Siempre fuiste tú ✔

04: I'm a walking travesty

Una hora más tarde salimos de la biblioteca por la insistencia de la pobre señora en que nos fuéramos. Lo cierto fue que ni se molestaron con ella como, tal vez, ambas esperábamos. Jacob hasta se disculpó por todas las molestias que habían ocasionado en esas horas que estuvimos ahí, mientras los demás acomodaron en silencio los libros ocupados. Gerard y yo no podíamos creer lo que veíamos, él casi se echaba a reír.

Al salir, deje que ellos fueran adelante de mí, pensaba en la tranquilidad de aquel día y en imaginarme los siguientes de esa manera. Luego, recordé las palabras que susurraron mis compañeros y sentí como mi ánimo decaía.

Alguien me abrazo por los hombros haciéndome sobresaltar, y no solo por ser Arvel, sino porque me encontraba en mis pensamientos más profundos. Tenía miedo de que pudiera notar que ya no estaba tan feliz como antes de salir de la biblioteca, sin embargo, por su expresión me di cuenta de lo distraído que se encontraba. Fue un gran alivio y tuve la oportunidad de fingir.

—Hola, Flynn.

—Hola, Winslow.

—¿Qué tal tu primer día?

Consideré decirle sobre los murmullos en la última clase por tan solo un segundo, pero me di cuenta de que no cambiaría nada si se lo contaba. Esos seguirían conmigo por el resto del día.

—Muy bien —Sonreí de manera forzada—. ¿Qué tal el tuyo?

—Pues, estuvo bien, nada del otro mundo.

—Me alegro.

—¿Te dejaron tarea? Puedo ayudarte si así lo deseas.

Sonaba mala su idea pensando en que no pondría nada de atención. A no ser que existiera alguna clase que tratara sobre él, ahí hasta tomaría apuntes extras.

—No tengo tarea, gracias de todas formas.

Seguimos caminando, adoraba estar tan cerca de él sin que se sintiera raro por las miradas de nuestros amigos y mi hermano. De pronto, Arvel detuvo su andar lo que provocó que yo parara el mío, miró a los demás y entonces me hizo una seña para que no hablara. Aquello dio un poco de risa, ellos ni siquiera nos prestaban atención. Dejó de abrazarme para tomar mi mano y salir corriendo. Nos dirigimos a la puerta trasera de la escuela, esa que mi hermano detestaba por alguna razón. Una vez fuera seguimos corriendo, pareciendo unos completos fugitivos. Y así era, yo huía de las burlas de mis compañeros y de la sobreprotección de Rory.

Dos calles adelante nos detuvimos, sentí la adrenalina recorrer mi cuerpo y llegué a pensar que en algún momento mi respiración se iría... y aun así criticaba a mi mellizo cuando se cansaba de correr, qué hipócrita.

Con todo agitado en mi sistema todavía, me atreví a encararlo.

—¿Por qué hiciste eso?

—¿Qué? —respondió apenas. Él también se cansó.

—Vamos Arvel, sabes a lo que me refiero.

Se sentó, recargándose a la pared de alguna casa abandonada, respiraba con dificultad y buscaba las palabras indicadas. Me puse a un lado de él, no dejaría tan fácil que cambiara el tema si es lo que pensaba. Era muy necia cuando me lo proponía.

—Quería escapar contigo. Que tu hermano se volviera loco al no verte cerca de él, sé que me golpeara por hacerlo, pero tenemos una cita pendiente.

Amé ese lado de Arvel, al parecer tenía los mismos pensamientos que yo respecto a mi hermano, y a la cita.

—A la próxima que tengas esas ideas, avísame —le dije—. Planearemos mejor las cosas y se asustara más.