Jane salió del baño enseguida luego de escuchar toda la conversación que aquellos compañeros tenían.
—¿Qué dices?, ¿Vienen por mi?.— preguntó abriendo sus enormes ojos azules.
—Jane, que gusto verte.— respondió Nathan con ironía.
— ¡Hay que irnos, toma las cosas, larguémonos ya!. —gritó Elliot guardando su arma y tomando de la mano a Jane.
Sobresaltó a todos con aquel grito, pero Nathan, inmediatamente sacó su arma dispuesto a cubrir las espaldas de aquel amigo. Y su chica.
Iban corriendo por el pasillo, Jane con una camisa de hombre y desordenada, Elliot, con boxer y una camiseta negra sobre su cuerpo, Nathan, mientras tanto, con un dolor inmerso en el cuerpo y también, en el alma, habían matado a uno de los suyos.—¡Espera, espera, necesito la fotografía de mi madre!.— gritó Jane, safandose del agarre de Elliot y corriendo de vuelta a la habitación.
— ¡Jane!— gritó Elliot perdiendo la paciencia.
Nathan salio detrás de ella, y acto seguido, Elliot también.
— Jane, podemos tener otra fotografía de tu madre. —insistió tomándola del brazo.
— No, necesito esta, ¿donde la deje?.— comenzó a buscar desesperada la fotografía dentro se aquella caja.
— ¡Mierda chicos, apúrense ya, vámonos! — vociferó Nathan mientras intentaba ayudar buscándola.
— Jane, vámonos.— volvió a insistir Elliot, mirando hacia la puerta.
— ¡Que no, que necesito la fotografía!— respondió tomándose la cabeza. —¡Estaba aquí, estaba aquí joder!.— reclamó apuntando la caja.
— ¡Deja la estúpida fotografía y larguémonos ahora, ¿entiendes lo que te digo maldita sea?!.—la tomo del brazo fuertemente, tanto, que Jane gritó.
— ¡Suéltala ahora, infeliz!
Toda la habitación se quedo en absoluto silencio.
Jane sintió como sus latidos rápidamente llegaron a su cabeza, junto con un fuerte mareo y náuseas. Sus piernas se debilitaron, y su mirada se nubló.
Elliot, por su lado, sintiendo un extremo calor en su muslo izquierdo, inmediatamente después, el mismo maldito calor en el brazo. Eran balas.Al frente de ellos, estaba Sam, el padre de Jane, junto con otros tres oficiales de policías, y con un arma que recién había sido disparada, estaba Liam, apuntando la otra pierna de Elliot.
— ¡Bastardo!.— Nathan apuntó hacia el pecho de Liam, solo unos segundos más, y dispararía.
Jane, mientras tanto, no reaccionaba, solo veía a su padre ahí, de pie junto a ella, a su novio, y por un momento...se sintió destrozada. La habían encontrado.
— Como dispares, te acribillan. —respondió Liam, posicionando su mirada en Jane primero, con unos ojos brillantes, con una mirada cálida y de un hombre enamorado...luego, con confusión. Miró su ropa, sus piernas al descubierto, su cabello alborotado...y luego lo miró a él, a Elliot, afirmaba la mano de su novia fuertemente mientras se dejaba caer a el piso luego del impacto, acto seguido, Jane cayo junto a él, volviendo en sí.
— ¡No, no, no...Elliot, despierta!.— gritó Jane cuando lo vio cerrar sus ojos. La desesperación entró en su cuerpo y comenzó a hacer presión sobre la herida de la pierna con sus manos, gritando su nombre.
— ¡Jane, ¿que haces?!, ¡aléjate de el, ven aquí!.— le gritó Liam sin entender absolutamente nada de aquella escena.
— ¡Lo mataste, hijo de puta, lo mataste!.— gritó Nathan apretando el gatillo. Jane cerró los ojos, y luego solo sintió un cuerpo caer a la fría cerámica. Su corazón se detuvo, miró inmediatamente y un suspiro salió de su boca cuando vio que Nathan disparó hacía uno de los oficiales. Los otros dos corrieron a socorrerlo, mientras que Nathan y Liam se seguían desafiando con la mirada.
— Jane, mi niña...—vocifero Sam, acercándose a ella y levantándola del piso.
— Mi niña...pensé que jamás volvería a verte, dios mío, gracias.— la abrazo fuertemente y Jane respondió a su abrazo, empapando su camisa de la sangre de Elliot.
— ¿Te sientes bien?, ¿Este imbécil se aprovechado de ti?— preguntó Sam tomando la cara de Jane entre sus manos. Su pequeña estaba ahí, viva, frente a él.
— Papá...yo...estoy bien, tenemos que ayudarlo.— respondió Jane secamente. Se tiro al piso nuevamente sin saber en que sitio hacer presión para evitar que la sangre siguiera saliendo.
Sam la miro confundido, no era el recibimiento que el esperaba , no entendía porque su pequeña estaba ahí, sentada junto al hombre que se la había llevado hace ya tres meses.
— ¿Qué dices, mi amor?, ¡estás loca, aléjate de él, ven aqui carño!— Liam bajó su arma para tomarla del brazo y que así se levantara de ese charco de sangre. Jane entonces, hizo lo que tantas veces ocurrió con Elliot.
—¡Suéltame!.— se zafó bruscamente de su agarre mirándolo fría.
Lo siento tanto, Liam.
— Jane, amor, estás confundida, ya se termino todo, ven aquí cariño, nos iremos a casa. — la envolvió en un fuerte abrazo cálido. Jane sintió su aroma y no pudo evitar emocionarse, dejando caer una lágrima, se apartó de él.
— No me iré a ningún sitio sin este chico. — respondió mirando a Elliot.
— Jane...mi querida...Jane.— Elliot murmuró mientras abría sus ojos cristalinos. —Se acabó mariposa...la jaula está totalmente abierta, LIBERATE.
— ¿Qué?, no, no se acabo nada, te sacaré de aquí, te lo prometí, mírame...— Jane comenzó a llorar, y cada vez con mayor intensidad a cada palabra que decía, y cada vez también, que Elliot la amenazaba con irse cuando cerraba sus ojos retorciéndose de dolor.
— M...mi querida Jane...— volvió a repetir mientras una lagrima caía por su mejilla.
