Capítulo 21. "Supermercado"

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Luego de haber curado a Kelsey, salí de allí en silencio y con ganas de un buen masaje de espalda. Esto de tener secuestrada a una persona no era tan fácil como lo había imaginado. Pero Jeremy me lo había advertido, y admitirlo ahora era como darme un puñetazo a mí mismo.

—¿Justin? —Oí detrás de mí.

—¿Qué quieres? —Respondí, observándola.

—Sobre la cena de mañana... ¿Podrías comprar algunos víveres? Es que no hay nada y...

—Saldré cuando Ryan regrese. —Le interrumpí, siguiendo mi camino.

—Pero... aguarda. —Insistió, haciéndome soltar un suspiro frustrado.

—¿Qué?

—N-no quiero quedarme sola con Ryan. —Bajó la mirada. —No después de lo que ocurrió.

Alcé una ceja, intentando controlar mis ganas de ignorar sus palabras. Era bastante estúpido, Kelsey no tenía idea de que Ryan era un idiota y que jamás la dejaría sola con él. No podía dejar que ella se escapara y que él lo notara dos días después.

—Irás conmigo con una condición, y la tienes que respetar. —Hablé y entonces me miró.

—De acuerdo... ¿Qué condición?

—No soltarás mi mano.

Ella asintió apretando los labios, y yo me di vuelta continuando con mi camino escaleras arriba.

Kelsey.

¿No soltar su mano? Tarea fácil.

Aunque, pensándolo bien, no sabía si temía más a quedarme con Ryan o a ir con Justin. Ambos tenían un grave problema de ira y estaba segura que jamás lo admitirían frente a alguien. Justin parecía ser un poco más seguro que Ryan y eso llamaba mi atención; Justin era el líder.

Me gustaba el hecho de que él tuviera el control de mi secuestro.

Sí, era algo estúpido teniendo en cuenta que estaba cautiva y que lo más probable era que no saldría de aquí en mucho tiempo, o tal vez saldría, pero no como Kelsey Beckman. Sabía que, si Bieber hubiese preferido asesinarme, lo hubiese hecho. Y algo dentro de mí me decía que no debía temerle.

Pero era imposible; jamás me había sentido tan desprotegida ante alguien.

Cuando su navaja acarició mi piel sólo pude sentir miedo. Y era más que obvio, cualquiera que fuera amenazado con un arma blanca sentiría miedo. Pero este miedo que sentía se mezclaba con mis pensamientos y mis sentimientos también. Casi me hacía vomitar de la confusión.

Y no sabía muy bien qué pensar ahora. Cada una de sus palabras me hacía sentir escalofríos, sus órdenes y tonos amenazantes me tenían atada de pies y manos. ¿Qué estás haciendo conmigo, Justin?

—...las dos vienen de familias adineradas, una para cada uno. —Oí la voz de Ryan desde la sala luego de una hora.

Ni bien había pisado el suelo de la Mansión, se había puesto a alardear que traería a dos mujerzuelas a la cena de mañana en la noche. No me importaba en lo más mínimo, pero ahora ambos tenían un tono juguetón que yo no entendía muy bien del todo. Eso era lo que me molestaba.

—Genial, hermano, no creí que fueras capaz. —Ésta vez habló Justin.

—Ya ves, tengo todo lo que quiero. —Volvió a alardear Ryan, soltando una carcajada a continuación.

Suspiré en busca de inspiración. Mierda, extrañaba correr. Desde la ventana de la cocina podía ver las nubes grises asomándose amenazantes; odiaba la lluvia, los truenos y cualquier cosa que cayera del cielo. Lo mío eran los días cálidos que me permitieran ser la más veloz.

Su víctima»Jb. |Finalizada.Where stories live. Discover now