Candace:
—¿Cómo se te ocurre irte sin avisar? Casi me da un infarto de la preocupación, eso sin contar que mi celular se quedó sin batería. ¿Sabes que tus amigos también tienen teléfono y que no cuesta nada mandar un mensaje? Un "hey, estoy con Arvel. Dile a Rory que lo veo en casa" no está de más...
Ojalá me hubiera importado el sermón de mi hermano una vez que estuvimos en casa. Estuvo hablando de si él y los demás hacían apuestas sobre nosotros dos no tenía por qué seguirles la broma. Menos compartir saliva con Arvel. Quise decirle lo mucho que quería al chico de cejas despampanantes, pero no lo hice, sabía que sería más sobreprotector y no estaba de humor para más escenas como esa.
Esa misma noche, me quede pensando en la salida con Arvel. Y fue doloroso darme cuenta de que él no sentía lo mismo que yo, llegué a la conclusión de que tal vez estaba algo confundido, y por eso había pedido la cita. Pensé en muchas cosas tristes que me prometí olvidar al casi quedarme dormida.
En la mañana siguiente, me fui a la escuela sin Rory, si lo miraba estaba segura de que le golpearía el rostro. Pensaba en como pedirles a mis padres un lugar para mi sola, mejor si era en otra ciudad al otro extremo del mundo, aunque era mucho pedir. También podía irme a la escuela a hacer alguna actividad, o cualquier cosa lejos de casa y de su existencia.
Una vez que llegué a la escuela, alguien estuvo muy cerca de mí. Pensé que se trataba de esos chicos acosadores o de Liam, el chico del anuario que aprovechaba cualquier oportunidad para tomar una foto y anotar algún chisme en su libreta. Pero solo era Gerard.
—No creas que te escaparas tan fácil de mí —dijo y recordé a esas amigas chismosas—. Debes contarme todo lo que paso ayer, con lujo de detalles.
O peor que la amiga chismosa. Podía ser reportero de escándalos.
—Hola, Gee. Estoy muy bien, gracias —contesté con notorio sarcasmo—. ¿Tú como estas?
—Ja-ja. No seas así Flynn. Desde la ventana todo parecía como una verdadera película de drama. Tú la princesa y Arvel el valiente caballero, ¿o era al revés? —Medito un poco—. No importa, pero Rory si era el dragón.
—¿Qué Rory Delaney era qué?
Ahora si parecía una reunión de tías. Phoebe se reunió con nosotros y miraba con confusión a Gee, era obvio que no sabía de qué hablaba.
—Nada, Phoebe —respondí.
—Ay no seas así Candy. Phoebe también debe de saber.
—Entonces cuéntale tú.
Seguí mi camino hacia el aula, ignorando la plática de esos dos. Sin embargo, cuando estaba subiendo el último escalón los gritos de mi única amiga hicieron detenerme. "¿Por qué?" Me pregunte en pensamientos. "¿Por qué a mí?"
—Ya me contó todo, ahora tú debes de decir que pasó.
—Ayer fue mi cita con Arvel.
Ambos empezaron a gritar, brincar y abrazarse. Casi podía ver lagrimas... ah no, Gee si lloraba.
—¿Y qué más?
Cansada de su insistencia, les relate todo lo sucedido, desde nuestro escape hasta el casi beso y como mi hermano hizo su aparición como dragón. Sus caras de asombro eran mejores de lo que pude haber imaginado, más la de Gerard.
—Bueno —comenzó mi amiga al terminar la historia—, tu hermano es un imbécil por hacer su aparición. Sé que te quiere proteger, pero exagera.
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Siempre fuiste tú ✔
Novela JuvenilCandace Delaney y Arvel Winslow han sido amigos casi toda su vida, ambos pueden deletrear sus aventuras o callar cuando se trate de sus travesuras. Candace está enamorada de Arvel, y Arvel está enamorado de Candace. Solo que ninguno sabe sobre dich...