27. Escape.

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Una hora más tarde, el secuestrador Elliot Doman estaba sentado sobre el sofá. Ansioso. Con los codos apoyados sobre sus piernas, y una mirada perdida. Se había decidido a huir, no por su vida...si no por la de ella. El hecho de que alguien fuera capaz de hacerle más daño del que él ya le había hecho...lo hacía perder la cabeza. Suspiró decidido, y se levantó. Una mochila negra esperaba por él en la puerta.

— Está todo listo. — Marc entro en la habitación. Si bien su cuerpo parecía estar relajado, su cara decía lo contrario.

— Iré por ella. — murmuró entregándole su mochila. — Espéranos con tu jodido pie sobre el acelerador. — lo miró. Marc solo asintió con la cabeza y se marchó con las manos en los bolsillos. Elliot nunca se había detenido en darle las gracias por todo lo que había hecho por él, y por su hermano. Pero en el fondo de su corazón, él sabía que su tío era el único ser que valía la pena en ese lugar. Miró hacia las escaleras y subió rápidamente. De dos en dos. Una vez arriba no se dio el tiempo de tocar a la puerta, simplemente la abrió. Jane estaba tendida sobre el Puff negro con sus ojos cerrados. Su pecho subía y baja al compás de su respiración. Elliot se estremeció al verla tan dulce, tan inocente, tan...ella. Caminó en silencio hasta su lado y le tocó el hombro con su mano fría. Jane se removió, pasó las manos por su cara y comenzó a abrir sus ojos lentamente. Una vez que sus esferas azules se encontraban completamente lucidas. Gritó.

— ¡Diablos, que susto! — chilló poniéndose de pie. Él la miró confundido.

— ¿Y ahora qué te hice?. —se cruzó de brazos confundido.

— Asustarme como siempre...— Jane sonrió ironica.

— Eres muy propensa al miedo. — Elliot rodo los ojos.

— Perfecto, primero soy predecible, y ahora propensa, ¿Algo más para agregar a la lista de defectos de Jane? — alzó sus cejas cruzando sus brazos.

— Seguro encuentro otra, pero más adelante. — sonrió. — Por ahora, toma las pocas cosas que tienes, y larguémonos de aquí.

Jane no se movió, su cuerpo parecía no reaccionar ahora.

— ¿Largarnos dices?, ¿pero...dónde?.— preguntó confundida y pensando si Elliot no había bebido algo nuevamente.

— Luego te explico todo, lo prometo.

— Eso no me suena nada bien. Me estás asustando Elliot. — contesto mientras se ponía los zapatos negros.

— Solo hazme caso Jane. — murmuró recorriendo la habitación. — Mira, eso, toma eso y vámonos. — apuntó la bolsa negra con ropa que estaba en una esquina.

— No me iré a ninguna parte si no me dices que demonios esta pasando.— afirmo sentándose sobre el Puff. — Siéntate y cuéntame que ha pasado..

Elliot respiró hondo, mas bien fue un suspiro.

— No quiero ser grosero ni tener que tomarte a la fuerza, solo obedece ¿quieres?.— alzó sus cejas desafiante mientras apuntaba la bolsa.

— Vaya, me amenazas una vez más, ¿Por qué me sorprendo?. — respondió mientras se ponía de pie y caminaba hasta la bolsa

— Jane... — susurró.

—Estoy obedeciendo, amo. — tomo la bolsa entre sus dedos y se dio la vuelta. Elliot la miraba, su mirada le preocupo, le preocupo inmensamente.

—¿Qué ocurre?. — preguntó.

— Ellos van a matarte. — terminó por decir mientras le tomaba un brazo entre sus manos.

— ¿Qué...que dices?.— dejo caer la bolsa de sus manos y sintió su cuerpo haciéndose pequeño.

Pero, ¿por qué?, ellos eran los menos interesados en Jane, o eso creía ella, Jane pensó todo este tiempo que Elliot sería quien acabara con su vida para vengarse de su padre, y ahora resulta que no solo el quiere matarla, si no que toda la banda.
— Me lo han dicho Jane, quieren atravesar tu cabeza con una bala. — pronunció aquella frase con odio en sus ojos. Su voz era áspera y dura. El rostro de Jane empalideció al escuchar las palabras. Rápidamente comenzó procesarlas en su cabeza, y tuvo que enterrar sus dedos sobre los brazos de Elliot para no dejarse caer.

— Pero…tu me dijiste que no ibas a matarme.— el corazón de Jane cada vez latía con mayor intensidad. ¿Sería intencional todo?, Elliot no podía matarla, ya se lo había dicho, ¿le estaba pidiendo a ellos entonces hacerlo?, Jane sintió decepción, culpo a Elliot de todo esto. — ¿Qué haz hecho ahora para que decidan ser ellos quienes venguen a tu hermano?. — le pregunto sintiendo la boca amarga.

— Elegirte a ti. —  contesto como si supiera lo que Jane pensaba. — Eso hice, acabo de traicionar a la que era mi familia. — la miró fijamente y continuó;— Ahora necesitamos irnos y tiene que ser ya mismo. Y nada de lágrimas, dime que lo entiendes Jane, por favor — murmuró mientras recogía la bolsa del piso y caminaba en silencio hasta la otra esquina. Miró a Jane. Sus ojos estaban consumidos por el miedo.

— Lo entiendo. ¿A dónde vamos?— pregunto caminado hacía el, mientras secaba una solitaria lagrima caer por su mejilla.

— Francia. — respondió observándola. Y por un segundo, él creyó que los ojos de Jane se saldrían de sus orbitas y se irían corriendo.

— Solo vámonos, confía en mí. — extendió su mano para que ella la tomara. Jane tambaleo unos segundos antes de aceptarla. Finalmente unió su mano con la de él, y el miedo desapareció. Se estremeció con la calidez de sus dedos y por un instante, confió, si que confió en él. Pero entonces recordó; su casa. ¿Podría escaparse ahora y salir huyendo?, ¿Quería escaparse y salir huyendo?, podría hacerlo, creo un plan en su mente, podría golpearlo, podría darle en la entrepierna y huir y no parar de correr hasta encontrar a alguien y decirle que estaba secuestrada, que arrestaran a ese sujeto y que lo metieran a la cárcel. ¿Pero quería hacer eso?, su mente se aclaro, estaba mucho más segura con Elliot que en su propia casa, podían ir por ella, podían matar a su padre y a Liam, y entonces luego la matarían a ella, se aferro a la mano de Elliot como si de eso dependiese los siguientes segundos de su vida.

— Me harán daño...— soltó aturdida y desconcertada mientras bajaban las escaleras.

— ¿Qué dices?...espera. —  se detuvo a mitad de los escalones para mirarla. —  Escúchame; te juro por la memoria de Ethan, que te protegeré con mi vida. — respondió Elliot apretando su agarre como si de eso dependiese seguir vivo.

Jane guardo silencio mientras Elliot la llevaba volando por las escaleras, y ella solo se quejaba por no tener unas piernas más largas. Se preguntó porque irían a Francia, y como es que lograrían salir del país. Agitó su cabeza confundida y se concentró en no tropezar. Una vez que llegaron al piso de abajo, Elliot abrió la puerta y el viento alboroto el cabello de Jane.

— Es de noche...— susurró mientras miraba la luna. Por primera vez luego de mucho tiempo se encontraba afuera, en el exterior. Inhalo el aire puro y se deleitó al sentir frio. Abrió más sus ojos para mirar las estrellas. Dio una mirada rápida a su alrededor, al fin sabía donde estaba, al menos la descripción de las casas porque ese sitio no lo conocía, parecía ser un desolado callejón con solo esta casa en el centro. Se pregunto a donde podría correr si quisiera hacerlo, no habían rejas, no había mas gente, solo habían arboles, la casa parecía estar protegida por estos. No podría huir aunque quisiera, a donde fuese que corriera, iban atraparla, iban a dispararle por la espalda.

— Jane, date prisa. — Elliot la cogió del brazo para que entrara en el Jeep plateado. Esta murmuró algo que él no logro escuchar y puso un pie dentro de la camioneta. Marc la sorprendió mientras miraba la luna por los vidrios polarizados. Jane lo miró y sintió alivio en su corazón, no lo dejarían atrás. Elliot entro segundos mas tarde.

— Listo, vámonos ya. — ordenó cerrando la puerta del copiloto
Marc miraba a Jane por el retrovisor, preguntándose que sería ahora de ellos tres.
— Hay que irse ahora — ordenó por segunda vez. Marc asintió con la cabeza e hizo partir el Jeep. Jane tuvo que hundir el trasero en su asiento para no perder el equilibrio cuando este pisó el acelerador. Rápidamente su alivio habían sido opacado por gritos cuando dos balas rozaron la camioneta. Elliot maldijo en voz alta y sacó un revólver de su ropa. Bajó el vidrio polarizado y con la mitad de su cuerpo afuera comenzó a dispararle a cuatro coches negros que estaban detrás de ellos.

— ¡¿Qué está pasando?! — Jane gritó mientras se escondía rápidamente detrás del asiento del piloto.

— ¡Son esos bastardos. Más rápido Marc!

— ¡Te van a dar, siéntate! — respondió mientras pasaba cambio y aceleraba aún más.

— ¡Me importa una mierda, acelera!

— ¡Elliot, entra ya! — Jane gritó mientras cubría su cabeza.

— ¡Jane, tú no te muevas! — le ordenó sin mirarla.

— ¡Maldita sea, hermano, te matarán!

— ¡Marc, joder, solo acelera! — y este solo obedeció.

Los ojos de Jane se cerraron rápidamente cuando una bala sonó a centímetros de ellos

Libérame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora