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Shawn Mendes: Memories

No puedo moverme, mi cuerpo entero está paralizado y las lágrimas ya comenzaron a caer por mis mejillas, haciendo un camino seguro hacia mi cuello

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No puedo moverme, mi cuerpo entero está paralizado y las lágrimas ya comenzaron a caer por mis mejillas, haciendo un camino seguro hacia mi cuello. Hay dolor en su mirada, traición, rabia, nunca podía saber cómo se sentía, nunca podía leer sus emociones, pero ahora no solo las leo, ahora las estoy sintiendo.

—¿Pensabas decírmelo siquiera? —inquiere con la voz rota.

No respondo, mi voz no sale, ha desaparecido.

—Mi madre me mintió, mi padre igual, fingió ayudarme cuando solo ha retrasado que recuerde, y mis abuelos callaron, y tú. —Sonríe de manera amarga y niega con la cabeza—. Tú, Hailee, lo hiciste también, Sam, tu abuelo y Clary también lo sabía, porque ella lo sabe. ¿No es así?

Sigo sin responderle y una risa amarga y mezclada con un sollozo escapa de sus labios, lleva las manos hacia su cabeza y jala su cabello mientras una mueca de dolor se instala en su rostro. Doy un paso en su dirección y él da uno hacia atrás, mirándome con dolor, mirándome mientras las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas.

—¿Por qué no decir la verdad?

—Lo...lo siento —digo en un susurro quebrado—. Lo siento.

Asiente y lame su labio inferior.

—No quiero una disculpa, quiero respuestas, ¿o vas a seguir mintiéndome?

Niego con la cabeza y limpio mis lágrimas con mis manos.

—Iba a decírtelo.

—¿Cuando? —me interrumpe—. ¿Cuándo recordara por mí mismo? ¿Cuando alguien lo contara sin querer? ¿Cuándo Hailee? ¿O quizás solo ibas a seguir mirándome a la cara y mintiéndome?

—¡No! —bramo y niego con la cabeza—. No quería hacerte daño Axellen, pero no es fácil.

—¡Nunca nada es fácil, Hailee! —vocifera—. ¡Y eso no significa que puedes ir por la vida mintiéndole a las personas que colocan su confianza en ti! —Hace una pausa para tomar aire y sollozo, sollozo porque debe de odiarme, sollozo porque todo lo bonito que iba a comenzar ya llegó a su fin. Voltea a verme y agrega con la voz dolida—: Confíe en ti, creí que si me ayudabas, que si me decías la verdad sobre mi vida pasada podría recordar, deposite mi confianza en ti, te pedí que fueras sincera, que confiaras en mí, y si lo hubieras hecho, nos hubieras evitado esta mierda a ambos.

—Quise hacerlo —digo entre el llanto—. Pero, ¿cómo le dices a la persona que sigues amando que te olvidó? ¿Cómo le dices a la persona que amas que te abandonó sin saberlo? ¿Cómo?

—No lo sé. Solo sé que hubiera preferido la verdad antes de que la mentira.

Desordena su cabello y me da la espalda, apoyando sus manos sobre la baranda de madera y agachando su cabeza. El corazón me duele, me duele de una manera que se siente imposible de soportar. Muerdo mi labio inferior con fuerza y sollozo, en medio de las lágrimas y del dolor; doy un paso en su dirección.

Imparable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora