caught in a lie | Park Jimin

capítulo quince.

Bajé al primer piso con velocidad, Jimin estaba de pie frente al sofá colocándose una chaqueta de cuero café y un gorro de lana azul marino. Saqué mi celular del bolso y programé mi traductor para luego hablarle.

—¿A dónde vas?

Jimin dio la vuelta y repitió la acción con su celular. —A casa. Deberías hacer lo mismo —respondió la voz robótica.

—¿No vives aquí? —Pregunté en voz baja, él pareció entender por la negación que hacía con su cabeza, no dije nada más y sólo me apresuré a caminar con él a la entrada.

Llevaba una chaqueta pero no era la mejor para la lluvia que se avecinaba y mucho menos cubría de un frío muy potente, sin embargo no me atreví a pedirle una a Jimin, incluso no pareció importarle en lo mínimo la situación. Salimos del edificio en silencio, tan pronto como cerró la puerta sentí un par de gotas en mi cara, miré el cielo, las nubes eran más grises que antes y supe que no sería cualquier llovizna.

Jimin ya estaba alejándose de mí a un paso medio, sin prisa y sin importarle nada más. Lo pensé demasiado, quería seguirlo, no quería llegar a casa donde seguramente Taehyung estaba esperándome para hablar sobre lo sucedido, prefería mil veces estar con Jimin aunque me tratara indiferentemente.

Caminé decidida detrás de él, no había tanta gente como horas atrás lo que facilitaba alcanzarlo. Cuando estuve a su lado di un salto frente a él para que se detuviera y lo hizo.

—Oye, no traje paraguas, ¿compartimos el tuyo? —Dije con una sonrisa, Jimin frunció el ceño. Suspiré y puse los ojos en blanco para después teclear mi oración en el traductor y mostrárselo.

"No tengo ningún paraguas." Fue su respuesta, reí con nerviosismo y le dije que ya lo sabía, Jimin tomó aire y siguió caminando rodeándome por completo, pero no iba a rendirme ahí. Lo seguí todo el tiempo, aproximadamente unos treinta minutos, sabía que él estaba consiente de que yo iba detrás pero tampoco le dio importancia, como a todo.

"¿Puedo acompañarte?"

"No."

No respondí nada más debido a las gotas de lluvia que caían sobre mi teléfono, decidí guardarlo y sólo seguir caminando con él a pesar de que quería lo contrario.

La lluvia aumentó, Jimin y yo nos estábamos empapando por completo, yo hacía todo lo posible por mantener mis pertenecías a salvo dentro de mi mochila mientras que el chico a mi lado caminaba sin cuidado y sin preocupación de algo y podía apostar a que ni siquiera temía por su persona, aunque eso ya ni siquiera era extraño en absoluto. Era más que obvio que Jimin era alguien sombrío y misterioso, no le gustaba demostrar sus emociones conmigo porque era una extraña para él y, como todos, guardaba demasiados secretos que yo quería saber y no estaba segura de cómo pero me iba a encargar de saberlos.

Llegamos a doblar en la esquina de una pequeña tienda de conveniencia, para ese entonces el camino estaba más despejado que antes, el barrio parecía ser tranquilo y bastante corriente, no tenía pinta de colonia peligrosa ni mucho menos. Jimin sacó un llavero de sus pantalones y se acercó a una de las casas de una planta, insertó la llave y abrió la puerta, todo eso con una tranquilidad inmensa y conmigo atrás observando todo. Era increíble.

El hombre entró a su casa quitándose el gorro de la cabeza, y cuando iba a hacer lo mismo giró y me empujó suavemente impidiendo el paso.