VI

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MinSeok observaba a su hermana en silencio, veía como sus ojos grises se movían sobre la carta que sostenía en su mano derecha, en ocasiones sus cejas se surcaba por la concentración o el enfado, o quizás por algo indignante que contenia la carta, después de eso su mano se movía lentamente para tomar la pluma y sumergirla en la tinta para despues firmar el documento, todo esto sin apartar la mirada de la carta.

¿Cuántas veces había hecho esto ya? Las suficientes para saber donde se encontraba exactamente la tinta y pluma, las suficientes para saber el procedimiento a la perfección y no perder tiempo en apartar la vista y luego firmar.

¿Cuántas veces había visto este procedimiento ya? MinSeok no lo recordaba, no recordaba cuanto tiempo había estado sentado frente al escritorio de su hermana mirándola en silencio esperando por su atención, cansado de esperar, se levantó, rodeo el escritorio y se paro al lado derecho de su hermana, ella no presto atención a los movimientos del principe, sea lo que sea lo que decía la carta tenía toda su atención.

MinSeok suspiro, alzó su mano y desplazó el tintero, cuando Byul Yi iba a sumergir la pluma se encontró solo tocando el escritorio con un suave click.

-...Que- MinSeok sonrió al ver la confusión de su hermana.

-Finalmente prestas atención a tu alrededor- La plateada se sobresalto casi derramando la tinta sobre el escritorio cuando escucho la repentina y cercana voz de su hermano.

-Min- respondió entre dientes, respiro profundo intentado mantener la compostura -¡Que crees que estas haciendo, podrías matarme de un susto!- Reprochó, MinSeok se disculpo con una sonrisa sincera y regresó a su lugar, frente al escritorio.

-Estoy aquí sentado desde hace una hora Byul, tenemos que hablar- La plateada reacomodo el tintero y sumergió la pluma para continuar con su trabajo.

-No, no tenemos que hablar- Murmuro firmando con fluidez y elegancia sobre el papel -Tu, tienes algo que decirme, si no fuera ese el caso tu no estarías aquí sentado frente a mi, bien podrías estar con tu... Esposa en alguna parte del castillo- murmuro apartando la carta a un lado.

-No puedo hacerlo si no me prestas atención, Byul- la Monarca dejó la pluma en su lugar y descansó las manos sobre el escritorio para centrar toda su atención en MinSeok.

-Por qué no lo has dicho antes, MinSeok. En lugar de solo entrar a mi despacho y tomar asiento sin siquiera presentarte o decir una sola palabra, yo no puedo leer tu mente, pero puedo darte tiempo para que aclares tus ideas y cuando estés listo me dices- MinSeok suspiro profundo recargando su espalda en la silla, ¿por qué no lo imagino antes? Byul era el tipo de persona que no prestaba su atención si no la pides, ella no perdería el tiempo tratando de adivinar lo que otros sentían, debía de ser claro con ella, sin rodeos.

-Muy bien- respondió MinSeok, tomo una respiración profunda llenando su cuerpo de calma -Quiero hablar de Solar- Byul asintió con seriedad.

-Ella esta molesta- Continuo MinSeok, cuando el silencio se extendió en el despacho.

-¿Molesta?- Repitió Byul con incredulidad -¿Hay algo que no le agrade del castillo?-

-Si- respondió MinSeok -Tu no le agradas- Cuando las palabras se deslizaron de los labios del príncipe,  el rostro de la Monarca se ensombreció, sin expresión alguna, MinSeok sabía que la mente de su hermana estaba corriendo como un caballo desbocado, tenía que aclarar pronto la situación o todo seria un desastre.

Extraño elixirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora