16

2.2K 253 77
                                    

NF- If you want love

—¿Te estás muriendo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Te estás muriendo?

—No.

—¿Hay alguna emergencia?

—No.

—¿Entonces por qué vienes a mi casa a las siete de la mañana en mi día libre? —reprocho.

Ahogo un bostezo y chasqueo la lengua, Clary sonríe nerviosa. No responde a mi pregunta, revoloteo los ojos y giro sobre mis talones, adentrándome en la casa, escucho el repiqueo de sus tacones detrás de mí. Como no habla cuando entramos en la cocina, busco entre la alacena un plato hondo y le echo cereal y leche, tomo asiento en el taburete de la isla de la cocina e introduzco en mi boca una gran cantidad de cereal.

Ella hace una mueca y deja sobre la isla de granito su maletín, se sienta con elegancia en uno de los taburetes a mi lado, coloca las manos sobre sus piernas, alisando con las palmas las arrugas invisibles que hay en la tela negra de su falda de tubo.

Su cabello está atado en una perfecta cola alta, tiene un maquillaje sencillo e impecable, pero sus ojos cafés lucen ansiosos, nerviosos y quizás hay vergüenza en su mirada.. ¿Por qué la vergüenza? La que debería estar apenada soy yo, tengo mi pijama de unicornio, el abuelo compró una para cada integrante de la familia —incluyéndolo a él y a Sam—, debo de tener el cabello hecho un nido de pájaros, mis ojos deben de tener lagañas y mis comisuras babas.

—Estás comiendo sin haberte cepillado los dientes —dice luego de unos minutos de silencio.

—Lo sé.

—¿Y por qué lo haces? No es saludable, tu cuerpo tiene bacterias y...

Suelto una carcajada y la observo divertida, pasar tiempo conmigo y los mocosos le está haciendo mal.

—Acabas de sonar justo como Henry, toda una sabelotodo.

Arruga su nariz y hace una mueca cuando introduzco otra cucharada en mi boca.

—Tu hermanito es inteligente y sabe lo que conviene y lo que no.

Me encojo de hombros.

—Si me muero lo haré feliz y comiendo. —La señalo con la cuchara—. No creo que hayas venido a hablar sobre como desayuno. ¿O sí?

—No.

Está retorciéndose los dedos con nerviosismo, y eso hace que mi gusanito chismoso quiera saber qué está ocurriendo.

—Escúpelo de una buena vez. Porque a las ocho se despierta el abuelo, igual que los mocosos, porque el mocoso menor ya salió de clases y la mocosa del medio ya no tiene una escuela a la cual asistir. —Hago una pausa—. Por cierto. ¿Ya dieron respuesta?

Asiente.

—La escuela va a dar una compensación por los daños y perjuicios hacia los menores, lo harán con cada niño que fue víctima del bullying, igual que a los padres de Jenna por los daños emocionales.

Imparable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora