Extraño elixir

XXVI

La taza de porcelana se encontraba tibia entre sus manos, creando un reconfortante calor que le hacia olvidar el frío fuera de esas paredes, la nieve había comenzado a caer lánguidamente, era preciosa, emitía una tranquilidad que Solar apreciaba. 

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Unos minutos quizás o fueron horas...?

Solar no lo recordaba y sinceramente no le importaba en lo mas mínimo, hablar con Lady Hyejin era tan satisfactorio y divertido, la mujer tenia esa forma tan agradable de hablar que le daba vida a sus historias. Solar se sentía como una niña pequeña otra vez, recostada en su cama mientras la nana Babell contaba historias para ella. 

-¡Usted tendría que verlos Alteza!- Exclamo inclinándose sobre su silla, sus manos apretaron con alegría los reposabrazos de la silla mientras mantenía su pierna cruzada con elegancia. -¡Son criaturas preciosas! ¡Tan grande como dos caballos, uno sobre el otro!, ¡Con cada paso que dan hacen estremecer el suelo bajo sus grandes patas y poseen una enorme nariz alargada y flexible! Con dos grandes orejas que podrían quitar los calores del verano con solo moverlas un par de veces!-

Solar escucho con deleite, imaginando la preciosa criatura que Lady Hyejin describía con tanta fascinación, Hyejin había viajado a través del mundo siendo una alma libre y sin ataduras, ¡sin preocupación alguna! Era la mujer que Solar siempre quiso ser cuando era niña, conocer el mundo más allá de Garden y de sus mares. 

-Agrabah es una maravilla, su clima es completamente distinto a todo lo que conocemos, las primaveras traen con ellas un calor sofocante ¡Pensé que moriría de calor! ¿Puede imaginarlo? Una mujer de Månen, de las tierras frías en un lugar como Agrabah ¡El lugar más caliente del mundo!- Lady Hyejin se rió en voz alta, cubrió sus labios con delicadeza, recuperando su postura lentamente como una verdadera dama.- Las personas son realmente amables. Eh tenido el placer de conocer al Sultán, un hombre tan amable y encantador de una forma que resulta casi ingenuo, pero no se deje engañar, el es un hombre inteligente que solo desea lo mejor para su pueblo, No he visto hombre o gobernante tan amable como él, eso incluye a nuestro rey- "Bromeo" con una pequeña sonrisa traviesa y un brillo infantil en los ojos. 

Solar inclinó su cabeza, centrando su mirada en la taza entre sus manos, intentando suprimir la pequeña sonrisa que tiraba de sus labios.  

Lady Hyejin guardó silencio unos segundo más tarde, su mirada distante mientras se alejaba en sus recuerdos, luego, muy lentamente agitó su cabeza de un lado a otro -Si Moon Byul Yi se encontrara con el sultán... lo tacharía inmediatamente como un tonto, ingenuo e infantil...- Suspiro ligeramente, agito su mano en un gesto desdeñoso, intentando espantar la idea lejos de ella como una mosca molesta.- Mi Byul Yi confunde la "amabilidad" con "ingenuidad" tan fácilmente...- Murmuró en voz tranquila -De todas formas, continuaré contando. Algo que me sorprendió aún más era ver el Palacio del Sultán, sus jardines, ¡Tenían preciosos jardines a pesar de ser tierra árida! y entre los jardines, ¡había tigres! ¡Grandes bestias!-Continuó -Agrabah ciudad de misterio, de encantamiento, y la mercancía más fina. ¡Es lo que dicen y no podrían describirla mejor! ¿¡Puede usted imaginar que nunca antes a nevado en Agrabah!?-

-¡NO!- Susurro Solar sin poder creerlo.

-¡Si! Es increíble ¿no le parece? En invierno el clima es tan fresco, las noches mas exquisitas, con una brisa agradable- Hyejin suspiró, lentamente su rostro se lleno de placer solo al pensar en sus noches en Agrabah. 

-La princesa Jazmin posee una belleza exquisita, una distinta a la que conocemos, ella es un espíritu libre- Hyejin sonrió ampliamente, quizás recordando alguna memoria de la princesa. -¡Quizás pueda mostrarle uno de mis muchos diarios! A lo largo de mis viajes he escrito todo lo que he aprendido de ellos, podrían resultarle interesantes. Hay tanto que conocer mas allá de estos mares, le resultaría irreal! -