Extraño elixir

XLVII

Todo el mundo se había trasladado al salón principal del castillo conforme la noche se acercaba, con ella lo hacía el frío, los jardines dejaban de ser atractivos cuando la vista era difícil de ver y el frió comenzaba a quemar la piel de los invitados. 

El tiempo parecía volar para Solar, todo pasaba demasiado rápido y aun no comenzaba el verdadero cumpleaños de la Monarca. 

Al ser el cumpleaños de Byul su celebración duraría una semana entera para placer de los invitados y tortura de la plateada. 

Solar comprendía a Byul Yi, la plateada no era fanática de las personas, sobretodo cuando se reunían a su alrededor como abejas a la miel, haciendo chistes inteligentes, pequeñas conversaciones de pequeños negoció aquí y allá, y algunos otros valientes tanto hombres como mujeres se adentraban a las aguas turbias de Byul, tocando su mano, acariciando su brazo con dulzura y algunos mas siendo tan valientes como para acercarse lo suficiente a la plateada y susurrar a su oído. 

Todos ellos empeñados en capturar el corazón de Byul y ser el futuro gobernante de Månen. 

La Monarca parecía la cuerda de un arco, tensa, cada vez que un hombre se acercaba a su espacio y susurraba a su oído o cuando una mujer noble acariciaba distraídamente su brazo, parecía una cuerda lista para disparar y herir a alguien. 

Solar admiraba la paciencia que Byul tenía, a pesar de todos esos gestos que ella odiaba, nunca estalló en ira. Ofreció pequeñas sonrisas frías que parecían calentar el corazón de todos. Haciendo comentarios inteligentes, siempre dejando en claro su posición y recordando una y otra vez la posición de sus invitados. 

-Parece que tu amiga se esta divirtiendo- Murmuro Sinko con indiferencia, bebiendo de su copa con languidez sin apartar los ojos de la Monarca que como todo el tiempo se encontraba rodeada de personas. 

-Ella no es mi amiga- Gruño Solar, algo en el tono de Sinko la molestaba. 

-¿No lo es cariño? Pero si tu me lo dijiste- Kyo apareció como un fantasma entre las personas, sujetando un plato de aperitivos con su mano. 

Solar no paso desapercibida la mirada de Sinko ¿Cuándo se volvió tan molesto? ¿Siempre fue de esa manera? Solar nunca lo noto, para ella, Sinko era el hermano perfecto, amable y protector que amaba a todo el mundo, no era cruel, siempre era el primero en extender su mano para ofrecer la ayuda sin ver título o clase social. 

Pero ahora... era como ver una fruta podrida en el interior de una perfecta y madura... 

-Madre...- Advirtió Solar en voz baja apretando ligeramente su copa ¿Acaso no puede tener un descanso?

-Lo siento cariño, no se a que te refieres, hace un momento la defendiste a capa y espada y al siguiente niegas tener una amistad con ella- 

-¿Entonces que clase de relación tienes con ella Solar?- Se burlo Sinko, acercándose lentamente a su hermana como una fiera a su presa, con sonrisas burlonas que bailaban entre sus labios, y sus ojos brillantes prometiendo encontrar la verdad y fastidiarla por un rato. 

-La relación que me une al Rey es porque mi esposo es hermano de ella, eso nos convierte en hermanas en ley- Respondió Solar bebiendo un largo trago del extraño elixir. 

-¿Oh enserio? No lo note- Escupió Sinko, -Nadie en este estúpido baile a dejado de hablar de eso Solar, parece que todo el mundo es estúpido y adora a un montón de idiotas- Kyo se acerco con rapidez a su hijo lanzando una mirada severa. 

-¡Cuida tus palabras Sinko! No eres más un niño, tus palabras tienen peso, uno que no pasara desapercibido por ninguna de estas personas- Susurro Kyo, mirando alrededor de aquellas personas que giraron su cabeza con interés hacia el joven príncipe malcriado que insultaba a su mas preciado premio. -Recuerda que esto es Månen, cualquiera de estas personas correrá al con el Rey Moon Byul y contara lo que escucho solo para tener la gracia del Rey ¡o peor aun! ¡Pueden declarar a Corona un traidor! ¡Que los dioses nos protejan entonces, todos querrán la cabeza de alguno de nosotros para llevarla ante Moon Byul Yi para que Månen tenga una deuda, un favor!- Sinko se burló amargamente.