Extraño elixir

XXXI

Solar cubrió su cuerpo con las mantas, mirando abiertamente a la Monarca mientras esta se bestia, la plateada estaba de espaldas a ella, abrochando sus pantalones sin prestar atención a su alrededor, Solar se sintió orgullosa al ver las marcas que ella había causado en la espalda de su Rey. 

Tenia esta extraña sensación de poder y posesividad al saber que ahora le pertenecía completamente a ella, la plateada camino un par de metros inclinándose para recoger su camisa aun ligeramente húmeda, un ligero suspiro tembloroso escapo de sus labios cuando sintió la fría tela aferrarse a su cuerpo caliente. 

Sus manos eran torpes y temblorosas cuando intentó abotonarla, maldiciendo en voz alta cuando noto que un extremo era mas largo que el otro al abotonarla de una forma incorrecta, gruño y lo intento por segunda vez, pero el resultado era el mismo. Solar sonrió, lentamente se deslizó de la cama cubriendo su desnudes con la manta envolviéndola a su alrededor. 

¿Quien diría que la orgullosa y arrogante Byul no sabia vestirse por si misma?

-Esta estúpida camisa- la escucho gruñir cuando estaba detrás de ella, Solar la tomo del antebrazo obligándola a darse la vuelta. 

-Primero...- Murmuro Solar desabotonando la camisa por completo una vez mas, permitiendo que su manos tocaran de vez en cuando el cuerpo de Byul -Hay que ponerla del lado correcto- Continuo Solar deslizando la camisa por los hombros de Byul, Solar se inclino al frene dejando un mordisco suave en la mandíbula de la Monarca, apartándose un segundo mas tarde con una sonrisa satisfecha cuando escuchó su gruñido en voz baja. 

Tomó la camisa cambiando la vista correcta mientras giraba alrededor de Byul deteniéndose detrás de ella, los brazos de Byul se echaron hacia atrás con naturaleza esperando por Solar. 

La joven princesa comenzó a vestir a Byul, amino al frente una vez mas y comenzó abotonar la camisa con dedos ágiles cubriendo la desnudes de la Monarca, al llegar al último botón de su pecho, Solar detuvo sus movimientos, se permitió inclinarse al frente y besar el cuello de Byul, satisfecha al escuchar el aliento enganchado de la Monarca. 

Ahora le pertenecía por completo ¿verdad? Eso quería decir que podía hacer cosas como esta sin alguna razón en particular, podía hacerlo cuando ella lo deseara y donde quisiera ¿cierto? Sus labios se deslizaron entre el cuello y el hombro de Byul y sin previo aviso hundió sus dientes en la piel caliente, sus manos se deslizaron alrededor de la cintura de la Monarca como una serpiente, pegando sus cuerpos por completo. 

El ligero estremecimiento que recorrió el cuerpo de Solar al sentir la frialdad en la tela de Byul, solo la hacia arquearse más en el cuerpo de la plateada, sus dientes mordieron de una forma difícil al punto de extraer la sangre. 

La monarca gruño, parecía querer ocultar su malestar, pero cuando Solar se removió de lugar solo para hundir sus dientes por segunda vez, la monarca se estremeció, levantó su mano tomando el hombro de Solar y la empujo lentamente hacia atrás. 

-Detente- gruñó cuando Solar no se movió en lo absoluto -He dicho que te detengas- Repitió en voz firme, esta vez empujando la con ambas manos hacia atrás, el repentino movimiento arrastro los dientes de Solar por su piel rasgando mas de la cuenta. -¿Qué demonios te pasa mujer?- Dijo entre dientes la monarca, cubriendo con su mano las heridas causadas por Solar, sus ojos estudiaron sus dedos ligeramente cubiertos por su propia sangre. 

-¿No se me permite hacer tal cosa?- Preguntó Solar de una forma tan inocente, La Monarca guardó silencio apretando el agarre de su herida. Solar se acercó, ofreciendo una sonrisa tranquilizadora cuando la monarca estrecho sus ojos en ella.