capítulo cuarenta y uno.

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Quería pedir disculpas, lo tenía en la punta de la lengua, pero no lo dije cuando me di cuenta de que se trataba de Suni. Me hice para atrás por pura inercia y fruncí el ceño, la chica no iba a dejarme pasar, lo supe cuando puso sus brazos a cada lado de la puerta. Puso la cabeza de lado y me sonrió con falsedad, su cabello largo hasta la cintura caía suelto sobre sus hombros y por el ángulo de su cabeza, le cubría la mitad de la cara. Se colocó los mechones detrás de la oreja y suspiró.

—Hola, Tae, estoy con Jimin, ¿qué hay de Jin? —dijo con una muy fingida voz aguda, nunca dejó de sonreír hasta que terminó la oración. Entonces, su semblante se volvió serio y sus ojos se achinaron aún más de lo normal, escondiendo por completo la sombra rosa de sus parpados.

—Quítate —demandé, tomé uno de sus brazos con la intención de moverlo pero ella me lo arrancó de las manos.

—¡No me toques! —Chilló en coreano—, eres una cínica —escupió.

—¿Qué dices? —pregunté alzando la voz, me arrepentí de inmediato al recordar en donde estábamos.

—¿Sigues preguntando? ¡Estás engañando a Suga! —volvió a chillar. Yo puse los ojos en blanco y me dispuse a salir pero nuevamente me empujó hacia dentro del cubículo.

—¿Qué demonios quieres, china de mierda? —escupí con enojo y Suni respondió de la manera que no me imaginé jamás.

Pasó muy rápido, incluso no sentí ningún dolor hasta que intenté abrir los ojos. Parpadeé muchas veces, no podía dejar de ver lucecitas de colores, me puse de inmediato la mano en la nariz y miré mis dedos en cuanto sentí líquido correr de ella.

El golpe de Suni contra mi labio se había desviado hacia arriba, dándome también en la nariz. Palpé mi boca y sentí hinchazón en la zona. Volví la mirada a Suni, quien no parecía arrepentirse de nada, su respiración era entrecortada y lucía en verdad muy enojada.

—Repítelo y te rompo la nariz —amenazó.

—Atrévete y veremos a quién elige Yoongi después de eso —sonreí con sarcasmo sin despegar la mano de la nariz.

—Já, ¿por qué querría Suga a alguien cómo tú? Eres una maldita mentirosa.

—Deja de hacerme perder el tiempo y muévete de una puta vez.

—¿Quién es Taehyung, eh?

—¿Qué te importa?

—¿Acaso escuché mal? ¿Le dijiste que estabas con Jimin? Vale, que Mi-Young tiene muchos amigos pero ninguno se llama Jimin, ¿qué escondes, perra? —sus preguntas me caían como bombas en la cabeza, no sabía si era el efecto del golpe o qué, pero ya no soportaba oírla más. Además, no tenía por qué seguir hablando con ella de algo así—. ¡Eso es! Ya lo tengo, estás saliendo con otro y vienes aquí a fingir que te gusta Suga.

—Ya cállate de una puta vez y déjame en paz.

—¡Suni! ¡Candace! ¿Están ahí dentro? —La voz de Yoongi se escuchó del otro lado de la puerta, acompañada de varios golpes en la madera.

La chica y yo nos miramos al mismo tiempo, ella lució más preocupada que yo y de inmediato se puso nerviosa. Aproveché su distracción y la aventé, abriéndome paso por fin hasta los lavabos, donde justo al lado estaba la puerta. Como lo imaginé, Suni había cerrado con seguro, éste era del tipo de rollito que tenías que darle vuelta, lo hice y me sorprendió mucho la urgencia que tenía por hacerlo y de cómo Suni no hizo nada por detenerme.

Me encontré con la cara de un Yoongi desconcertado, tenía las cejas fruncidas y los labios ligeramente abiertos. Su rostro empalideció aún más de lo normal cuando vio el estado de mi cara. Me preguntó qué había pasado y me metió al baño nuevamente, cerrando la puerta tras de él. Se quitó su chaqueta y la dejó en el lavabo, se remangó la camisa, tomó varias toallas de papel del expendedor y las remojó, para luego comenzar a limpiar la sangre de mi nariz.

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora