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   Carrie y Amelie tuvieron que irse antes para las cuestiones de último minuto del recital. Sólo estábamos Chris y yo en casa.
   Tardé horas en arreglarme, pues Amelie compró una cámara de última tecnología para tomarnos fotos y grabar a Carrie. Y claro, yo no quería avergonzarme de mi vestuario con el paso del tiempo.
   Cuando terminé de ponerme el vestido color beige y hacerme un recogido en el cabello, bajé a la cocina para que Fiorella me dijera qué opinaba.
   — Luces como una dama verdaderamente elegante, pero, esos zapatos no me convencen.
   — No quiero llevar zapatillas, el piso del teatro es resbaloso y no quiero hacer el ridículo.
   — Bien, en ese caso, luces perfecta.
   Subí para ver qué se había puesto Chris, que sin embargo, sólo me habló al enterarse que William se mudaría.
   — Chris, yo llevo un vestido beige, Carrie traía un vestido rosa con zapatitos beige, ¡Ánimate y combinemos los tres!
   — A diferencia de ustedes, yo no soy fiel seguidor de las modas que salen en las revistas de tres dólares.
   — ¡Chris! Si me estás castigando por la cita de hace dos días, déjame decirte que ya tengo mucho tormento con la mudanza de William.
   — ¿Cuándo entenderás que te amo y que nunca te castigaría?
   — Hipócrita — cerré la puerta cuando dije eso y susurré para que Fiorella no escuchara. Sentía que se me acaba el aire —: Eres un hipócrita — le señalé con el dedo y comencé a llorar —. Hablas de todo el amor que me profesas, me haces sentir culpable de tantas veces que lo dices.
» “¡Oh, Cathy, te amo!” Susurras, gritas y dices con la mirada. “Nunca te haría esto ni lo otro porque te amo”.
» ¿Tan rápido olvidaste el castigo que me propinaste al haber besado a Bart? No tenías por qué castigarme así...
   Comencé a llorar un poco lás fuerte, pero no lo suficiente para que Fiorella lo percibiera.
   Chris, me abrazó lentamente, y susurró:
   — Cathy, perdóname por la frialdad con la que te traté estos días. Es que, me duele tanto ver cómo intentas alejarte de mí... No volverá a ocurrir, tienes derecho a salir a donde quieras con tus amigos.
   — No te preocupes Chris, sabes que por más que lo intente: siempre volveré a ti...

   En esta ocasión, Amelie se sentó en medio de los dos con la cámara para fotografiar y grabar a Carrie.
   Chris no dejaba de alabar la buena elección de Amelie al elegir los mejores dispositivos modernos, mientras yo estaba callada porque parecía que Chris hablaba en árabe para mí.
   — ¿Tú qué opinas, Cathy?
   — Luce bien...
   Lo odiaba por ser tan inteligente.
   En cuanto Carrie entró y se subió a su sillita, Amelie ya estaba grabando, y Chris tomando fotos.
   Carrie lucía diferente, confíada de la vida, al parecer la música le regresaba aquello que tanto había perdido. Aunque su solo era corto porque estaba tocando el famoso fragmento de Fur Elise, lo hacía como si nunca terminaría, apretando teclas aquí y allá, y entonces; ¡Amelie comenzó a llorar en silencio! Sin duda era un día emotivo para nosotros.
   — Estoy tan orgullosa — susurró a Fiorella.
   — Tiene un gran futuro como su primer maestra — dijo Fiorella.
   Aunque no era Ballet, al terminar, Chris y yo tiramos dos docenas de rosas al escenario, sin contar las que le compraron Amelie y Fiorella.

   — Tienes dedos ligeros — dijo Amelie en el restaurante francés al que asistimos para celebrar —. Sólo que...
   — Sí, mi mano no estaba del todo curva. Es que, mami, mis dedos no abarcan muchas teclas...
   — Debes obedecer a las correcciones de tus profesores, hablando de ello, Cathy, ¿Madame Jolie te seleccionó para el recital anual?
   — ¡Sí! Por la emoción de lo de Carrie, olvidé decirles que hoy presentaron la lista: ¡Interpretaré la muerte del cisne!
   — ¡Lucirás perfecta!
   Los recitales anuales, son solos o ya sea grupales, y los que mejor se luzcan en el escenario, serán seleccionados para los ballets del año entrante (que siempre varían); Febrero: Romeo y Julieta. Mayo: El lago de los cisnes. Octubre: La bella durmiente. Y en diciembre: el clásico cascanueces. Y en este octubre, saldríamos a Lamberton para bailar Cinderella.
   — Tenemos hasta el día dos de  septiembre para ensayar. Estoy nerviosa, se necesita mucha técnica. Sospecho que Madame Jolie me da los más complicados para truncarme y que Natalie sea Cinderella.
   — Natalie asiste a mi escuela, Cathy — inició Chris —. Y en este ciclo le fue pésimo por preocuparse tanto en el ballet. En sus cuadernos, en vez de apuntar lo que nos decían, se ponía escribir sobre su coreografía o qué se yo.
» Sus profesores la amenazaron y le dijeron que si en este ciclo entrante no se concentraba más, no tendría más opción que repetir las materias sin importar sus clases de ballet. Cathy, puedes triunfar, ¿qué pieza le dieron a Natalie?
   — La variación de Raymonda, y lo hace bien...
   Entonces guardé silencio para no opacar el momento de Carrie, no cabía duda que este era el año de nuestras oportunidades.

Las Muñecas De DresdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora