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Au/Ra - Assassin

He perdido la cuenta de todas las veces en las que he despertado y vuelto a caer inconsciente, hay muchos espacios en blanco en mi memoria mientras busco en ella algo que me diga que es lo que ocurre conmigo, pero no hay nada

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He perdido la cuenta de todas las veces en las que he despertado y vuelto a caer inconsciente, hay muchos espacios en blanco en mi memoria mientras busco en ella algo que me diga que es lo que ocurre conmigo, pero no hay nada. Parpadeo varias veces mientras me incorporo sobre la superficie blanda, todo a mi alrededor gira y debo sostenerme con fuerza del borde para no caerme.

Me siento exhausta.

Una arcada sube con rapidez por mi garganta y pronto un líquido amargo sale de mi boca con ímpetu, mi cuerpo se dobla hacia adelante por inercia y mis pies son empapados por la sustancia.

Un ataque de tos me azota luego de expulsar solo agua de mi cuerpo, limpio mi boca con el dorso de mi mano y gimoteo cuando algunas arcadas se hacen presente, pero no soy capaz de expulsar nada, quizás es porque solo he tenido líquido en mi estómago. La primera vez que vomité, expulse comida, ahora no hay nada sólido en mi estómago.

Apartó la mirada del suelo y barro el lugar con ella. Estoy en una habitación, ya no estoy en el sótano de hace unas horas, es un espacio grande que está amoblado por una cama matrimonial en el medio, las paredes tienen algunos cuadros de paisajes, hay un pequeño sofá al lado de la puerta del cuarto y una entrada que deja ver el pequeño baño del lugar. Temblando me levanto de la cama, mi cuerpo entero es como una hoja de papel.

Cuando salgo de la habitación trago con fuerza al ver el lugar, es como una casa de muñecas, todo está en su lugar y es escalofriante. Las paredes están pintadas de celeste y no poseen ningún cuadro, hay un mueble blanco cerca de la pared enfrente de mis ojos y a su derecha una mesa de madera con cuatro sillas acolchonadas, debajo de mis pies hay una alfombra blanca, a mi izquierda hay unas escaleras que han sido modificadas para ser un librero también.

Una pequeña mesa que está cerca del mueble llama mi atención, en especial, el marco negro que hay sobre ella con una fotografía. Me acercó rápidamente y cuando tomo el retrato todo bajo de mis pies da vueltas. Está Henry, Ali y yo, la fotografía es reciente, fue tomada en la presentación de Ali y nunca nos dimos cuenta de que nos están observando, fotografiando. Solo sonreímos creyendo estar a salvo.

—Se ven hermosos.

Mi cuerpo se tensa y volteo hacia atrás, aferrandome al cuadro con fuerza e intentando no gritar, intentando que mis piernas no me suelten, porque la voz me aterra, me da escalofríos y arcadas. Miro hacia los lados desesperada —asustada— y no veo a nadie, el pánico se desliza por mi sistema como un veneno mortal y quiero correr lejos.

Tengo miedo.

El dolor de cabeza comienza con pequeñas punzadas en mis sienes y me siento debil, como si toda mi fuerza estuviera siendo drenada. Debo acercarme al sofá y sostenerme de el para no caer.

—Supongo debes tener hambre, cariño —dije la voz ronca y el asco cubre mi cuerpo—. Solo he podido suministrarte suero para que estes bien y claro, algunos calmantes para que te tranquilices.

Imparable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora