caught in a lie | Park Jimin

capítulo cuarenta.

Yo no quería que Jimin me viera como su hermano y tampoco que me dijera mentiras. Tenía que hacer algo para que confiara ciento por ciento en mí pero aún no sabía cómo, esperaba que se me ocurriera algo pronto.

Salí ese día de su casa la mañana siguiente. Él fue a dormir a su cuarto y me trajo unas cobijas y una almohada más cómoda. No le mencioné las mentiras que había captado en él, tampoco hice más preguntas, volvimos a hablar sobre la televisión nueva, dijo que había cambiado algunos de sus muebles con el dinero que le había pagado pero yo sólo había visto esa.

Dos días después, Jimin y yo hablamos por mensajes, pero no nos volvimos a ver. Todo fue bastante raro porque ninguno tocó el tema de aquella tarde-noche, como si no hubiera pasado y yo trataba de no pensar en eso. Mientras tanto, estaba en mi recamara cuando un mensaje en la pantalla saltó, era Mi-Young, la amiga de Yoongi.

Ella me estaba invitando a su fiesta de cumpleaños en su restaurante, sería el jueves por la noche, cumplía veinticinco y lo festejaría con amigos y familia cercanos. Prometió que Yoongi estaría ahí y sonreí. Acordamos la hora en que yo me presentaría, unos minutos más tarde, Yoongi llamó preguntándose si iba a ir, volví a sonreír.

*

Taehyung y Jin ya estaban más que enterados de nuestra situación, el primero estaba feliz por lo sucedido mientras que el otro estaba convencido de lo estúpida que era nuestra relación, y lo peor de todo es que no teníamos una relación.

No sé cómo me las arreglé para convencerlos de que estaría con Jimin la noche del jueves, pero se lo tragaron. Taehyung se ofreció a llevarme al restaurante de Mi-Young, se estacionó en el mismo lugar donde se estacionó Yoongi la primera vez y no me dejó salir hasta que hubo dicho algunas cosas, Tae era muy protector conmigo y era algo que le agradecía, sin embargo, no podía dejar que algo así se alargara tanto en ese momento.

Después de varias recomendaciones de su parte, como llegar temprano, no beber demasiado y demostrar buenos modales, me dejó ir.

Entré al restaurante cautelosamente, había música a volumen intermedio y algo de gente, la verdad, es que era bastante como para tratarse solo de "familia y amigos", pero eso no era asunto mío. Me encaminé por el pasillo principal y miré a mi alrededor en busca de Mi-Young o Yoongi, las paredes blancas adornadas con las flores de Yoongi destacaban más gracias a la luz violeta del lugar, las mesas estaban forradas con tela rosa y los centros de mesa eran las mismas flores de la pared.

Seguí echando un vistazo a la puerta de la entrada a la que supuse, era la cocina, pegado con símbolos grandes de color dorado estaba escrito el nombre de Mi-Young, rodeado de globos morados. El resto de la decoración combinaba los colores y no sé por qué tuve el presentimiento de que si la veía a ella, traería un vestido del mismo color. Reí con ese pensamiento y sentí un brazo rodear mis hombros.

—¡Candace! —gritó una voz femenina, giré mi cabeza para mirar a la chica y sonreí.

—¡Mi-Young! ¡Feliz cumpleaños! —le dije en coreano, la abracé por la cintura y apreté su pequeño cuerpo contra el mío.

—Gracias. Me alegra tanto que hayas venido —respondió en el mismo idioma, con entusiasmo.

Sentí un pequeño alivio, había estado practicando el saludo y parecía que me había salido bien.

—No es nada —sonreí mostrando los dientes. Me separé y le di un vistazo rápido a su atuendo. Era un vestido dorado, había fallado ahí, pero era hermoso. Corto, sencillo, brillaba un poco y el escote dejaba a la vista sus pequeños senos separados—. Te ves muy bien —le dije sin dejar de sonreír.