El teléfono no había dejado de sonar. Alguien había estado llamado alrededor de tres veces. La cuarta colmó mi paciencia.
Arrojé la cobija que llevaba encima, me levanté y me encaminé al mueble del televisor donde se encontraba mi celular conectado, lo tomé y lo desenchufé de un jalón, finalmente volví a la cama y revisé el aparato que seguía emitiendo sonido y vibración.
Un número desconocido iluminaba la pantalla, deslicé la opción de color verde y puse la bocina en mi oreja.
—¿Diga? —respondí somnolienta.
—Niña, al fin contestas, llevo horas llamándote —escuché la voz de Jin del otro lado de la línea, me tallé los ojos y me recosté en la cama emitiendo un sonoro y largo bostezo—. No puede ser, ¿vas despertando? Todo este tiempo creí que no respondías por el número o no sé.
—Te vale si voy despertando o no —respondí—. ¿Qué quieres?
—Quiero que me digas en que motel te estás quedando.
—¿Para qué?
—Voy a ir a buscarte, tengo que decirte algo. Sólo que cerca de mi bar hay aproximadamente tres o cuatro moteles y no voy a perder mi tiempo en ir de uno en uno sólo por ti.
—Sin embargo, me llamas cinco veces para despertarme y decirme que viniste hasta aquí a buscarme por algo. Qué bueno que no lo haces por mí —dije con sarcasmo.
— ¿Vas a decirme dónde estás o no? —evadió por completo lo que dije y su tono de voz comenzó a sonar desesperado. Yo me reí de él.
—Pues no sé nada de calles, pero si caminas del bar hacia tu derecha todo derecho y pasas dos semáforos vas a ver un edificio de ladrillo alto con un enorme cartel llamativo que dice 'motel' en letras mayúsculas —expliqué levantándome de la cama, me dirigí a la ventana y abrí un poco la cortina—. Yo estaré viendo a la calle si no te veo en la acera en menos de quince minutos es que te perdiste.
— ¿Acaso crees que soy un turista cómo tú, niña? —elevó la voz, entendí el por qué nada más escuchar el sonido del tráfico y los peatones, estaba caminando.
—No, pero cualquiera podría perderse. Recuerdo que una vez me perdí de camino a mi casa, en Inglaterra.
—Pues que tonta, ¿quién no sabe volver a casa?
—No es que no supiera, sólo olvidé el camino exacto y terminé en un barrio paralelo al mío y no te imaginas.
— ¿Qué pasó después?
—Pues llamé a uno de mis padres, estaba tan enojado que mandó a mi padrastro a buscarme, él no me podía ni ver, yo pienso que estaba exagerando.
— ¿Padres? —preguntó con mucha más atención y como siempre, el tono de su voz cambió.
—Mi papá está casado con otro hombre —expliqué, le eché un vistazo a la ventana para ver si Jin se aproximaba.
— ¿Eres adoptada o algo así?
—No, nada de eso. Mis papás estás separados, mi mamá volvió a su estado natal y yo me quedé con mi papá en la capital.
—Déjame adivinar, tú padre salió del closet mucho después y por eso se divorciaron.
—No, es algo más loco aún —reí. De pronto vi la figura de un hombre en la calle, por el color del cabello supe que era Jin, él miró hacia arriba, supuse que analizaba la edificación, entonces nuestras miradas se encontraron. Yo le enseñé mi mano en forma de saludo.
—Creo que terminarás tus historias en otro momento —dijo—. Empaca tus treinta maletas, entrega tu llave en recepción y ven conmigo —sonó más a orden que a favor, no me dio tiempo de responder porque colgó la llamada.
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caught in a lie | Park Jimin
FanfictionPor un problema con la aerolínea, Candace Mint se ve obligada a pasar una noche en Busan, sin equipaje y sin pila en el celular. En una búsqueda de comida entra a un bar, donde después de un par de tragos posa su vista en un bailarín, pone atención...