No me arrepentía de haberlo hecho.
Y es que a pesar de no haber logrado nada con un puto abrazo y lágrimas, por lo menos ya no tenía hambre. Estaba amarrada a la cama, con una cinta en mi boca y sin poder moverme.
Dios mío, ni siquiera me había dicho que me calmara. Era un ser humano sin sentimientos, y ni hablar de Ryan. Ahora estaba confundida; ¿Cuál de los dos era más mierda?
Luego de pasar inmóvil por tres horas y haber dormido cinco, oí la puerta abrirse y por ella entraron mis secuestradores. Ambos estaban vestidos con ropa abrigada y Justin estaba fumando marihuana. No podía esperar otra cosa de alguien como él. Ryan se acercó a mí y me sacó la cinta con fuerza.
—Ahora sí, llego la hora de castigarte por lo que hiciste anoche. —Me dijo.
—Ya dije que lo sentía. —Contraataqué sin importarme nada.
—¿Crees que con una puta disculpa se soluciona todo? —Preguntó de mala forma Justin, desatándome. —Eres estúpida, Beckman. No tienes ni idea de lo que somos capaces.
Lo miré sin ninguna expresión; él tenía razón en todo. Era una estúpida por creer que me dejarían en libertad muy pronto. Era una estúpida por creer en mis padres. Era una estúpida por seguir pensando en una vida normal después de esto.
—Mátenme. —Solté, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
Ryan viró los ojos y salió de la habitación firmemente, gritando que nos apuráramos. Sobé mi muñeca derecha, la cual había recibido el apretujón más doloroso de todos, y luego me coloqué mis zapatillas y mi sweater, siguiendo a Justin en silencio, pero con ganas de gritarle en el rostro a todo pulmón.
—No me manipularás. —Me susurró, haciéndome estremecer. —No creo en tus lágrimas y mucho menos en tus deseos por morirte.
—No estoy mintiéndote. ¿Para qué quiero vivir si nadie está buscándome? —Pregunté cuando llegamos a la puerta principal de la mansión. —No tengo nada para ofrecerles.
Ryan nos observó mientras subía a una camioneta negra gigante.
—Eso es lo que tú crees.
Cuando estuvimos dentro de la camioneta, el silencio reinó el ambiente. Estaba más que segura que los próximos días serían un completo infierno; habían decidido venderme. No me lo habían confirmado, pero era obvio. Casi había escapado y no se conformarían con un castigo leve.
Como los vidrios eran polarizados por dentro y por fuera, no pude ver la ciudad ni hacia dónde nos dirigíamos. El chofer de la camioneta era el mismo hombre vestido de negro que me había querido drogar o matar con la pastilla en el Jet.
—Justin. —Lo llamé en voz baja, captando su atención al instante.
—¿Qué quieres?
—¿Van a venderme, cierto? —Pregunté con el mismo tono de voz. —Necesito saberlo...
—Cállate. —Respondió, volviendo a mirar hacia adelante.
Solté un suspiro, echándome hacia atrás en el asiento y cerrando mis ojos. No quería que ningún anciano me tocara, no quería consumir drogas, no quería nada de lo que me estaba ocurriendo. Había visto miles de veces películas de trata de personas, especialmente de mujeres, y era mi peor pesadilla pertenecer a ese mundo.
Una completa mierda hecha realidad.
Mi madre siempre me había repetido que no debía dejar que ningún chico de dudoso futuro me tocara. Tal vez por eso aún conservaba mi virginidad. No sabía diferenciar entre un completo imbécil y un hombre de verdad. No era lo suficientemente "inteligente" para ese tipo de cosas.
Intentaba imaginar el rostro de mi madre cuando supiera que no sólo me tocaría un chico de dudoso futuro, sino también ancianos deprimidos y millonarios. Porque ese negocio era así; no sabes qué tendrás que hacer en un día, no sabes quién vendrá a tocarte, no sabes si te lastimarán.
Estás...perdida. Completa y jodidamente perdida para siempre.
—Llegamos. —Dijo Ryan, quien se había sentado en el asiento de copiloto.
Abrí mis ojos y sólo dejé que me llevaran, no sentía más que odio por mí misma.
—Mírame, Kelsey. —Oí a Justin y enseguida clavé mis ojos en él. —Vas a ponerte esto. —Me entregó unas gafas de sol y un gorro de invierno, junto con una chaqueta abrigada. —Y tomarás mi mano.
Aquello último me había tomado por sorpresa; tomar la mano de un psicópata no era de mis cosas favoritas. Me coloqué el gorro, la chaqueta y por último las gafas de sol, lo cual era inútil porque el cielo estaba totalmente nublado.
Me ayudó a bajar de la camioneta y sostuvo mi mano con fuerza, comenzando a caminar. Entonces noté que estábamos en un centro comercial, y no dudé ni un segundo en querer averiguar qué ciudad era ésta.
—Camina. —Captó mi atención de un tirón.
—¿Qué estamos haciendo aquí? —Pregunté en un susurro para que solo él me oyera.
—Necesitas ropa, no puedes vivir con lo mismo durante tanto tiempo. —Explicó de la misma forma.
— ¿Mi castigo es comprar ropa? —Pregunté atónita. Él viró los ojos.
—Cállate o usarás una jodida bolsa para vestirte.
Nos adentramos sin Ryan a una tienda de ropa enorme. Desgraciadamente, no llegué a leer de qué tienda se trataba, pero era bastante lujosa. Mis ojos recorrieron todo el lugar y me solté de la mano de Justin, caminando hacia un precioso vestido color plata.
—Elige lo primero que veas y no me hagas perder el tiempo. —Me advirtió Justin cuando se acercó a mí.
Sólo asentí con la cabeza y tomé varias blusas, pantalones y sweaters. Y entonces recordé cuán cansada estaba de vestir sweaters. Luego de tomar todo lo necesario, Justin pagó y tragué en seco al ver el precio de todas las prendas juntas.
—N-necesito ropa interior. —Murmuré al ver la tienda de Victoria's secret frente a mí.
Él soltó un suspiro y volvió a tomar mi mano, haciéndome sentir, por primera vez desde que estaba cautiva, un poco protegida y segura. Al entrar en la tienda, una mujer se acercó a nosotros y nos sonrió ampliamente.
—¿En qué puedo ayudarlos? —Preguntó gentil, observándonos.
—Quisiera ver la nueva colección de ropa interior. —Respondí, llevándome un gran apretón en la mano.
—Claro, pasen por aquí.
Ésta vez era yo quien llevaba a Justin. La mujer me mostró varios modelos de ropa interior con encaje, los cuales pertenecían a la nueva colección. Estaba acostumbrada a comprar en Victoria's secret y no era ninguna novedad ver encajes y ropa interior sexy.
En cambio, Justin estaba más que tenso.
—Puedes mirar tranquila si quieres, tu novio sabrá esperarte. —Nos guiñó un ojo y mi sonrisa se borró al instante.
|||
Regálame un voto si quieres que continúe <3
Rom.

YOU ARE READING
Su víctima»Jb. |Finalizada.
FanfictionProhibida su copia y/o adaptación total/parcial.