Cuando terminamos de comer llegó el momento del debate, donde por una cruel obra del destino Jacob era el mediador. Algunos querían ir al festival de música que sería en el centro de la ciudad y los demás queríamos seguir con la tradición de los sábados, pero no teníamos idea de a dónde ir.
Al final, el buen Jacob O'Kelly eligió seguir con la tradición. Con eso todo parecía ir bien por primera vez en el día. En especial porque Benjamín por fin pudo conseguir su licencia de conducir y sus padres le prestaron el auto esa noche. Lo mejor de la situación fue que me tocó estar con Arvel mientras buscábamos alguna fiesta por las calles cerca del restaurante.
—Hola —me dijo.
—Hola.
—¿Cómo va todo?
—He tenido días peores —le sonreí.
—¿Por qué?
—Luego te contaré, no quiero deprimir a alguien más con esto.
—De acuerdo —sonrió—, sabes que tienes todo mi tiempo.
Quise responder con algo bonito, pero recordé lo que me dijo Peter. Tenía tantas preguntas, aunque no estaba de humor de hablarlas con él. Volteé a otra parte del vehículo y mi mirada chocó con la de Peter, quien comenzó a hacer caras de "te lo dije".
—Gracias, Arvel.
Quedé unos segundos pensativa y en eso escuché:
—Quiero aprovechar que estamos juntos para decirte que te ves hermosa hoy.
Ay mis hormonas.
*
Llegamos a nuestro destino a una buena hora, los invitados estaban cruzando la puerta y algunos tenían sus respectivas bebidas. Eso no se miraba bien. Antes de bajarnos, Gerard dio su característico silbido, haciendo que todos nos quedáramos en nuestro lugar.
—Acabo de ver alcohol, así que quiero recordarle a Ben que es nuestro conductor designado —dicho esto, se bajó corriendo.
—¡¿Qué?! —preguntó.
—Ya escuchaste —Rory le dio palmaditas en el hombro.
—Demonios.
Bajamos del vehículo en parejas para quitar todo tipo de sospechas y que nos echaran del lugar por aparecer en grupo. Por suerte los que se encontraban vigilando la entrada no se dieron cuenta de nada y pudimos pasar sin ningún problema. El otro punto bueno era que Phoebe fue mi pareja, así que no tuve que soportar los recordatorios de Peter con el tema de la apuesta. Lo malo para Arvel fue tener que entrar con él, y mi amiga no paraba de burlarse de eso.
—No seas así —le pedí.
—Es que es muy divertido, ambos no se soportan y tienen que fingir para que el guardia no sospeche —se rio—. Además, la mueca que hizo Arvel fue muy divertida.
En eso tenía razón.
—Bueno... —me reí con ella.
—¿Y el plan sigue en pie? —preguntó una vez que calmó su risa.
—No lo sé, tengo muchas dudas. Ayer Peter me contó otras cosas de la apuesta, y algunas de ellas se parecen a lo que ha sucedido con Winslow —suspiré.
—Tranquila, no te me estreses, aun tienes tiempo para pensarlo. Y sé que tomaras una buena decisión.
—Gracias, Phoebe.
Nos pusimos a platicar de los exámenes que tendríamos dentro de una semana y en cómo nos podríamos ayudar entre todos para poder pasarlos con una buena calificación. De manera discreta, revisaba a mi alrededor, buscando a mi amor platónico. Y no había ni luces de él, lo cual me ponía triste.
En eso, me llegó un mensaje. Estaba tan entretenida en la conversación con mi amiga que no lo quería abrir, pero al final lo hice porque pensé que se trataba de una emergencia.
Se trataba de un mensaje de Peter, bueno una foto y un escrito. En la fotografía se encontraba Arvel muy cerca de una chica, y Peter Jones escribió:
"¿Ves? Todo si se trataba de una apuesta".
—¿Qué tienes, Candy?
—Creo que ya tomé mi decisión —le mostré el celular—. Ahorita nos vemos —comencé a correr.
—¡Espera! ¡Candace Lynn Delaney!
No le hice caso a Phoebe y seguí con mi camino, buscando a mi mejor amigo. A mitad de unos cuantos pasos recordé lo sucedido en una de nuestras tantas fiestas, así que busqué el lugar más apartado de la fiesta. Lo cual me llevó media hora.
Encontré a Arvel en un despacho, mirando por la ventana como de costumbre. Por milésima vez en esos años me di cuenta de cuanto amaba a mi mejor amigo y que por esa misma razón no me atrevería a lastimarlo y tampoco echar a la basura todos esos años de amistad, no solo de nosotros, sino también la de nuestros padres.
—¿Flynn?
Rayos, ¿por qué me quedé mirándolo por mucho tiempo?
—Hola, Arvel.
—¿Sucede algo?
Me senté a su lado, y miré esos ojos oscuros que tanto llamaban mi atención desde que tenía memoria. Ay, eso hizo todo más complicado.
—Debemos hablar —me vio confundido—. De la pregunta que me hiciste el otro día.
—Oh —sonrió—, ya. ¿Qué decidiste, Candy?
—Lo pensé mucho y llegué a la conclusión de que...
... de que te amo más que la última vez que te vi.
¿Ven que no es bueno juntarse conmigo? Casi me sale un arcoíris por la boca y ojos.
—Lo mejor es que sigamos siendo mejores amigos.
Arvel bajó la mirada y yo de igual manera lo hice...
No sé si le rompí el corazón o solo fingió, pero lo cierto es que —si Arvel se encontraba triste— a mí me dolía más de lo que él podía sentir. Lo amaba, y me dolió bastante tener que decirle que no sin importar cuantas veces me repetí que era lo mejor.
Y lo más doloroso de esa noche fue cuando Arvel se despidió de mí como si hubiera olvidado los últimos meses, aunque tal vez eso fue lo mejor.
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Siempre fuiste tú ✔
Teen FictionCandace Delaney y Arvel Winslow han sido amigos casi toda su vida, ambos pueden deletrear sus aventuras o callar cuando se trate de sus travesuras. Candace está enamorada de Arvel, y Arvel está enamorado de Candace. Solo que ninguno sabe sobre dich...