caught in a lie | Park Jimin

capítulo ocho.

Su nombre había salido de mi boca casi sin pensarlo, mi voz resonó por todo el cuarto y penetró los oídos de "El hombre", provocándole impresión, confusión y completo estado de shock, todo eso pude leerlo nada más observando su rostro pálido.

Ninguno se movió. Era bastante claro que estaba anonadado porque sabía su nombre, pero, no dijo nada, no hizo preguntas y mucho menos algún movimiento, estaba en blanco. Me tomó unos segundos darme cuenta por qué no había reconocido quién era, ya no había tatuajes en su pecho, traía aretes en las orejas, sus ojos lucían tan azules como su saco, ¡su pelo estaba blanco cuando el día anterior era de un rojo potente! Es que no había manera de notarlo antes.

—Park Jimin —repetí dando un paso al frente, él de inmediato retrocedió—. No, no, espera... —Jimin me interrumpió, todas sus palabras estaban en coreano, todo vino a mi mente en ese momento. Me golpeé internamente por ser tan estúpida, que todos los hombres con los que me había cruzado durante el viaje casualmente hablaran inglés no significaba que él también lo hacía, aunque, muy dentro de mí, algo lo deseaba profundamente. Pensé un minuto. Los chicos con los que me había cruzado—. ¡Eso es! ¡Taehyung! —Grité, el respingó y se pegó a la puerta, tratando de alcanzar el pomo para abrirlo—. ¡No! —Reaccioné de pronto y me balanceé hacia él, quitando su brazo de la puerta y jalándolo hacia mí para arrastrarlo al sofá, esperé una reacción defensiva de su parte pero no hubo ningún tipo de fuerza—. En serio espera aquí —lo lancé al sillón, él abrió los ojos como platos y el resto de su cara mostraba indignación, a mí me estaban dando ganas de reír—. Voy a ir por mi compañero, él nos ayudará a entendernos —le expliqué aun sabiendo que no servía de nada. Asentí con la cabeza y mostré mis brazos enfrente como señal de "no te muevas". No hubo respuesta de su parte.

No la esperé, no dije nada tampoco, di la vuelta en dirección a la puerta, zafé el seguro, salí al pasillo y volví a cerrar detrás de mí, corrí de vuelta al club directo a la mesa donde me había dejado Taehyung esperando; fue un alivio encontrarlo ahí apenas llegué y por lo que noté, él también se sentía aliviado de verme llegar. Se levantó del silloncito y avanzó unos pasos hacia mí.

— ¡Por Dios, Candace! —Exclamó con agobio—. ¿Dónde estabas? Te dije que me esperaras aquí, ¿qué tal que alguien se adueñaba de nuestra mesa? ¡Ya no hay más mesas vacías! Tienes suerte de que cuando volví no había nadie aún porque si no...

— ¡Taehyung! —Grité, él cerró la boca de una y frunció el ceño.

— ¿Qué? —Gritó en el mismo tono que yo.

—Deja de pensar en la mesa, hay algo más importante.

— ¿Más importante que el tiempo que toma conseguir lugar aquí?

— ¡Sí! —Exclamé. Tomé a Taehyung de los brazos—. Hazme un favor enorme —pedí alborotando ligeramente su cuerpo.

— ¿Qué ha pasado? —Abrió sus ojos como señal de alerta—. ¿Alguien ha querido hacerte daño? ¿Dónde estabas?

—No, Taehyung, calma, no me pasa nada —hablé tranquilamente—. Sólo necesito que me sigas y me ayudes un poco como traductor ¿puedes? —Sonreí mostrando los dientes.

— ¿Cómo traductor? —Enarcó una ceja.

—Sí, así es... sólo sígueme —me di la vuelta y tomé su antebrazo para empezar a caminar de vuelta a la sala donde dejé a Park, Tae paró en seco y me balanceé hacia atrás—. ¿Qué? —Giré.

—Aguarda, Candace —se soltó de mi agarre y camino hasta la mesa plateada, tomó una botella y dos vasos pequeñitos de vidrio y regreso, yo lo vi un segundo en busca de una respuesta, lo notó y de inmediato respondió­—: Yo pagué por este alcohol, no se la voy a dejar fácil a cualquiera si es lo que esperas —el tono de ironía que usó me provocó una risa, negué con la cabeza y volví a tomarlo para empezar a caminar.