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   — ¿De Lord Abbot? — pregunté contrariada.
   — Eso dice. Ábrelo — respondió Carrie indecisa.

Estimada Catherine Bellmer:
Siendo honesto, tal vez este escrito le va a parecer de lo más extraño, sin embargo, permítame explicarle:
Nuestros bailarines pétit del Bolshoi, se han quedado sin orquesta. Me he de expandir para que logre comprender: Madame Olga, no sé si la recuerde, encargada de los pequeños, nos dijo que su ballet estaría listo para el veinticinco de mayo, pero, nunca nos dijo que se refería a los vestuarios solamente, no a la coreografía o escenografía para Blanca Nieves. Entonces, al descubrir el mal entendido, nos dimos cuenta que la orquesta que tocaría para ellos ya tiene otro compromiso y no podrán presentarse en junio. Entiendo que es arriesgado lo que he de proponer, pero, recuerdo cuando usted dijo que la orquesta de su hermana tiene la habilidad de acoplarse rápidamente, pues disponemos de dos meses y medio y al parecer todas las orquestas están comprometidas para los festivales de Asia, ¿habría algún modo de que su hermana pueda acceder a que su orquesta de prestigio temprano toque para nuestros pequeños? Los gastos, lo cubrirá el ayuntamiento ruso de artes, pues sería una blasfema al arte si contratamos cualquier orquesta vulgar. Si aceptan, Madame Olga ha mandado una carta a Madame Karenina con las fechas.
Es toda mi petición, pero antes de despedirme, he de desearles suerte a Madame Karenina, a Niccolo y a usted en los festivales asiáticos. He oído que bailarán en más de cincuenta ciudades: ¡Es una locura! Pero no se puede esperar menos de bailarines internacionales.
Atentamente:
Lord Graham Abbot de Keyston.

   — Carrie, entenderé si no quieres...
   — ¿Estás bromeando? Espera a que le diga a Noah. ¿Bailar en el Bolshoi? Cathy, esto es gracias a ti.
   Me sentí muy maternal al oír su agradecimiento. Carrie y yo nos subimos al auto rumbo a con Madame Karenina y ella dijo esto:
   — ¿Imaginas tener una profesora como Olga? Y pensar que ahora es profesora de los pequeños del Bolshoi. Es buena profesora, pero nunca le confíes del todo, qué degradación por parte de Lord y Lady Abbot de aceptarla a ella.
   — Usted es superior a ella en todos los aspectos necesarios para ser llamada la mejor de su generación. Nos gustaría saber qué justificación utilizó y los datos del vuelo.
   — ¡Catherine es de no creerse! Dijo que escribió en un papelillo la fecha para ir por el vestuario y que hizo uno similar para apuntar la fecha señalada: ¡Los mezcló pues no traía sus lentes en el momento de decirle a Lady Abbot la fecha del ballet! Me da tanta pena ajena. Sin embargo, desea recompensarlo dando a conocer a una orquesta y dijo que si aceptan, escriban a esta dirección — dijo señalando en la carta —: para que el ayuntamiento pague el vuelo y el hotel.
   — Acabo de llamar a los encargados de la orquesta — dijo Carrie tímidamente —: Al principio no lo creían, pero han aceptado y están llamando a todos los miembros y al parecer están disponibles.
   — Bien, Olga dijo que los quiere el lunes o jueves, de modo que no tienes por qué tener tanta prisa.

   Justo como el plan se llevó a cabo, junto con su orquesta, nuestra Carrie de dieciocho años se subió al avión para partir a Rusia. El momento fue tan especial, que Amelie asistió a último momento para despedirse y Chris pidió llegar más tarde al trabajo.
   — Quisiera haber estado en el Bolshoi a los dieciocho — dije con un toque de broma.
   — Pero lo habrías logrado si tu hermana mayor hubiera sido unas de las mejores bailarinas del mundo — dijo Amelie —. Pero claro, también le doy sus méritos a Carrie.
   — Al parecer todo va bien — dijo Chris —. Solamente falta que me cedan a mí el puesto de doctor general que está vacante. ¡Entonces seré más dichoso aunque creo que sea imposible dado los logros de mi familia!
   — Te deseo suerte, debo tomar el avión en una hora para ir a Irlanda, después iré a Escocia, Holanda, Gales e Inglaterra. Después tomaré un vuelo para verte bailar en Hong-Kong, ¿sí te dieron permiso Chris? Carrie también asistirá, eres el único que no ha viajado.
   — ¿Por qué viajar? Aunque mis jefes están deacuerdo en que me distraiga un poco pues rara vez descanzo, me han dado nueve días. ¡Nos vemos en Hong-Kong!
   Estaba feliz por Chris, me dolía dejarlo solo en casa y sin disfrutar del aire de otros países, pero como él siempre solía decir, todo va más que bien.

Las Muñecas De DresdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora