XL

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Esta era exactamente la razón por la cual Byul Yi odiaba los festivales; odia las multitudes, odia el alboroto que causan, que son problemas innecesarios provocados por razones estúpidas, odia a los extranjeros, que son en su mayoría los causantes de los problemas, Månen no estaba acostumbrado a los extranjeros, eran pocos aquellos valientes que se aventuraban a viajar hasta ahí. 

Månen era conocido por ser el reino más rico, el más orgulloso y el único gobernado por una mujer, una mujer que no aceptaba a los estúpidos, una mujer lo suficientemente orgullosa e inteligente como para mantener a su reino sin la necesidad de alianzas, era conocido por ser el reino mas leal a la corona, lleno de cientos de ejércitos talentosos para la guerra. 

Månen tiene mucho de que presumir, en especial de sus ejércitos, que eran disciplinados desde temprana edad siendo convertidos en hombres fuertes y valientes, sin vacilación alguna a la hora de cortar una cabeza, fieles al comando de su Rey. Aún cuando el ejercito de Månen no ha luchado una sola batalla desde hace años, eso no quiere decir que no sean buenos, eso lo demostraban cumpliendo con su trabajo, mantenían a todo Månen en paz, una paz que muchos reinos envidiaban, ya que las calles eran pacificas la mayor parte del tiempo.

Las mazmorras de Månen se encuentran en su mayoría vacías, aquellos pocos que se atreven a perturbar la paz del reino son castigados con la muerte. 

-"No tengo la intención de alimentar a delincuentes, no estoy dispuesta a ofrecer un techo para ellos en mis mazmorras, no estoy dispuesta a dejarlos libres con una simple disculpa y una promesa de no hacerlo otra vez, son palabras vacias que solo un tonto creería, aquí en Månen, no hay segundas oportunidades, es de tontos esperar por otra"

Era el discurso de Byul siempre que se encontraba en la plaza principal de la capital, o cuando algún ladrón se inclinaba sobre su trono y rogaba a los dioses por su vida, algo que Byul encontraba completamente estúpido, la decisión de si el vivía o no, no estaba en mano de los Dioses, estaba en Byul, ella estaba ahí, ella tenía el poder de decidir si vivían o no, no los Dioses. 

Afortunadamente, su discurso no era usado con frecuencia, era en extrañas ocasiones, cuando alguien tonto pensó que podía hacer algo astuto y no ser atrapado. 

Eso forma el carácter de todos, les enseña una lección, para no cometer los mismos errores, ellos nunca aprenderían con una simple advertencia. Si quieres acabar con el problema, arrancalo de raíz. 

Es por esa simple razón que Månen goza de paz, no solo en la capital, sino en todo el reino, y aquellos que perturbaron su paz fueron asesinados. 

Pero ahora... 

Byul no estaba contenta con este resultado. 

No estaba contenta con que extranjeros cabalguen por sus tierras, que desembarquen en sus muelles, no esta contenta con nada de lo que sucede en este momento y su descontento era visible para todos. 

A pesar de sus esfuerzos por mantener al reino lleno de Paz, aun así, los problemas parecían estar en cada esquina de la capital. 

Los asesinatos, los robos y las violaciones. 

¡Por todo lo que es sagrado! 

Si hay algunos Dioses ahí arriba... Byul espera que proteja a los extranjeros de su ira. 

No son siquiera las diez de la mañana y sus soldados ya han reportado tantos problemas. 

-Mi Rey, hemos capturado a estos tres, robaron a un comerciante en los muelles, son los mismos delincuentes que continuaron robando días atrás- Byul escucho con atención a su soldado, un hombre alto y fuerte, blindado en acero, con largas capas barriendo el suelo. 

Extraño elixirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora