Extraño elixir

XXI

Tock Tock. 

-...Pase...- Esna respiró profundo, empujó la taza un centímetro más a la derecha dejándola justo en el centro de su plato, reajusto su vestido y barrió las arrugas, enderezó la espalda y abrió la puerta del estudio cerrándola con suavidad detrás de ella. 

El aroma a invierno invadió sus pulmones haciendo que su nariz se enfriara cuando tomo una profunda respiración, quemó en su garganta descendiendo lentamente a sus pulmones.

-Majestad- Saludo Esna con una inclinación de cabeza, no se sintió ofendida cuando no recibió una respuesta o una mirada, acostumbrada a la tranquila personalidad de Byul. El ama de llaves camino al escritorio y coloco con cuidado la bandeja de plata, giro la traza y vertió el té humeante en ella. 

-...Gracias Esna- Murmuro la plateada sin levantar la mirada de sus cartas. 

-¿Desea que encienda la chimenea Majestad? El despacho esta demasiado frió-

-¿Mm?- La joven aparto la mirada y miro a su alrededor como si esperara ver el frió -No lo había notado...- Murmuro, extendió sus manos sobre la cabeza estirando sus extremidades, se sintió satisfecha cuando escucho el chasquido de sus huesos acomodándose en sus respectivos lugares. -Estoy bien, no esta realmente frió después de todo- la plateada tomo la taza frente a ella y bebió un sorbo, el liquido caliente se deslizo por su garganta, quemando lentamente mientras descendía a las entrañas.

-¿Qué...?- Murmuro el ama de llaves, se apresuró a la mesa de ajedrez y dijo- Falta una pieza en ella, Majestad- Byul guardo silencio mirando sobre su taza a la mujer, como era de esperarse, ese detalle no pasaba desapercibido por Esna, ella se encargaba de limpiar el estudio, todo el tiempo, solo ella y Hoon estaban permitidos en el estudio, los ancianos conocían cada rincón, cada detalle del estudio, era de esperarse que Esna notara ese detalle. 

-Probablemente rodó a alguna parte- Respondió con indiferencia, Byul sabía donde estaba esa pieza, sabia quien tenia posesión de tal pieza. 

-Me encargare de buscarla ensegui-

-Olvídalo Esna- Interrumpió la Monarca -Podré remplazarla luego- el tintineo del cristal contra metal resonó en las paredes cuando Byul dejó su taza en su respectivo lugar. 

-¡Pero Majestad!, ¡Ese ajedrez es una reliquia! A pasado de los antiguos reyes desde hace ocho reinado y ahora a usted!- Continuo Esna, no podía entender porque ahora la Monarca le daba tan poca importancia a tal reliquia, ¡tal objeto!, Byul siempre fue demasiado cuidadosa con todos ellos. 

Siempre que Esna limpiaba el tablero, Byuel, le pedía que lo hiciera con cuidado, que no estropeara aquel objeto, ese ajedrez solo fue usado por su familia, sus ancestros, solo los reyes y primogénitos, fue una regla no escrita. 

La plateada tomo una respiración profunda llenando sus pulmones de aire frió con aroma a té, una agradable combinación. - No importa ahora me doy cuenta de que solo es un simple tablero, no merece la pena perder el tiempo buscándolo- Los labios de Esna se abrieron y cerraron un par de veces, el extraño comportamiento de Byul era inquietante. 

Si la pieza se hubiera perdido una semana atrás, seguramente Byul le habría gritado a Esna una y mil veces, le ordenaría que buscara por cielo, mar y tierra, y solo por si acaso, le gritaria una vez mas. 

Pero ahora...

-Majestad-

-¡Esna!- Gruño la plateada- Si tanto quieres buscarla, ¡Bien! ¡Hazlo! Busca en todo el lugar- Los brazos de Byul se movieron alrededor, señalando la gran habitación.