40

1.7K 221 116
                                    

Alan Walker, Sabrina Carpenter & Farruko - On My Way

Paseo la mirada por el lugar y veo una mano levantada saludando en mi dirección, una pequeña sonrisa se desliza por mis labios al verlo sonriendo y mirándome con alegría

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Paseo la mirada por el lugar y veo una mano levantada saludando en mi dirección, una pequeña sonrisa se desliza por mis labios al verlo sonriendo y mirándome con alegría. Apresuró el paso hasta llegar hacia él, sintiendo como sus brazos rodean mi cuerpo y me abrazan con fuerza contra su cuerpo.

—Vas a partir todos y cada uno de mis huesos.

Siento su risa vibrar en su pecho, los ojos de Sam se posan sobre los míos cuando me aleja de su cuerpo. Tiene la barba afectada y huele a crema de afeitar, el cansancio no es tan profundo en sus ojos, poco a poco se ha ido en los últimos días, supongo que los tés del abuelo si le ayudan a dormir.

—¿Ya dejaste a Henry? —inquiere mientras tira de mi brazo y comenzamos a caminar.

—Sí, estaba contento de ir al campamento.

—Imagino que sí —chasquea la lengua—. ¿Y si cambiamos el color de cabello?

Frunzo el ceño y niego con la cabeza.

—Mi color me gusta.

Me mira de reojo por unos segundos antes de desviar la mirada.

—¿Entonces solo te vas a cortar el cabello? —inquiere y asiento con la cabeza—. Entonces deberías pintarlo de un color oscuro, quizás castaño, sería un gran cambio y ¿Ya pensaste lo de mudarnos?

Dejo salir un suspiro y niego con la cabeza, frenando el caminar y volteando a verlo con una ceja arqueada, acción que él repite.

—¿Por qué quieres que nos mudemos?

—Porque la casa ya no me gusta.

Frunzo el ceño.

—¿Solo por ello?

—Henry también luce incómodo desde lo ocurrido con Ali, ni siquiera entra al baño del pasillo, sino al de el cuarto del abuelo.

Es cierto, el enano no entra a ese baño por nada del mundo. Lamo mi labio inferior y no respondo nada, ambos entramos en la peluquería y nos sentamos a esperar, llegamos antes de la hora estimada.

—Encontré una casa bonita —dice en un susurro.

—Sam, tengo que hablarlo con el abuelo.

Sus ojos se posan en los míos y sonríe de lado.

—Ya lo hice yo, y está de acuerdo en mudarnos. Piénsalo, Ali tendrá un nuevo hogar cuando salga del psiquiátrico, la casa es amplia y tiene un patio enorme y piscina, los niños la amarán.

Muertos mi labio inferior y froto la parte trasera de mi nuca, haciendo leves presiones.

—¿Dónde queda? —pregunto curiosa.

Imparable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora