48. Revelaciones.

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Toda la habitación parecía estar sin oxígeno, Jane no sabía si estaba de pie, o si se encontraba volando. Aquella mujer parada frente a ellos era su madre, y lo sabía, lo sabía por como su corazón latía, lo sabía por ese rostro, por como todos en la habitación la comenzaron a ver, y sobre todo, por el desfigurado rostro de su padre. 

— Esto...no puede ser.— habló Sam perdiendo el control de su cuerpo, se dejo caer a la cama mientras todo su cuerpo temblaba. 

— ¿Tú...tú eres la agente Lindson?.— preguntó uno de los policías que acompañaba a Sam en la misión. 

— Sí, soy yo, y ahora no tenemos tiempo para tantas preguntas, hay dos personas heridas que debemos ayudar. — La mujer miro a Jane por el rabillo de su ojo, ignorando por completo su presencia. 

Jane mientras tanto, parecía estar viendo un fantasma, que en realidad, lo fue por todos estos años, su boca estaba seca, sus manos sudorosas, y su respiración totalmente descontrolada.

— ¿Alguien que tenga un móvil para llamar a urgencias?.— preguntó desviando su mirada de Sam, y concentrándose en Elliot, quien a diferencia del policía, estaba perdiendo muchísima sangre, se sentó en el piso junto a el, afirmando su cabeza. 

— Tranquilo, vas a estar bien.— susurró acariciando su cabello. Jane frunció el ceño, confundida. 

— ¿Es que están sordos?, necesito un móvil, Sam, entrégame el tuyo. — lo miró.

Sam, quien seguía en la cama sentado, no reacciono. Es más, pareciera ni siquiera haberla escuchado. Jane sí escucho, por lo que se dirigió donde su padre e introdujo sus manos en los bolsillos, saco su móvil, y marcó a urgencias informando lo sucedido. Media hora más tarde ingresaban a Elliot al servicio de urgencias para proceder a quirofano y extirpar los proyectiles, al igual que al policía. 

— ¿Me escuchas hermano?, estarás bien...— murmuró Nathan acompañado de su camilla. 

— J...Jane...

— Estoy aquí, estoy justo aquí. — se hizo notar rozando sus dedos con la mejilla de Elliot. El abrió sus ojos, mientras se retorcía de dolor. 

— Lo siento, solo pueden llegar hasta aquí. —informo la enfermera mientras se lo llevaban por otro largo pasillo y unas puertas enormes. Jane comenzó a llorar, Nathan la tomo del brazo y la llevo a sentarse a la espera de que todo saliera bien. 

— Nathan Clean, quedas detenido por el delito de secuestro.— inmediatamente uno de los policías que los descubrieron en el hotel, acompañado de su compañero, tomaron a Nathan por ambos brazos y lo esposaron, el solo hizo una mueca de disgusto, pero no ejerció fuerza alguna. Jane simplemente observo la situación, ¿que mas podía hacer?, ¿pedir que no se lo llevaran?, eso era absurdo, al igual que lo era el pensar que Elliot saldría de aquel hospital con ella de la mano. 

— Hey, todo estará bien. — le dijo Nathan sonriendo mientras se lo llevaban fuera del hospital. 

Jane se sintió pequeña, diminuta, y es que aun no podía procesar todo lo que acababa de suceder, su madre no estaba muerta, si es que esa mujer era su madre, su padre, se encontraba en otra sala siendo atendiendo, ya que su presión bajo, y sufrió de una crisis perdiendo la consciencia, Elliot, su amado Elliot, estaba luchando para al menos quedar con vida después de todo esto, y Marc, aquel hombre protector que la envolvio en calidez desde que la vio, estaba muerto. Sintió su corazón romperse, lo único que le interesaba era que ya no hubieran mas heridos, que esto terminara pronto.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2023 ⏰

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