Eres mi olor favorito (Ron Weasley y Tu)

Capítulo 45

-Alex no pienses en eso, ahora tienes que hacer cosas que te distraigan- me aconsejó.

-Vamos a la fiesta de Cromac?- le sugerí.

- No, eso no, Cromac la va a liar más, no quiero que vayas- me advirtió.

-Está bien, me quedaré aquí dibujando hasta quedarme dormida.

-Bien, quieres que me que se contigo?- preguntó la pelirroja.

- No tranquila, vuelve con tu chico- le sonreí.

-Gracias Alex, te quiero- respondió.

-Y yo- dije mientras cerraba la puerta.

Cuando se fue saque mi blog de dibujo y comencé a mirar mis antiguas pinturas, había algunas de las que ni me acordaba, entre ellas un retrato de Ron, la fecha era de las primeras navidades juntos.

Estaba harta de sentirme así, y como Ginny dijo debía entretenerme y la idea de ir a aquella fiesta se me hacía cada vez más apetecible.

Así que esperé a que vinieran mis amigas y se durmieran para ir. Pero eran las once t aún no habían llegado.

-Hola- comenzaban a llegar las chicas de mi casa.

-Sabéis donde están Herms y Ginny?- les pregunté.

-Hace un rato las vi que venían hacia aquí- me respondió una chica morena, no me acuerdo de su nombre.

Mis amigas por fin llegaron y vinieron directas a mi.

-Hola Alex, como estas?- se sentaron en la cama.

-Mejor, sólo necesito descansar.

Eran las doce menos cuarto de la noche, por fin todas se habían dormido, era mi oportunidad para salir.

Me puse un vestido corto, cruzado por la parte de delante formando un sutil escote, color negro, acompañado de unos tacones del mismo color.

Me maquillé un poco, labios granate y un delieado sencillo. En mi párpado una difuminada sobra de ojos.

- Lo siento Ginny- le susurré, no me gustaba desobedecerla pero necesitaba ir.

Salí despacio y en silencio de la sala común para no despertar a nadie y me dirigí a la sala de Hufflepuff.

Nada más llegar a la puerta mire la hora, eran las doce, me sentía una idiota presentandome a esa hora, seguro que todos estaban durmiendo. Aún así toqué.

-Hola?- me abrió un chico de séptimo año.

-Hola, busco a Cromac Mclaggen- le dije.

-Ah, claro. Cromac una admiradora!- le gritó haciendo que viniera.

-Alex! Al final has venido- me invitó a pasar, cuando entre pude escuchar la música que no podía oir fuera ya que había un hechizo que lo impedía.

Al pasar me di cuenta de que sólo quedaba gente de sexto y séptimo año.

-He venido un poco tarde, no?- le dije.

- Que va, has venido en el mejor momento- me respondió el chico, acto seguido sacaron varias botellas de alcohol.

-Vaya que bien os lo montais- reí, no me separaba de él, no conocia a nadie.

-Ven te presento a mis amigos- me cogió de la mano y me llevó hacia el sofá.

-Hola- saludé algo cortada.

-Chicos está es Alex, la cazadora de Gryffindor- me presentó.

-Quieres?- me ofreció una bebida uno de sus amigos.

-Vale- acepté.

La noche la pasamos bailando, charlando y bebiendo, sobretodo bebiendo. Era chupito tras chupito, vaso tras vaso, intentaba olvidar a Ron, a Voldemort y a mi en parte.

-Alex te encuentras bien?- me preguntó Cromac.

-S...s...si- respondí ebria.

- Creo que has bebido demasiado- me quitó el vaso.

-Cl...claar...claro- a penas se me entendía.

-Te acompaño a tu sala común?- se ofreció.

-Cro..Cromac- empecé a acercarme a él.

-Alexa?- me agarró por la cintura y mis labios se dirigieron a su cuello.

-Eres muy guapo... lo sabías?- le dije totalmente borracha, él me agarró del culo y apretó mi cuerpo contra el suyo.

- Me encantas Alexa- me besó y yo le seguí. Fuimos a su habitación.

Empecé a quitarle la camisa y él a mi el vestido, nos tumbamos en la cama.

-Eres preciosa, Alex- gimió mi nombre y comenzó a recorrer mi cuerpo con besos.

-Te amo Ronald- dije yo recuperando la compostura, ambos páramos en seco.

Se quitó de encima y empezó a darme mi ropa y yo empecé a darme cuenta de hasta donde había llegado.

Ninguno dijo nada, salí de la habitación despacio, recapacitando, en ese momento pasé al lado de las botellas. Robé una y acaleré el paso.

Me sentía fatal conmigo misma asiq he comencé a beber y a llorar yo sola. Como una alcohólica.

Eran las cuatro de la madrugada cuando entre en la sala común de Gryffindor borracha, llena de vomito y lágrimas.

Intentaba no hacer ruido pero era inevitable, alguien se levantó y encendió la luz.

-Alexa?- oí una voz enfrente de mi y levanté la cabeza.