XXXVII

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Incomodo. 

Estaba incomoda y nerviosa 

¿Significaban lo mismo? 

Solar no lo sabe, no esta segura, ella no esta segura de nada en este momento, no ahora que se encuentra entre estas cuatro paredes, las conoce perfectamente, puede decir con certeza en que posición se encuentra cada objeto, lo puede hacer con los ojos cerrados. Puede decir cuantos pasos tiene que dar para llegar a la silla frente al escritorio o cuantos para llegar a los sillones que estan a la izquierda frente a las ventanas. 

Sabe con exactitud cuantos pasos tiene que dar para rodear el escritorio y llegar a la silla de Byul, lo sabe porque ha pasado tanto tiempo en ese despacho que para ella es tan natural como respirar. 

Pero ahora, justo ahora, no le es familiar, no le brinda esa sensación de comodidad que siempre le daba, ese sentimiento de estar a salvo, no, ella ahora se siente atrapada en estas cuatro paredes ¿fue siempre tan pequeña la habitación?

Solar esta convencida que las paredes se encogieron en los últimos segundos. 

Se siente atrapada, como estar en una jaula con una bestia. 

Probablemente lo está

Con una bestia atractiva

Ella no esta segura de como comenzar esta conversación. Lo mejor sería ser claros desde el principio, Byul es fanática de la sinceridad, de hablar sin rodeos. 

Solar ignoro la ceja de la plateada cuando la vio asentirse para si misma, no le importaba, no ahora. La princesa apretó los puños en su regazo, enderezo su espalda, alzo la mirada intentando parecer lo mas fría y determinada posible, miro directo a los ojos gris frente a ella y con todo el valor que pudo reunir dijo. 

-Byul, terminemos con esto- Si, lo dijo, finalmente.

-No-  Byul no espero un segundo para responder, su voz estaba tan llena de seguridad que no dejaba espacio para seguir discutiendo el tema, aun cuando no sabía con certeza de lo su que Solar hablaba.

-¿¡Qué!?- La voz de Solar era extraña, entre un chillido de incredulidad y sorpresa. -Byul, me temo que no me entiendes, yo estoy terminando con esto-  Solar agito su mano entre ellas, esperando que su punto se mostrara. 

-Y yo he dicho que no- Respondió Byul, la Monarca cruzo sus manos sobre el escritorio, relajando sus hombros visiblemente, tal acto hacia hervir la sangre de Solar, Byul Yi solo se relaja cuando cree que no merece la pena un desafío, cuando ella sabe que ganara, cuando no se siente amenazada. 

Ella cree que Solar no es una amenaza. 

¡Tal arrogancia!

-¡Tu no puedes decidir eso Byul! -Gruño Solar en voz baja, aun cuando los guardias custodiaban la puerta para no ser interrumpidas, ella no se sentía confiada, ¡Ya no!

-¿Y tu si? Dime Solar, ¿Por qué crees que tu puedes decidir cuando terminar?- Los ojos de Solar se estrecharon peligrosamente, estudiando el rostro de Byul. 

-¡Estas loca! Has visto lo que pasó en el salón de cuadros ¡Todo esto es un error!, algo que nunca debió pasar, ¡Doy gracias a los dioses por hacer que ese guardia no abriera la boca! ¡El fue bueno y benévolo al mantener su boca cerrada!, no estoy dispuesta a esperar que pase esto por segunda vez.

Los labios de Byul se extendieron lentamente en una sonrisa, tranquila, fría y en algún punto siniestra, como si solo ella conociera una broma. 

-¿Los Dioses? ¿Un hombre bueno y benévolo?- Repitió con esa calma que ponía a Solar en estado de alerta, la Monarca se inclino hacia atrás en su silla. -¿No te he dicho que los Dioses no existen, Solar? Los hombres bueno y benévolos no existen, no en este mundo y no en el siguiente, solo existen los hombres hambrientos de tanto y nunca satisfechos.-  La Monarca apartó la mirada por un momento, ordenando sus propios pensamientos. -Si quieres que algo suceda como tu quieres, no tienes porque dejarlo a los Dioses o alguien mas, tienes que hacerlo tu mismo para que salga tal y como lo planeas. No seguirás pensado que yo dejaría eses... incidente a los Dioses y confiaría en un estúpido hombre que desde el principio no ha dejado de mirarme con ojos de una repugnante serpiente, ¿verdad Solar?-

Extraño elixirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora