Imparable ©

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Billie Eilish- ilomilo

Parece como si hubiera viajado en el tiempo, como si estuviera de vuelta en casa de Axellen, de pie; frente a la puerta y es Melania Kidman quien me abre la puerta, quien hace que mi cuerpo se paralice y sienta pavor. Me siento como una adolescente aterrada porque la mujer de la persona que ama no la acepta y siempre que puede le cierra la puerta en toda la cara.

Mi cuerpo está tenso y creo que el color tuvo que haber desaparecido de mi rostro, Sandy me mira con horror, mientras que Melania sigue mirando a su hijo con adoración. Vaya, Axellen sigue sacando el lado cariño de la víbora, pero también sigue siendo por él una completa arpía.

―¿Qué haces aquí? ―inquiere Axellen.

La mujer frunce el ceño y se ve claramente el desconcierto en su rostro.

―¿No hay un abrazo o un beso? ―pregunta desconcertada, y al ver que no tiene respuesta el enojo cubre las facciones de su rostro y chilla―: ¡Soy tu madre, Axellen! ¡No merezco este trato!

Miro en dirección de Axellen y su rostro está inexpresivo, no demuestra absolutamente nada.

―Lo mejor es que te vayas de aquí, Melania. ―Escucharlo llamarla por su nombre es una sorpresa, tanto para Sandy como para mí, pero puedo notar por el tono de su voz que se está esforzando por parecer calmado―. Puedes ir a mi departamento y esperarme allí, te pediré un Uber.

Axellen saca el teléfono de su bolsillo, y puedo ver que se mete en la aplicación, la mujer enfrente de él está colocándose roja, está ardiendo en la ira y furia que debe de estar sintiendo justo ahora.

―¡Ni se te ocurra! ―vocifera con cólera y le arrebata en un movimiento rápido el teléfono de sus manos, mientras que lo mira con enojo―. No voy a permitir que me trates de esta manera, me debes respeto.

―Eso lo perdiste, ¿no crees? ―dice con total calma Axellen.

―Soy tu madre.

―Y siempre lo serás, pero no esperes que te reciba con flores y chocolates, cuando tu misma has hecho que me decepcione de ti y de papá.

La mujer parece a punto de responder algo, pero calla y resopla como un caballo. Una sonrisa llena de veneno se extiende por sus labios, es como ver a una serpiente sonriente, y cuando sus ojos se clavan en mí, está dicho que yo soy su objetivo.

―¿Ya le lavaste el cerebro de nuevo? ¿Ya lo volviste a hechizar, zorra? ―escupe con asco dibujado en su cara la pregunta y mi cuerpo se tensa.

―No he hecho nada, no debo manipular a nadie, ni hechizar, su hijo está grande y ve por sí solo las cosas.

Una carcajada carente de humor escapa de sus labios y me sonríe de manera retorcida, niega con la cabeza y comienza a acercarse a mí, pero Axellen me toma de la mano y con un tirón me coloca detrás de él. Los ojos de Melania se clavan en su hijo y el dolor en ellos es crudo.