Extraño elixir

XIII

Los siguientes días, el comportamiento de MinSeok y Byul era extraño, las miradas que se daban la mayor parte del tiempo no pasaban desapercibidas por Solar. 

Este día en particular MinSeok se acercó a su esposa y la invito a dar un paseo, los dos amantes se encontraban caminando en tranquilo silencio, recorrían los jardines del castillo.  

-Solar, querida- Comenzó el príncipe con preocupación, tomo las manos de la castaña en sus propias y las levando para besar los nudillos. 

-¿Qué pasa, Min?- Los ojos de Solar buscaron los de su esposo, la preocupación de su esposa era palpable. sabia que algo estaba malo, podía saberlo por la forman en que MinSeok se había comportado todo el día, parecía distante y preocupado por alguna razón, una que Solar desconocía. 

-Viajare a las Islas del sur- 

-¿Qué? ¿Por qué?-

-Es un viaje de negocios, uno que solo yo puedo solucionar, Byul confía en mi, me ha confiado esta tarea a mi- respondió con un brillo de orgullo en sus ojos. 

-¡MinSeok!, ¡Las Islas del sur están a tres meses de viaje!- Una pequeña sonrisa de suficiencia cruzo los labios de Seok, sus ojos ganaron un brillo travieso. 

-Son seis meses, contando el regreso mas el tiempo que tarde el negocio, solo serán un par de semanas tal vez dos, un total de seis meses y dos semanas-

-¡¿Te has escuchado a ti mismo?!- susurro Solar -¡Es demasiado tiempo!, No creo sobrevivir sin ti MinSeok- 

-Oh mi preciosa y adorada Esposa, son tus palabras las que hacen que mi corazón lata tan rápido- Seok coloco las manos de la castaña en su pecho, su corazón deseaba que sus latidos pasaran a través de sus finas ropas y sintiera el efecto que Solar tenia sobre el. -Regresare lo más rápido posible- susurro, acariciando con su mano libre la mejilla de Solar -Cuando regrese, todo será distinto para bien, ¡solo tu y yo! y por supuesto nuestro preciado hijo, que en un futuro tendremos- Solar no pudo contener un par de lagrimas que caían sobre sus mejillas. 

Seis meses era demasiado tiempo para estar sin MinSeok, lo amaba demasiado, ademas, ¡era el único que conocía en el castillo! No conocía a los siervos, ninguno de ellos por sus nombres al menos, y vivir bajo el mismo techo que "el rey"...

No era agradable en lo absoluto. 

-No derrames ninguna lagrima- murmuro el plateado con ternura, limpiando con su pulgar las lagrimas silenciosas de la castaña -No restarás sola, lo prometo- susurro -Byul Yi estará aquí para ti, puedes confiar en ella- 

Solar gimió lastimosa al oír tales palabras, ¿Confiar en Byul?

-Estas recordando algo malo ¿Verdad?- Sonrió MinSeok -Oh si lo haces-

-¡N-no es verdad!- Murmuro Solar sin convicción. 

-Si por supuesto- continuo Seok haciendo sonreír a Solar -Tu frente se arruga y tus labios hacen una mueca muy graciosa algo como esto- MinSeok imito el rostro de la castaña, apretando sus labios de una forma extraña y sus cejas aprecian las de un cachorro perdido.

-¡Yo no hago esa cara!- Solar abofeteo a MinSeok tratando de borrar ese rostro de su esposo.

-¡Tu lo haces!- Continuo el príncipe, los dos amantes se rieron entre si, olvidando por un momento la partida del plateado. 

- ... -

-...¿cuándo te iras?...- Murmuro Solar cuando sus risas finalmente habían cesado y el silencio se hbía extendidó demasiado. Un suspiro escapó de los labios del príncipe, no quería alejarse pero era necesario. Muy necesario. 

-Mañana- Solar aparto la mirada y asintió en silencio. Sabia que no podía llorar todo el tiempo, si tan solo su padre la viera en este momento estaría tan decepcionado de ella. ¡Llorar no arregla nada! Lo hecho , hecho esta, solo hay que seguir el curso y nuevas cosas vendrán, para bien o mal. 

MinSeok soltó sus manos, tomando la nuca de Solar mientras la inclinaba al frente y juntaba sus frentes con suavidad, permaneciendo de esa manera. Cerró los ojos, oscureciendo el mundo a su alrededor y únicamente sintiendo a Solar. -Como un obsequio futuro para ti, te daré la corona y un reino- Solar sonrió lentamente, levantando sus manos para sostener las muñecas de MinSeok.

-Me conformaría solo contigo- Susurro con sinceridad.Los labios de MinSeok se extendieron en una sonrisa pequeña e infantil.  

-Tus ambiciones son tan pequeñas, mi dulce esposa- Bromeo mientras abría los ojos y se apartaba lo suficiente para besar la frente de la Castaña

-Tu lo eres todo para mi. Sin importar que seamos príncipes o campesinos. Tú eres suficiente para mi - MinSeok sonrió, acariciando el cuello de Solar con una ternura extraña de ver en un hombre. 

-Mi dulce esposa- Dijo- Aun no vez con claridad, la grandeza que los Dioses tienen preparado para nosotros. Solo espera. Confía en mi. Confiemos el uno en el otro y que el mundo entero sea testigo de nuestros nacimientos a la grandeza- 

Había momentos, como este, en los cuales MinSeok murmuraba sobre la grandeza que había para ellos, ¿Pero qué podría ser mas grande? Si ellos ya eran príncipes y se tenían el uno al otro. 

Para Solar, eso era suficiente. 

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