XXXIX

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El salón no era el mismo que la boda, era uno más pequeño y privado, pero lo suficientemente grande como para sesenta personas. El lugar se encontraba iluminado por la luz que atravesaba las cortinas recogidas, al fondo del salón se encontraba el grupo de músicos, elegantes hombres que murmuraban entre ellos con suavidad mientras sostenían sus violines. 

A un costado de la pared se encontraban un par de sillas, cómodas y elegantes, donde actualmente Solar y Hyejin esperaban a su Rey. Solar pensó que Byul declinaría la oferta cuento esta fue ofrecida, después de todo parecía que siempre estaba ocupada, pero para desconcierto de Solar, ella aceptó. 

Las puertas del salón se abrieron de par a par, dejando que la Monarca entrara en toda su gloria, caminando con tanta seguridad como cualquier inmortal haría. 

-Gracias por honrarnos con su presencia Majestad- Dijo Lady Hyejin cuando Byul estaba en el rango de audición. Las dos mujeres ofrecieron una reverencia cuando Byul se paró frente a ellas. 

-Siempre es un placer- respondió. 

-¡Maravilloso! Comencemos ahora, ¿quiere tener la primera pieza con la princesa Solar, Majestad?- Hyejin miró entre ellas esperando por una respuesta, Solar nunca antes había bailado con Byul Yi. Recuerda su día de boda, la forma que con tanta amargura Byul le dijo que ella no bailaba, y ahora, descubría que Byul Yi en realidad era un buen bailarín, no podía culparla, aquel día fue tan frustrarte para todos, entendía porque Byul se encontraba ese día tan furiosa y porque había rechazado su baile tan fríamente. 

Sin embargo... Solar no podía dejar de sentir satisfacción por declinar la oferta, quería que Byul viera que ella también podía hacer eso.

-Sería un pla-

-Tal vez ustedes deberían bailar, yo no me siento completamente bien... sin embargo, me encantaría ver su danza- Byul alzo su ceja lentamente mientras escuchaba las palabras de Solar, la princesa no deseaba mirar a la Monarca, sentía que al mirarla, se tragaría sus palabras y simplemente tomaría la mano de la plateada para arrastrarla a la pista de baile. 

¡No! Se fuerte Solar

Lady Hyejin parecía sorprendida, mirando entre las dos reales, sus ojos se estrechaban lentamente, buscando algo que se supone no estaba ahí. 

-Muy bien... si su Majestad esta de acuerdo...

-Me encantaría- Respondió la Monarca sin apartar la mirada de Solar, la diversión bailaba en sus ojos grises. La plateada extendió su brazo con galantería y naturaleza, esperando por la mano de seda de Hyejin, juntas caminaron al centro del salón y con un ligero gesto de la morena la música comenzó. 

Era suave y tranquila, acariciaba las paredes del salón y los oídos de todos, combina perfectamente con los movimientos de los bailarines, eran movimientos perfectos y sincronizados, como un solo cuerpo, los suaves giros balanceaban el vestido de Hyejin con languidez, era algo precioso. 

Sola no pudo dejar de sentirse terrible, y llego a una conclusión. 

El orgullo es la causa del malestar del hombre.

Te hace actuar en contra de tus deseos, solo por satisfacer tu orgullo y agrietar el de otros. Ella solo podía ver y tragar sus celos, ella podría estar ahí, bailando con Byul, tomándola de la mano y bailando por toda la eternidad. 

Ahora su orgullo herido exigía ser saldado. 

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Extraño elixirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora