capítulo treinta y cinco.

198 17 0
                                    

En mi mente rodaba una escena de película en la que el protagonista va en cámara lenta caminando hacia la chica, donde todo a su alrededor se vuelve borroso y un reflector gigante apunta hacia su complexión, pero aun con todo eso, Min Yoongi no tardó en posarse frente a mí.

Creo que no pude estar más nerviosa jamás, ni siquiera el día anterior, ni siquiera cuando Jin me vio frente a su casa, ni siquiera cuando iba a tener sexo por primera vez, ni siquiera cuando expuse frente a la clase entera en primaria. Nunca, en verdad. Y no pensé que fuera posible estarlo más, hasta que finalmente me habló.

—Te vi desde lejos y no lo creí, ¿tú aquí? —Dijo con una emoción que al parecer había fracasado en ocultar.

—¿Qué? ¿Creías que no podría venir a algo así? —Pregunté, levantando las cejas y con una sonrisa de lado. Sabía que a Yoongi tenía que seguirle siempre el juego. Así éramos nosotros.

—Sólo digo que sin mi ayuda no podrías saber que algo así pasaría en esta plaza —atacó, después me reí.

—Pues estoy aquí y no hablé contigo en ningún momento esta semana, creo que no te necesito cómo tú crees.

Touché —pronunció Yoongi con un intento de acento francés y una sonrisa burlona, yo le devolví el gesto en una versión un poco más nerviosa. Que nuestra conversación fluyera como el agua no quitaba para nada mi pensamiento recurrente de "Jimin está aquí o podría estarlo" —. Bueno, linda, supongo que si no viniste aquí por mí, entonces es gracias a algo más. ¿Estás sola?

Tragué saliva. Pareció como si Yoongi acabara de leer mis pensamientos. Claro que no estaba sola, había venido con mis dos amigos a ver a otros tres amigos, hombres de los que él desconocía completamente.

Yoongi sabía que no estaba sola en el país, pero no le había contado toda la verdad en este tiempo. Para él, me quedaba en una recamara en la casa de una vieja señora que rentaba el lugar, trabajaba con ella en las tareas domésticas y además, practicaba coreano para facilitar mi comunicación con ella. ¿Cómo iba a explicarle que esa señora en realidad es Taehyung y Seokjin y que el coreano es exclusivo para Jimin?

Bueno, no tan exclusivo.

Él me miraba con curiosidad, ¿qué se suponía que le diría? No se me ocurría nada bueno, al contrario, no tenía cabeza para pensar en ello. La idea de que cualquiera de los cinco hombres que se encontraban en la zona pudiera estarnos viendo en ese momento me quemaba el cerebro y provocaba unas nauseas extrañas. No podía dejar que ninguno descubriera mi mentira, porque tampoco Taehyung o Jin, mucho menos Jimin, sabían de Yoongi.

¿Por qué deciden juntarse todos el mismo día? Lo sentía mi fin, definitivamente.

—Bueno —me mordí el labio inevitablemente. Puse mi flequillo de lado y lo miré. Sus ojos eran muy hermosos—. Encontré el evento en Facebook, ya sabes, de los que dicen que estarán cerca de ti. Estaba muy aburrida en casa así que vine sola. No pensaba sacar a la señora Choi a un lugar así con música fuerte y gente bochornosa —volví a sonreír, esta vez sin mostrar los dientes—. Un momento, ¿tú qué estás haciendo aquí? —pregunté fingiendo sospecha, entrecerrando los ojos. No me interesaba mucho, sólo ganaba tiempo y trataba de desviar la atención que recibía.

—Estoy aquí con un grupo de amigos. Ellos querían beber y yo propuse este lugar —se encogió de hombros.

—Ya veo, ¿dónde están ellos? —comencé a mirar de un lugar a otro, no quería saber en realidad, de hecho, yo buscaba a mis amigos. Esperaba que no fuera muy obvio.

Yoongi rio. —Están por allá —alzó su pulgar y apuntó detrás de él—. ¿Quieres venir con nosotros? No te confundas, sólo trato de ser amable, definitivamente no quiero que me acompañes por algo especial ni nada de eso...

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora