Extraño elixir

XVI

Solar abrió sus ojos lentamente, pesados por el sueño que aun revoloteaba en su sistema. Su habitación estaba oscura y fría. Las siervas aun no entraban, quizás demasiado preocupadas por interrumpir el sueño de Solar. La castaña no tenia un horario al cual apegarse, ella era libre de hacer lo que deseaba, MinSeok sin embargo, se levantaba antes que el sol, permitía que las siervas entraran en silencio a la habitación para preparar su baño y prepararlo para el día, mientras Solar se permitía descansaba en la cama, rodeada por las mantas calientes, esperando, Observaba a su esposo deambular por la habitación, acomodando los papeles que le mostraría a su hermana. 

No es que Solar fuera perezosa. Cuando estaba en Corona se levantaba muy temprano, tomaba el desayuno en compañía de sus padres, pero en Månen, el clima frió hacia atractiva la tibia cama. 

Se acurrucó en las mantas, recogiendo sus piernas más cerca de su cuerpo, ocultando su nariz fría bajo las mantas, mostrando únicamente sus ojos al mundo. 

Los recuerdos de la noche anterior aun brillaban en su mente como si lo estuviera viviendo por segunda vez. Ella no encontraba sentido en la discusión con la Monarca, su extraña conversación era solo eso, extraña. Ambas habían estado a la defensiva esa noche, en un intento por ganar terreno en la disputa, olvidaron el sentido y la cordura, discutiendo y comportándose como niñas. 

Y en un momento confuso y acalorado de la discusión, la plateada exigió su atención. Nunca se había cruzado por su cabeza que Byul Yi estuviera buscando su atención, la Monarca se había mantenido ignorando la presencia de Solar en cada ocasión, evitando los pasillos por donde Solar deambulaba con más frecuencia. Sinceramente, La monarca la hizo sentir como un leproso. 

Pero ahora... 

Tal vez ella también se siente sola... 

Solar frunció los labios bajo las mantas tibias. 

Desde que Solar había llegado al castillo, ella no había visto a la Monarca rodeada de alguien más... amigable. Ella siempre estaba rodeada por sus guardias reales, manteniendo una postura central entre ellos, ninguno de ellos parecía intentar hacer una conversación con su Rey, no era como su padre Yoong Ki de Corona y sus guardias, a menudo Solar los veía conversando entre ellos, con grandes sonrisas y bromas privadas. Observaba a su padre poner su pesada mano sobre el hombro blindado de su guardia, Eric. Caminaban uno al lado del otro mientras alimentaban su conversación. 

Pero Byul... 

Los guardias de Byul se mantenían en silencio, caminando con la misma sincronía silenciosa todo el tiempo. Solar no había visto a los hombres del consejo real, ella había llegado a la conclusión que Byul no tenía un consejo real, pero luego MinSeok los había mencionado un par de veces aquí y allá. Parecía que ellos aparecían únicamente cuando eran convocados por su Rey, ella no los vio deambulando por los pasillos a pasar de vivir bajo el mismo techo. Y en las comidas, la gran mesa siempre se mantenía vacía. 

Quizás están en otra ala del castillo.

La única otra presencia que Solar veía con mayor frecuencia al lado de la plateada, era al Mayordomo. Su presencia ligeramente intimidante y voz amable siempre confundían los sentidos de Solar. 

El hombre menudo y regordete se movía con ágiles pies a pesar de su ancho estómago, sus trajes siempre estaban construidos a la medida, sin mostrar la incomodidad en ellos, o los frágiles botones a punto de estallas en cada respiración que tomaba. Y a pesar de tener un aspecto antiguo, su rostro carecía de algunas arrugas, su cabello peinado de forma elegante hacia atrás, con la espalda recta y la frente en alto, caminaba ligeramente detrás de la Monarca, manteniendo conversaciones entre susurros.