capítulo treinta y siete.

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—¿Fue Verdi en el garaje con la soga? —Preguntó Taehyung con seriedad.

Jin revisó las cartas que tenía en la mano, echó varias miraditas a Tae, provocando desesperación en el menor, estaba ansioso por saber si tenía alguna de las características que había mencionado. Yo observaba con una sonrisa a ambos, era divertido como Jin lo hacía sufrir de ese modo.

—Yah, ¿sí o no? —berreó el castaño.

Jin rio y le alcanzó una tarjeta a la cara, evitando a toda costa que yo la viera, Taehyung sonrió en grande y marcó la casilla en su planilla.

Jugábamos Clue. Tomé los dados blancos de encima del tablero y los lancé. Tres. Tomé el token azul y lo moví de la Sala de Juegos hasta la Habitación. Después tomé el token escarlata y la Daga y lo puse en la misma casilla, sólo así, podía hacer una pregunta a Taehyung, quien se encargaría de mostrarme una de sus tarjetas en caso de que contenga alguno de los tres elementos.

—¿Fue Escarlata con la daga en la habitación? —dije mirándolo fijamente. Taehyung paró la trompa mientras observaba las cartas. Después, tomó una de ellas y me la mostró haciendo una casita con sus manos para que Jin no la viera.

Escarlata.

Seguimos así por unos minutos más, casi por una hora, hasta que el juego terminó. Jugamos otra partida que terminó más pronto que la anterior. Entonces, al saber quién había sido el asesino, Jin dijo:

—¡Esto es demasiado aburrido! Si no hubieras hecho enojar a Jimin, estaríamos en una partida con él y sus amigos y esto sería más emocionante —lanzó las cartas que tenía de la tercera partida que estaba por empezar.

—¡No, amor! ¡No podemos ver tus cartas! —chilló Taehyung. Cerró los ojos y a tientas agarró las tarjetas y se las devolvió.

—No me eches toda la culpa a mí, Jin, Jimin no fue tampoco muy amable conmigo —escupí después de cruzarme de hombros.

—Lo entiendo perfecto, yo también querría huir de una bruja como tú.

—¡Si tanto quieres jugar con Jimin llámalo tú! —protesté, lancé las cartas en mi poder sobre el tablero y me puse de pie.

—¡Candace! ¿Qué haces? —Me gritó Taehyung pero no me detuve. Subí las escaleras y me encerré en mi habitación.

Estaba enojada, claro que sí, mi noche estaba muy tranquila hasta que Seokjin se atrevió a sacar el tema de Jimin una vez más. Me parecía increíble como después de un mes no podía superar que nuestra situación ya no tenía remedio, incluso yo había hecho algo para no pensar en él o en lo que pasó.

Primero, no lo volví a buscar, eso era lo que quería y se lo había cumplido. No tenía por qué seguir soportando el constante rechazo de Jimin, tampoco tenía la obligación de aguantar sus repentinos escondites o confesiones de las que luego se arrepentía. Pensé muchos días sobre si había algo de lo que tenía que disculparme, pero no encontraba nada, Jimin había sigo grosero, contradictorio y un verdadero cabrón. ¿Por qué no se daba cuenta de que yo quería ayudarle? Ni siquiera lo estaba obligando a quererme, sólo necesitaba una explicación, no puede besarme y decirme que sentía algo por mí y luego justificarlo todo con un "estaba borracho".

Jimin estaba jugando con mis emociones y yo no podía pedirle perdón por algo que no hice. Él tenía que hacerlo, ¿Que yo lo presiono y asfixio? Sí claro, desaparece por días y en ninguno de esos trato de ir a su casa, Jimin no tenía idea de nada.

Me acosté en la cama y desconecté mi celular del enchufe, revisé los mensajes nuevos, había varios recientes de mis padres y mi mamá, había entablado una conversación con Mi-Young, su apellido correcto era Dong y le di mi teléfono después del evento por amabilidad, sin embargo, habíamos tenido una buena charla al final de todo. No era una mala persona y me odié incluso, por pensar que si lo era. Me habló de su negocio y me invitaba constantemente a reuniones con sus amigas, siempre decía que no con excusas porque no me agradaba la idea, pero esa vez había enviado un mensaje de invitación con el apodo de Yoongi en la oración.

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora