¡Qué diferente me parecían los Estados Unidos después de bailar por el continente asiático!
Lo triste de regresar a casa, era que Carrie no se encontraba en ella, se había ido a pasar el invierno con Amelie pues su orquesta estaba de vacaciones o eso creía.
— La verdad es... — dijo Chris cuando ya tenía tres días allí —. Que Amelie le ofreció irse con ella para poder hablar contigo y ella no saliera afectada.
— ¿Podrías decirme a qué te refieres?
— Es sobre mamá.
Sentí una gran curiosidad por lo que había sido de ella y su salud.
— ¿Recuerdas cuando me dijiste que al escribirle tus cartas ella se enteró de nuestra dirección? Pues nos ha escrito y aquí la tienes, después de leerla hemos de portarnos como personas civilizadas, Cathy, dejando el rencor a un lado y pensando con objetividad. Yo ya la leí, pero necesitas hacerlo tú porque necesitamos ponernos de acuerdo para decirle algo a Carrie.
— ¿No podías darme una noticia más feliz? — le quité las varias cartas que sostenía Chris y dije —: que extraño, el señor Vlad había dicho que me escribiría y no lo ha hecho. ¿La sala? Chris me habías dicho que diste el último pago de la sala, no entiendo por qué nos ha escrito la mueblería.
— No te hagas la distraída y lee la carta de mamá.
— ¡Mira! Una carta de Oscar, ¿por qué no lo dijiste antes? Ay, entendido, leeré la de mamá.Estimados señor y señora Dollanganger:
He estado tan fatigada e irremediablemente enferma, que me cuesta sostener el bolígrafo y hacer unas letras decentes, y en caso de que una letra me sale bella; sin querer la estropeo con las lágrimas que acuden a mis ojos, este es el tercer intento es escribir algo legible.
Su padre solía decir tantas cosas que me levantaban el ánimo, que tras su partida, creí que nunca escucharía sus palabras consoladoras porque incluso en el cielo me gané su odio por todo lo que le hice a mis bebés. Me atormentaba pensando que si algún día regresaba a la tierra y observara lo mucho que les hice, me odiaría como lo hacen ustedes. Pero no es así. Cuando me siento tan fatigada como para respirar, su figura se pone enfrente de mi camilla y me dice que tenga esperanza, que los hijos que cargué en mi vientre ya entenderán lo cerca que estoy de llegar a mi final y que me aceptarán aunque sea por unos minutos. La aparición de su padre me calma las ganas de llorar y me ánima a no dejarme morir hasta recibir al menos una visita de mis queridos hijos.
Por su padre, que bien saben que hizo lo posible por tenernos unidos y que yo lo arruiné, sinceramente no niego mis grandes faltas como madre, pero al tratarse de mi futuro reencuentro con su padre, por favor, por favor, por favor, visitenme y calmen mis lamentos.
Suya para siempre:
Corrine Foxworth.— ¿Qué haremos? — preguntó Chris.
— Pues su dirección dice que se encuentra en el hospital de Carolina del Norte, tenemos que ir a verla.
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Las Muñecas De Dresden
FanfictionSi has leído después del segundo libro, sabrás que Cathy y Chris no tuvieron una vida sin conflictos. Este fanfic tratará sobre lo que sucedió después del escape pero de color rosa.