capítulo treinta y dos.

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Jimin estaba muy ocupado con Seokjin. Estaban tan ocupados que me sorprendía de sobremanera que Tae no se pusiera celoso ni un segundo. Es decir, Tae, Jin te provoca inseguridades ¿por qué estás tan tranquilo con que tu novio toque las pequeñas manos de Jimin?

Que fastidio. Hablaron durante vario rato mientras recogían los vegetales de Taehyung que ocupaba para la comida del día, después ambos fueron a la sala a hacer no sé qué, dejándonos al castaño y a mí pelando zanahorias; para finalmente, a la hora de sentarnos a degustar todos hablaban como amigos de toda la vida.

No era nuevo, sin embargo, porque los había encontrado así antes noches atrás. Sólo no me quedaba claro porque todos parecían no percatare de que yo estaba allí y sólo querían hablar con Jimin.

Si no era sobre comida, era sobre trabajo (el de Tae obviamente), reían con chistes en coreano que yo no entendía al cien por ciento y discutían sobre el capítulo más reciente de One Piece.

Nerds.



—Candace dice que los niños son tiernos, ¿no es así, Candace? —Taehyung me miró esperando una respuesta mientras bebía de su vaso.


Yo no capté su pregunta hasta unos minutos más tarde, cuando me atreví a levantar la cabeza del plato.

Jimin y Jin también esperaban que dijera algo. Jimin me miraba de una forma extraña, como si no tuviera interés en lo que tuviera que decir y Jin, bueno, él parecía querer reírse de mí pero, ¿cuándo no?


—¿Qué dices? —Carraspeé un poco.

—¿De verdad te gustan los niños? —Preguntó Jin.

—Ah, sí, eso creo...

—¿¡Lo ves!? —Taehyung me interrumpió con un grito hacia su novio. Jimin se sobresaltó en su lugar—. Te dije que todos creen que tener hijos es una buena idea. Trabajo con niños, son maravillosos —apretó los labios y las comisuras de éstos fueron hacia abajo, sin embargo, aún parecía que estaba conteniendo una sonrisa.

—Espera, yo no he dicho es...

—Por favor, Tae, dices eso porque son niños ajenos —frunció el ceño y pico la comida con sus palillos—. Además —volvió a mirar a su novio—, tú dices que son lindas hasta esas cortinas que tienes en la sala.

—¡Es porque en verdad son muy bonitas! —Protestó.

—¡Claro que no! Son espantosas y te lo dije antes de que las compraras, pero ¿me escuchas? ¡No!

—¿Mis cortinas son espantosas? Ah, pero no fueran tus estúpidas figuritas de Mario Bross estorbando en la repisa del cuarto porque...

—¿Estúpidas? ¿Acaso-dijiste-que-mis-figuras-son-estúpidas? —La voz de Jin fue más baja y entre cada pausa sólo hizo más notorio su enojo.

—Ajá —alargó la vocal con burla.



Jin abrió ojos y boca con indignación, asintió con la cabeza un par de veces, se mordió los labios, se peinó el cabello y luego rio falsamente.

Luego de un suspiro, golpeó la mesa con sus palmas de las manos, haciéndonos saltar a todos los presentes, después comenzó a hablar en coreano tan rápido que podría jurar que ni siquiera Jimin o Tae pudieron entender.

Cuando Jin terminó su berrinche, Tae lo miraba serio y yo con los ojos como platos y sin saber qué decir. Todo fue silencio hasta que, del otro lado de la mesa, la risotada de Jimin nos hizo reaccionar a todos.

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora