirando a todos lados—, ven, entremos y entonces me explicas todo —sonreí y me hice a un lado para dejarlo pasar. Yoongi lo hizo sin ningún inconveniente. Cuando los dos estuvimos dentro, cerré la puerta a mis espaldas, tomé su brazo y lo dirigí hacia la sala de estar, en donde él terminó dando la espalda a las escaleras—. ¿Y bien? —dije, animándolo a continuar.

—Oh, sí... —sonrió y agachó la mirada por un segundo. Finalmente, volvimos a mirarnos a los ojos—. Candace, desde el primer día que te conocí supe que teníamos una conexión muy extraña, no podía dejar de pensarte o imaginar que nos volveríamos a encontrar. Como sea... —rio con nerviosismo, miró hacia abajo y me extendió las flores—. Siento mucho haber dudado de ti, no mentía cuando dije que Suni nunca me interesó en lo más mínimo, sin embargo, siento que lo que debía decir a continuación no era adecuado escribirlo...

—Yoongi —hablé, a decir verdad, estaba dando demasiadas vueltas y tenía muchas ansias de saber qué quería realmente... además, Taehyung y Jin...

—Me gustas, Candace, siempre me has gustado, ahora mismo podría decirte toda una lista de las razones por las que me gustas pero se me han borrado de la mente... Te quiero, quiero estar contigo... —Yoongi se puso más nervioso y dejó de mirarme, me reí un poco y me acerqué a él, tomé el montón de flores y las arrojé con cuidado al sofá. Observé como tragó saliva cuando me paré frente a él para tomar sus mejillas, lo acaricié un poco y finalmente besé sus labios con dulzura, tocándolo a penas.

Cuando me separé, sonreí y asentí con la cabeza repetidas veces.

—También me gustas, Yoongi —dije—, te perdono por lo que pasó...

—¿En serio? —Sonrió—, oh por Dios, nunca pensé que llegaría tan lejos —puso su puño entre su boca abierta y pensó un momento.

Nos miramos fijamente, su sonrisa desapareció y se aproximó a mí despacio, me sujetó de la cintura y me volvió a sonreír, todo estaba siendo muy raro, pero me gustaba y mucho.

—¿Qué? —pregunté con tono burlesco.

—Eres muy linda —dijo—, tenía miedo de que me rechazaras...

—¿Acaso me has propuesto algo? —levanté las cejas, sin perder ese tono de burla para evitar sonar mal. Yoongi pareció entenderlo y rio.

Touché, de nuevo —se relamió los labios y tomó aire—. Candace, ¿aceptarías ser mi novia?

Asentí con la cabeza, acompañada de una grande sonrisa —Sí, Min Yoongi, quiero ser tu novia.

Yoongi sonrió lo más grande que pudo, me abrazó con fuerza y me alzó en el aire. Yo chillé y reí con él hasta que me bajó y me sujetó para besarme, pero esa vez con un poco más de intensidad y calor, rozando nuestros labios sin perder ternura y sin llevarlo más lejos. Min Yoongi estaba dándome el beso de mi vida y por fin había dado el paso que esperaba. Porque era cierto, él tenía mi corazón al igual que como había dicho, desde el primer día en que nos vimos.

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora