Justin.
Me arrojé al sofá, quitándome las botas al instante. Jamás había estado tan al borde de salirme de control; jamás me había sentido tan estresado como ese día. Y es que, sin ninguna intención, me había acercado demasiado a mi víctima, y ahora sólo quedaba esperar.
Esperar no me gustaba.
Cerré mis ojos intentando hallar paz en mi mente. Me carcomía la culpa de romper mi más preciada regla. Era como sentirse ahogado sin siquiera haber entrado al agua.
Había sido estúpido dejar a Kelsey por tanto tiempo sola, puesto a que ahora sólo me quedaba entender que sí podía confiar en ella. Y había sido una pérdida de tiempo. El oficial de policía no era más que un estafador de los más viejos, le había pagado varios miles de dólares para que me ayudara a hacer que Kelsey tuviera su peor noche.
Era la primera vez que mis planes no salían como esperaba.
Así que sí, había perdido tiempo y dinero sólo porque Kelsey era...confiable. Ella no había intentado huir, no había intentado ir con la policía y delatarme. No había hecho nada para ser castigada; eso me ponía de mal humor.
—Despierta, Bieber. —Sentí una sacudida y abrí mis ojos con pereza.
—No estoy dormido. —Dije de mala gana.
—Qué bien, porque necesito que veas esto.
Miré a Ryan frunciendo el ceño e hice mi mayor esfuerzo por seguirlo. Nos dirigimos hacia su habitación y él abrió su laptop, haciéndome una seña para que fuera a su lado.
—Ésta es la noticia de hoy. —Informó y me dispuse a leer cuidadosamente.
"El empresario Josh Beckman encabezó hoy una conferencia en New York, dando más información a la prensa sobre el accidente de Angelina. Según Beckman, su esposa ha mejorado notablemente y afirma saber con quién está su hija, pero no dio más detalles del caso para resguardar su seguridad. ¿Estaremos adentrándonos en el final de un completo misterio?"
—El tipo es un imbécil. —Carcajeé.
—Y no sólo eso, se atrevió a desafiarnos. —Sonrió, alzando sus cejas.
—Nos conviene seguir en donde estamos, nadie conoce nuestro paradero más que los colegas de Jeremy. Y Kelsey es inofensiva.
—Inofensiva, ¿eh? —Soltó una risa, golpeando levemente mi brazo. —Ten cuidado amigo, no vayas a caer.
—Tranquilo...—Caminé hasta la puerta. —Nadie me hará caer.
Kelsey.
Desperté con un gran dolor de cabeza, al punto de tener que quedarme unos minutos mirando el techo. Últimamente me había sentido muy decaída y estaba segura que era por la falta de comida.
Cada vez que recibía mi plato, lo escondía debajo de la cama y simplemente arrojaba su contenido al retrete. No tenía ánimos de comer y mucho menos de seguir en este lugar.
Quería salir al exterior y quedarme allí todo el día, sólo para recordar que la libertad era lo más preciado en la vida, y yo ya no podía disfrutarla.
Me levanté de la cama sin ganas y salí de la habitación, la cual ya no estaba cerrada con ningún raro aparato tecnológico. Caminé por el extenso pasillo, bostezando en el camino. Cepillé mis dientes con un viejo cepillo que me había dado Justin y luego lavé mi rostro, asegurándome de despertarme del todo.
Hoy en la noche era la cena de negocios de Ryan y Justin y yo estaba más nerviosa que ellos. Se suponía que debía actuar como si fuera una chef profesional y, además, servir los platos. Eran dos jodidas actuaciones y no me tenía mucha fe, pero haría lo mejor posible para no ser castigada luego.