capítulo catorce.

198 18 0
                                    


Jimin dejó las bolsas en el piso, me señaló al mismo tiempo que hablaba con sus amigos, se escuchaba indignado más que nada y con razón. Yo no podía dejar de mirarlo, sin embargo.

Después de unos minutos, Jimin, con el ceño fruncido y a regañadientes, le otorgó a cada uno sus respectivas cajitas con fideos, incluso a mí. Los tres chicos comenzaron a comer en silencio, si acaso recibía miradas de alguno pero no dejaba de ser bastante incómodo y no paraba de pensar en qué había dicho Jimin para que la situación se tornara así.

Dejé el empaque en la mesa auxiliar junto al sofá donde me encontraba y tomé el celular nuevamente. Dudé un momento sobre lo que quería decir, pero finalmente presioné el botón del parlante que se encontraba en el traductor.


"¿Ya vamos a bailar?"


La robótica voz llamó la atención de los tres hombres, se miraron entre ellos hasta el punto de sólo mirar a Jimin en espera de una respuesta. Claro que contestó, pero sólo para ellos. Y, así sin más los terminó corriendo de la casa, secreteándose de camino a la puerta.

Cuando Jimin volvió me puse de pie de inmediato, él señaló con su cabeza las escaleras y caminé detrás de él lo menos torpe que me fue posible. Al llegar al último piso se dirigió a poner la música y acomodarse la ropa, parecía que tenía demasiada urgencia de empezar.


—Oye —lo llamé—, ¿por qué tanta prisa? —No contestó, nada fuera de lo normal—. Tus amigos son muy buenos, tal vez fuiste un poco duro...


La música a volumen medio interrumpió lo que estaba diciendo, iba a seguir hablando cuando él subió aún más el sonido, con la intención de no escucharme, a pesar de que no me entendía. Grosero.

Dio media vuelta y caminó hacia mí a paso lento, me quitó el bolso, la chaqueta y arrojó todo al piso sin ningún cuidado.


—¡Oye! ¿Qué ocurre contigo? —Protesté.

—Cállate —respondió sin mirarme, me tomó de los hombros y me giró para después recoger mi cabello en una coleta alta seguramente mal hecha. Sus dedos explorando mi cabeza me erizaron la piel por completo.

—¿Quién te crees para hacer eso? —Pregunté alejándome, mientras me tocaba la nuca con ambas manos. El espejo detrás de él reflejaba mi peinado, no había quedado tan mal después de todo pero aun así, no obtenía una respuesta de su parte y el hecho de no poder entendernos como quería me estaba haciendo enojar.


En esa ocasión no escribí en el celular, sino que grabé mis palabras y esperé a que el propio aparato le hablara por mí. Así las cosas fluían más rápido.


—¿Quién te crees para hacer eso? —dijo la voz proveniente de mi celular. Jimin me miró raro peo no tardó en captar lo que estaba intentando, así que sacó su teléfono también y habló.

—El cabello te va a estorbar —tradujo.

—Bien, pues pudiste decírmelo y yo misma lo ataba.

—Supéralo.

—Ya veo, todo era una excusa para acercarte así.

—No.

—Claro que sí, ¿qué te importa si mi cabello está suelto o no?

caught in a lie | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora