XXIV

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Era una de esas incómodas reuniones del consejo real, los cuatro ancianos permanecían en completo silencio, limitándose a observar a su Rey que estaba extrañamente distraída. 

Hasta que un valiente comenzó. 

-Majestad, los preparativos para su cumpleaños número veinticuatro están siendo llevados acabo a la perfección- Mr Jimin informó, el era un hombre alto y delgado, de buen aspecto, su cabello comenzaba a teñirse de plata, siempre vestía con elegancia y discreción. 

Pues a diferencia de Sr. Jung y Mr Jhonson, el era tranquilo, prefería mantener un perfil bajo, lejos de la atención de la Monarca y de su constante ira. 

-Mencione que no deseo hacer tal cosa- Murmuró Byul desde su silla a la cabeza de la mesa. Su postura era extrañamente relajada y con su mirada en ninguna parte en particular, sus ojos iban a la deriva en el espacio. 

-Majestad si me permite decirle...- La Monarca centro su mirada aburrida en Mr Jimin, dando el permiso que deseó -La gente comienza a murmurar... comienzan las disputas y la falta de eventos, si bien sabemos que estos eventos son un derroche de oro, ¡pero! las ganancias son mejores, necesitamos esto majestad.-

-Que murmuren, son solo plebeyos, ¿si tantas ganas tienen de tener algún evento en el cual gastar su dinero porque no lo gastan pagando sus impuestos?- Murmuro la plateada

Los nobles guardaron silencio mirándose unos a los otros sin saber que responder. 

El silencio se extendía creando un ambiente completamente sombrío, dando el tiempo a la Monarca para que sus pensamientos volaran en todas las direcciones y al mismo tiempo en una sola persona. 

-...Majestad... no puede estar hablando enserio- Continuo Mr Jimin, mientras Mr Yoongi se limitaba a observar, el era el hombre mas joven de todos, sus cabellos lo demostraban ya que no tenia marcas del tiempo, era un hombre que no cuestionaba a su Rey, por supuesto para mantener su cabeza sobre sus hombros. 

-¿Esta cuestionando mi palabra Mr Jimin?, tengo que recordarle que usted es solo un consejero, soy libre de tomar su palabra o no, después de todo YO soy el REY y - 

-Un buen Rey siempre escucha a sus consejeros- Todas las cabezas se giraron a las puertas dobles, prestando toda su atención a la recién llegada y valiente joven que se atrevía a interrumpir la palabra del Rey. 

-¡Lady Hyejin!- Susurraron en sorpresa y en cierto modo con alivio, la mujer asintió en reconocimiento a los pobres hombres que parecía niños perdidos, camino con elegancia y seguridad hasta la mesa deteniéndose junto Sr Jung. 

El pobre hombre solo podía mirar en completo silencio e intimidación a la mujer junto a el. Lady Hyejin era alta y con un cuerpo increíble, con una belleza felina y peligrosa, con un brillo astuto en sus ojos marrones claro y una sonrisa depredadora y preciosa, con cabellos castaños. Su rostro estaba libre de imperfecciones sin alguna marca de la edad y dejando solo la experiencia de los años en su ser. 

-¿Quiere que me quede todo el día de pie Mr Jung? -Preguntó

-¿D-Disculpe?- Tartamudeo el hombre comenzando a hiperventilar- 

-¿A olvidado que esta es mi silla?- Lady Hyejin hizo un gesto a la silla que se encontraba a la cabeza de la mesa, frente a Byul, donde Sr Jung estaba sentado actualmente. 

-Me voy por un ar de años y todo el mundo se olvida de mi? ¿y mi lugar en el consejo real?- Mr Jung negó rápidamente y comenzó a levantarse de la silla, ofreció una inclinación de cabeza y se alejo de Lady Hyejin tomando otro lugar al lado de Mr Yoongi.

Extraño elixirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora