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De pronto las paredes de la elegante habitación se fueron encogiendo alrededor de la castaña, el oxigeno le era mas difícil de conseguir con cada respiración que tomaba, aun cuando las manos del plateado la tocaban con ternura intentando calmarla.

Solar no podía ignorar el ligero temblor que MinSeok tenía, sus ojos brillaban con miedo, fue de alguna manera reconfortante saber que él estaba tan nervioso como ella.

-Y-yo te ayudaré...-Murmuro Min en voz temblorosa, sus torpes manos se movieron a la espalda de Solar tratando de deshacer los botones del vestido, el trabajo tomo mas tiempo del necesario, su frías y temblorosas manos le traicionaban, cada momento era tan vergonzoso que poco falto para rendirse y ocultarse bajo las sabanas negándose a ver el rostro de su esposa, ¡El era el varón por amor de dios, el debía de tomar la iniciativa para estas cosas!, no podía creer que estaba tan aterrado por compartir un momento intimo con Solar, su esposa y la mujer que ama.

La risita nerviosa de Solar lo alivio, la castaña se giro lentamente tomando las manos de MinSeok entre las suyas para besar los fríos nudillos de su esposo. -no tenemos que hacer nada esta noche, nadie nos obliga- susurro Solar, una parte de ella le pedía a gritos que detuviera esto, no estaba preparada, al menos no emocionalmente, pero una parte oscura de ella deseaba con todo su ser que esto continuara.

-Solo dame un momento por favor...- la castaña asintió, sus manos se movieron con torpeza sobre la ropa del otro, eran dos novatos con los nervios controlando cada fibra de su ser y con una mente activa que deseaba con fervor lo que seguía después.

Solar se encontró confundida al ver como sus cuerpos reaccionaban de formas tan extrañas, mientras los dos caían sobre la cama uno sobre el otro, el calor de la habitación se intensificó, era tan caliente que hacia arder sus cuerpos, sus corazones corrían tan rápido bombeando la sangre a sus zonas sensibles, un pequeño roze podía desatar un placer inexplicable que hacia a Solar desear mas y mas, arrancando de sus labios sonidos que no sabia que poseía.

Sus cuerpos se movieron como uno, aunque sus manos estaban calientes y sudorosas no provocaban una sensación desagradable, al contrario era estimulante.

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A la mañana siguiente los dos amantes se despertaron entre sonrisas y miradas tímidas. Nada podía quitar la gran felicidad que sentían. 

Sus sabanas habían sido retiradas y después de que se cambiarán sus ropas los dos salieron de su habitación tomados de la mano caminando por los amplios pasillos del castillo para despedir a los padres de Solar.

-No tienes por que preocuparte, cariño- tranquilizo MinSeok besando la mano de su esposa -Escribiremos con frecuencia y los visitaremos lo antes posible- Solar sonrió, agradecida por el apoyo de su esposo.

Bajaron las escaleras para ir al comedor donde el Rey y la Reina de Corona terminaban su desayuno.

-Buenos días, Majestad- saludo Min con una reverencia, El rey fue el primero en levantar la vista de su taza de café, sus ojos azul hielo se centraron en su hija y luego en el príncipe sucesivamente como si buscara desesperadamente algún signo de maltrato. El rostro de Solar se volvió tan rojo como el fuego, sabia exactamente lo que su padre buscaba en ella.

-Oh! Ahí esta la feliz pareja- dijo la Reina Hye Kyo sus labios se adornaron con una sonrisa amable al igual que siempre lo hizo, la pareja se acerco junto a ellos ofreciendo promesas de mantener contacto con ellos.

Extraño elixirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora