capítulo dieciocho.

190 16 0
                                    

Como habíamos previsto, la lluvia no tardó en hacer acto de presencia, Jimin y yo no tuvimos un ensayo. Después de contarle que tenía el auto de Taehyung y que podría llevarlo a casa al terminar, él se interesó más por el asunto de su relación y sobre ellos en general.

Parecía bastante intrigado y aunque me gustaba bailar con él, prefería mil veces hablar con él. Eso es lo que realmente importaba.

Me abstuve de preguntar algo sobre él, era yo quien contestaba sus preguntas en aquella ocasión pero tenía establecido un plan que aplicaría camino a su casa.

Jimin estaba de pie en la cocina, sostenía una taza de cerámica con café en ella y me miraba fijamente mientras bebía de a ratos. Yo me encontraba en el sofá color vino que él se había tomado la molestia de recorrer un poco más cerca y así escucharnos mejor, la única desventaja del asunto era el hecho de que nuestras voces no inundaban el ambiente, sino el traductor.

Era demasiado triste tomando en cuenta de que la voz de Jimin era preciosa y quería escucharla pero no podía porque no lo entendía. Necesitaba entenderlo, sólo así conseguiría algo aún más profundo y claro, una conversación de verdadero interés, formulación de preguntas reales y quizás en un caso extremo, saber toda su vida.

—No me has dicho cómo los conociste aún —Jimin hizo la pregunta a través del traductor.

—Bueno —comencé haciéndome a un lado del asiento—, es algo sin relevancia, ven siéntate —di un par de palmaditas sobre el sillón y más a fuerza que de ganas Jimin accedió a tomar el lugar—. Sinceramente, creo que deberíamos hablar de algo diferente.

—¿Diferente? —Pronunció mientras fruncía el ceño, tal parecía que era lo único que había entendido—, ¿qué?

—Pues ya sabes —me mordí el labio mientras pensaba en que decir, no tenía nada, Jimin me miraba en espera y la dio un sorbo al café. Al darse cuenta de que yo no iba a decir algo, él se relamió los labios y lo hizo primero.

—Sobre el dinero —volvió a relamerse los labios, se notaba un poco nervioso. Tomo su celular con una mano y como pudo escribió y luego activó el parlante—. No se tratará todo de una broma, ¿o sí?

—¿Ah? No, no, para nada, yo voy a pagarte no te preocupes —aclaré con rapidez y una sonrisa.

—¿De verdad tienes todo ese dinero? —Prosiguió el aparato y yo asentí con la cabeza—, ¿Cómo?

—Si, verás, es bastante curioso, yo gané la lotería —expliqué y me aproximé a beber.

—¿Ganar?

Puse los ojos en blanco y luego reí un poco, puse la taza en el piso, tomé el celular de Jimin y escribí mi explicación para luego traducírsela. Cuando se lo entregué y leyó, se echó a reí.

Su risa, Jimin nunca se había reído conmigo o no recordaba haberlo escuchado en algún momento, al menos esta risa era más exagerada que la que usaba con sus amigos. Sabía que se estaba burlando pero aun así no pude evitar sentirme bien porque al menos había conseguido ponerlo de esa manera. Poco a poco, Jimin dejaba de ser un tipo al que le tendría miedo.

Después de unos segundos más, miré fijamente al chico de cabellos blancos de una forma que no pareciera que en realidad estaba admirando su belleza, sino más bien de una en la cual me indignaba el hecho de que no creyera que era así.

Cuando se atrevió a parar hizo contacto visual conmigo también. —No es cierto, ¿o sí? —Volvió a sonreír de lado, yo suspiré con pesadez y chasqueé la lengua.

—Por supuesto que sí, ¿de qué otra manera podría costarme el viaje hasta acá? —Pregunté con ironía y Jimin levantó las cejas sin dejar de sonreír, el gesto me pareció gracioso pero no podía reír o le quitaría la seriedad al asunto.

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora