Capítulo 48

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-Bien, ahora tendréis que practicar por vuestra cuenta próximo día- dijo dando a entender que la primera hora había finalizado.

-Y que haremos ahora?- preguntó Draco.

-Se enfrentarán dos de vosotros como siempre- dijo Snape.

-Quienes?- quiso curiosear el de lentes.

-Ronald Weasley- hizo una leve pausa- y Alexa Bennett- nada más nombrar nuestros nombres me miró para ver en detalle mi reacción, la cual era de negación rotunda.

Finamente tuvimos que salir ambos y convatit. Cero sentimientos, cero pensamientos. Nada de recuerdos de ningún tipo, ni buenos, ni malos.

-Comenzar- nos dio paso Snape.

-Flipendo- dije aturdiendolo.

-Locomotor mortis- devolvió el ataque haciendo que cayera al suelo.

-Expelliarmus- grité desde el suelo intentando levantarme.

-Impedimenta- pronunció hábilmente, impidiendo que me levantara.

-Confundus!- aproveché para levantarme por fin del suelo.

-Petrificus- pronunció el pelirrojo haciéndome caer petrificada- Finite incantatem- me deshechizó él mismo.

-Fluctus!- lo aparté bruscamente de mi.

-Inmobilus- lanzó él.

-Protego- me protegí del hechizo haciendo que rebotara invirtiendo su efecto en Ron.

-Roro!- gritó Lavander al ver al amor de su vida inmovilizado.

-Jauleo- le encerré antes de que pudiera moverse de nuevo.

-Vale, Alexa gana!- anunció Snape, a Ronald le molesto no poder ganarme.

-Muy bien Alex!- me felicitó la castaña.

La clase había terminado, tocaba adivinación.

-Alex- me llamo Snape antes de salir por la puerta- Dumbledore me ha dicho que vaya a su despacho.

-Vale- respondí pensativa, alomejor me decía algo que yo ya sabía.

Me dirigí a su despacho después de decirles a mis amigos que siguieran sin mi.

-Hola?- entré al despacho del director.

-Oh, Alex, pasa- me indicó que me sentara.

-Que ocurre?- le pregunté.

-Ha habido un cambio de planes- comenzó el barbudo.

- Que planes?- me sentía confusa.

-Las navidades no las pasarás en tu casa, si no en la de los Weasley's- me dijo esperando una reacción positiva.

-Por que?- dije seria.

-Bueno...pensamos que te haría ilusión- notaba que mentía, nunca habían hecho algo por contestarme. Pasaba algo más.

Entonces la ví. Vi una carta encima de la mesa, la cual estaba firmada con las iniciales de mi padre. Eso apoyaba mi teoría de que había pasado algo, y grave.

-Oh...claro... genial!- no sabía cómo responder, empezar a disimular ahora no me serviría de mucho.

Mi tortura había vuelto, me agobiada tanto la sensación de estar levantando cabeza y que vuelvan a pisarme. Pero supongo que es mi culpa y mi estúpida manía de querer tenerlo todo bajo control.

No quería volver a clase de adivinación, así que fui a ver a Hagrid un rato para despejarme.

-Hola Hagrid!- le dije entrando en su enorme casa.

- Hola Ale... que haces aquí jovencita? No tendrías que estar en clase- me miro arqueando una ceja.

-Emm... Bueno... vengo de hablar con Dumbledore, sabes?- me senté en la mesa intentando desviar su atención a mi regañina. Sabía que le interesaría el tema.

- Que has hecho está vez?- se apoyó en la mesa adoptando una pose de resignación, sinceramente no pensaba que tuviera tan mala reputación.

-Nada, fue para que me dijera que pasaré las navidades en casa de los señores Wasley's- le conté al grandullón.

-Oh, pero eso es genial, no?- dudo de sus palabras al ver mi reacción, seguro que no era la que se esperaba.

-Bueno.... creo que estoy peleada con Ronald- le respondí apagada, no había hablado íntegramente del tema, todavía.

-Crees? Y porque?- me preguntó indicando que me sentara en una silla, ambos nos sentamos.

- Bueno, varias cosas salieron mal y hoy Snape nos ha enfrentado en clase de DCAO- le conté.

- Por Merlín, que ojo tiene aveces Severus- se unió a mi queja.

- Lo ha hecho aposta, él sabía nuestra situación y lo ha hecho para que sacará mi potencial o mi rabia o... nose- estaba decepcionada.

-Vaya, respeto mucho a Severus, pero a veces sus aportaciones sobran- le di toda razón.

El resto del día transcurrió comocualquier otro, fuimos a comer, a estudiar, también entrenamos, cenar y dormir. En mi caso lo de dormir era imposible y casi habitual el no hacerlo, no dejaba de pensar en esa maldita carta.

Y que tendría que pasar las navidades con Ron...

La semana en general se me hizo eterna, no dormía porque las pesadillas habían vuelto, y me aterrorizaban cada noche al cerrar los ojos.

No podía dejar de pensar en aquella dichosa carta. Tenía tanto cansancio acumulado que empezaba a ver cosas que no eran reales, espejismos tal vez? No lo sé. Pero las pesadillas me perseguían hasta cuando estaba despierta.

Mi aspecto era deplorable, las ojeras me llegaban hasta las mejillas, los ojos los tenía hinchados y rojos de llorar de angustia y la falta de sueño, incluso había semanas que no me peinaba.

-Estas bien?- me volvió a preguntar Harry aquella mañana, exactamente igual que llevaba haciendo una semana.

- Si tranquilo- forcé una sonrisa, como cada mañana, parecía un ritual.

-Estas preparada para el partido? Pareces cansada- me dijo Ginny.

-Claro, pediré un café- dije mientras desayunamos.









Eres mi olor favorito (Ron Weasley y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora