05: You've got to see what tomorrow brings

45 4 0
                                    

Candace:

Los chicos y yo habíamos planeado hacerle una fiesta sorpresa a Gerard, lo malo del plan era que yo debía distraerlo y sabía descubriría la intención tarde o temprano. Quiero decir, él me conocía mejor que a nadie, así que lo descubriría por cada uno de mis movimientos.

Por suerte —si es que se le puede considerar así— tomamos la decisión de realizar la fiesta el fin de semana, de esa manera nadie se quedaría dormido a mitad de esta por el cansancio. Lo único que hicimos ese día fue mandarle un mensaje muy emotivo por privado, como era mi costumbre. Mientras tanto, Rory y Jacob me daban sus pequeños consejos para poder "actuar" el sábado y que todo saliera perfecto.

Cuando llegó el tan esperado día tuve que mandar cientos de mensajes a Ben para comprobar que todo estuviera en orden, ni pude alistarme con tranquilidad por el montón de preguntas que surgían o por los mensajes que me mandaba Gerard a cada cinco minutos. En parte era una buena noticia, porque parecía que las cosas iban de acuerdo al plan.

La ventaja de tener un compañero como Marshall era que te dijera cuando algo no andaba bien... casi salía de casa sin zapatos.

*

Estuvimos caminando un buen rato, Gerard era el que platicaba de sus aventuras en los últimos años y, como siempre, lo escuchaba con atención. Aunque una parte de mi hubiera querido estar ahí para ser su cómplice.

—Sí, Phoebe lo contó hace poco —dije, mientras trataba de seguirle el paso al pelirrojo. ¿Desde cuando caminaba tan rápido?

—Ojalá existiera alguna foto de la expresión de ese tipo. La tuviera en mi álbum de recuerdos.

—Y se la contarías a tus nietos —Completé la frase antes de que él lo hiciera.

—Algunas cosas nunca cambian —rodeó su brazo sobre mis hombros—. Como el cariño enorme que te tengo.

—Ay, no empieces de cursi.

—Es la verdad. Estos años sin ti fueron horribles.

—Yo también te extrañé.

—No, me reemplazaste.

—Y tú a mí —mencioné recordando a su novia—. A ver cuando nos presentas.

—En uno de estos días. El otro día las iba a presentar, pero estaba trabajando.

Entramos al centro comercial y Gerard se dirigió a un local de comida rápida.

—¿Y la amas?

—Uff, demasiado. Casi como tú a Arvel.

Rodé mis ojos, sin embargo, no hablé. No lo creí necesario.

—Hablando de él, ¿cuándo le dirás lo de Peter?

—Cuando logre entender matemáticas —ambos reímos.

—Ay, con ustedes dos nunca se puede.

No quise preguntar de qué hablaba y cambié de tema. Minutos más tarde, él se levantó del asiento para pedir nuestra comida —que yo pagaría—, el postre y alguna bebida.

*

Terminamos de comer y fuimos de regreso a casa. Cuando Gerard fue un rato al baño aproveché para revisar los mensajes, Bob confirmó que todo estaba listo y que ya podía llevar al cumpleañero. Por esa razón iba nerviosa durante el camino, y le agradecí a Jacob por el consejo de cómo podía ocultarlo, porque parecía funcionar.

—¿Quieres que te acompañe a tu departamento? —me preguntó.

—No. Marshall salió a hacer unas compras, dijo que se iba a tardar y no quiero estar sola —Fingí tristeza—. ¿Puedo quedarme un rato contigo?

—Hasta la pregunta ofende, por supuesto que sí. Así podremos platicar más.

Le sonreí y continuamos con nuestro camino, estuve a punto de comerme las uñas... En especial por recordar la otra sorpresa que tenía entre manos.

Abrió la puerta de su casa, después de entrar se escucharon los gritos de nuestros amigos diciendo "Sorpresa", lástima que no pude ver su rostro, pero me la imaginé al ver como brincaba de la emoción.

Después de una sesión de abrazos y llanto por parte de la mayoría, entregamos nuestros regalos, los cuales el pelirrojo amó.

Luego la fiesta comenzó, me quedé un rato sola porque Gerard tenía que recibir a unos amigos que apenas llegaban. Más tarde, él me llamó para presentármelos y por fin conocí a su novia Jude.

Cuando dio medianoche quité la música, pedí algo de silencio y atención a todos los presentes.

—Me gustaría decir unas palabras —miré entre la multitud—. Sé que estamos celebrando el cumpleaños de Gee, pero esta fiesta también fue planeada para festejar a otro gran amigo —lo señalé—. ¡Feliz cumpleaños, Ben!

Todos aplaudimos, Benjamín se notaba demasiado feliz y podía apostar que estaba llorando. En eso entró Phoebe seguida de Jacob, ambos con un pastel, uno para Ben y el otro para mi mejor amigo. Cantamos el feliz cumpleaños, le entregamos nuestros regalos al frente grande y la fiesta continuó.

La cosa se puso incómoda cuando Alma y Benjamín se pusieron demasiado cariñosos, estuvimos platicando por un rato y ellos de pronto comenzaron a ponerse melosos. Cuando los miré besándose decidí que era el mejor momento para abandonar el lugar.

Busqué a Gerard, pero él también se encontraba con su novia y no quería seguir haciendo mal tercio. Vi a los demás ocupados, hablando con los invitados o bailando. Así que preferí estar un momento a solas.

Di un pequeño paseo por la casa, primero por la cocina, el patio y al final dirigí mis pasos a la segunda planta, la cual se miraba solitaria.

Entré a una habitación, parecía que era la de Gee por las fotografías que se encontraban en la pared. Cerré la puerta y caminé para observarlas mejor, ahí comprobé que era donde mi amigo dormía. Había una foto de nosotros dos del día de la graduación, también miré el vinil de su grupo favorito.

—¿Flynn?

Ay no... el momento que no quería había llegado.

Volteé lentamente y me encontré con Arvel Winslow, quien se encontraba frente a la ventana.

Siempre fuiste tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora